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Foto a foto: Windsor se viste de luto

Carlos III preside la última procesión antes de la ceremonia íntima en la capilla de San Jorge


Actualizado 20 de septiembre de 2022 - 0:24 CEST

Carlos III, el nuevo rey, preside el último cortejo fúnebre para despedir a Isabel II que emprende su último y definitivo viaje a su querido Windsor. Allí, sus restos mortales reposarán junto a los de sus padres, hermana y su marido, Felipe de Edimburgo. 

Junto al rey Carlos, camina la princesa Ana. Les siguen el príncipe Guillermo, el conde Snowdon, sobrino de la Reina, y el príncipe Harry, sin su uniforme militar

El féretro de Isabel II llega en coche desde Londres, donde alrededor de 2.000 invitados le han dado su último adiós en un multitudinario funeral de Estado. Es su segundo cortejo fúnebre después del que la llevó a la Abadía de Westminster. Ya en Windsor, recibe un último responso más íntimo, si por íntimo se entiende unos 800 asistentes, con la ciudad volcada en este homenaje. Prueba de ello son las flores que han lanzado al coche fúnebre

Londres ha sido esta mañana la capital del mundo y mientras el foco apuntaba a la capital británica, Wndsor se preparaba para su última despedida. Más íntima, más emotiva, con más simbolismo y rodeada de los más cercanos. Los ciudadanos también copaban las calles para dar el último adiós a su Reina donde saben era su lugar favorito. Allí había fijado su residencia los últimos años de su vida

La familia real avanza tras el coche que porta el féretro de la Reina en Windsor. Custodiando el vehiculo van los guardias granaderos, la compañía más antigua dentro de la Brigada de Guardias

Zara Tindall, hija de la princesa Ana y una de las nietas de Isabel II, en su llegada a Windsor. Con tan solo 8 y 4 años, sus hijas Mia y Lena han acudido a la capilla de San Jorge a despedir a su bisabuela de la mano de su madre y de su padre, Mike Tindall. Las pequeñas han estado también en la capilla ardiente de la Reina durante la segunda Vigilia de los Príncipes 

El castillo de Windsor, el lugar en el que el tiempo parece haberse detenido también es el escenario perfecto, más solemne y eterno para una ceremonia histórica como la que este lunes albergaba. La llegada del ataúd, escoltado por los guardias granaderos y seguido del cortejo fúnebre ha dejado imágenes espectaculares que quedarán en la memoria colectiva

Los cuatro hijos de la Reina, encabezados por el rey Carlos caminan tras el féretro de su madre en su última procesión tras él. Todos ellos visten el uniforme militar, excepto el príncipe Andrés, a quien no se le permite desde que se le retirasen sus títulos castrenses. Tan solo lo ha llevado durante la Vigilia de los Príncipes que tuvo lugar el pasado viernes en Westminster, cuando se le permitió lucirlo como señal de respeto a la soberana

Carlos III, junto con su hermano el príncipe Andrés y sus hijos, los príncipes Guillermo y Harry, todos cabizbajos tras el último cortejo fúnebre de Isabel II. Un día en el que la familia se ha unido en el adiós a la Reina, por encima de las tensiones que subyacen entre algunos de sus miembros

El batallón de Guardias Granaderos forman para recibir el féretro, que ya fuera del vehículo, es portado para introducirlo en la capilla de San Jorge, donde la familia real y algunos invitados, como el rey Felipe, que ha acudido con doña Sofía, le darán su último adiós antes de ser enterrada. Cinco de los guardias que llevan el ataúd han viajado desde Irak, donde se encuentran destacados, para participar en el sepelio

Desde la muerte de Isabel II el jueves 8 de septiembre, Carlos III ha tenido que transitar por su duelo al tiempo que se presentaba ante el país como el nuevo Rey. Siempre con emoción contenida, en esta multittudinaria despedida a la Reina no ha podido evitar las lágrimas y hemos visto a un monarca, pero también a un hijo 

Ha sido la recta final de los honores a Isabel II. Solo Windsor podía ser la parada final de la Reina y las imágenes que nos ha dejado la procesión hasta la capilla de San Jorge han sido inolvidables

Entre el rey Carlos y su hermana la princesa Ana siempre ha existido una gran complicidad. Los dos han vivido unos días complicados. Él compaginando su presentación al mundo como nuevo monarca con la tristeza de perder a una madre y ella, que ha acompañado a la Reina desde la mañana del 8 de septiembre, cuando sonaron todas las alarmas en Buckingham por el empeoramente de su salud, hasta su traslado de Escocia a Londres

El sonido de las gaitas ha tenido un protagonismo especial en la despedia a Isabel II. Tanto en el servicio de Londres, como en el de Windsor, el gaitero de la Reina puso el punto final a ambas misas, por expreso deseo de la soberana. La última culmina con el féretro descendiendo lentamente a la bóveda real, donde recibirá sepultura

George de Gales llega en coche a la capilla de de San Jorge, donde ha vuelto a procesionar tras el ataúd junto a su hermana Charlotte, como ya hiciera en Westminster. Son muchas horas las que exige un día histórico como el de este lunes y más aún para un niño de 9 años que además dice adiós a su querida gan gan, como llamaban cariñosamente a su bisabuela. De ahí, la expresión cansada que muestra el joven príncipe a su llegada a Windsor

La princesa Charlotte observa a los guardias granaderos, firmes para recibir el féretro de Isabel II, desde el coche en el que viajaba de Londres a Windsor. Un día intenso para la pequeña, de siete años, en el que la hemos visto reir, llorar, pero sobre todo comportarse como una auténtica lady en un momento muy difícil 

La llegada del cortejo fúnebre a Windsor ha sido todo un espectáculo. La ciudad se ha volcado para despedir a la Reina y rendirle un último homenaje 

Sarah Ferguson, que le dedicó unas cariñosas palabras de despedida a la que fuera su suegra, no ha faltado al funeral de Estado. A pesar de estar divorciada del príncipe Andrés, ha acompañado a sus hijas, Eugenia (en la imagen) y Beatriz de York a dar el último adiós a su abuela 

Eugenia y Beatriz de York llegan a la capilla de San Jorge. Las hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson han estado acompañadas de sus maridos, Jack Brooksbank y Edo Mapelli Mozzi, respectivamente. Este último no solo ha asistido a los actos en homenaje a la Reina junto a su esposa, sino que también se le ha visto visitando a título personal algunos de los memoriales los ciudadanos han creado en su honor por Londres

Los jardines de Windsor se han convertido en mares de flores en honor a la Reina. En la imagen los guardias granaderos parecen custodiar la memoria de Isabel II representada por cada una de las flores

El príncipe Andrés pasea en solitario por las inmediaciones del castillo de Windsor antes de incorporarse con sus hermanos al cortejo fúnebre. Cabe esperar que después de este regreso puntual a la vida pública para despedir a su madre, el duque de York pase a un segundo plano en la familia real, después de que haya abandonado la actividad institucional cuando se vio envuelto en un amarga polémica por su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein. Además, Isabel II le retiró sus títulos militares, por lo que ha tenido que vestir de civil en el cortejo

Es el momento final del cortejo fúnebre que le ha seguido por el castillo de Windsor hasta llegar por el pórtico de Galilea a la capilla de San Jorge, escenario de tantas alegría y tantas despedidas para la familia real británica. precediendo al ataúd iban, además de personas de máxima confianza de la Reina, el arzobispo de York, el arzobispo de Canterbury, el decano de Windsor, David Conner, -que se ha encargado del oficio- , Lord Chamberlain y el conde mariscal