Hacerse la pregunta de si Harry de Inglaterra y Meghan Markle serán invitados a la Casa Blanca no habría tenido sentido si Donald Trump hubiera ganado las elecciones; sin embargo, la ‘era Biden’ ha comenzado. Si la duquesa de Sussex no ha ocultado su pasión por la política, es el Príncipe el que mantiene una amistad con Jill Biden –la nueva Primera Dama- que se remonta al 2012. El número de los Sussex está en la agenda del matrimonio presidencial y su viaje a la Casa Blanca (que no sería el primero para Harry) no es ninguna idea descabellada.
A pesar de que el príncipe Harry intentó no pisar terreno político al instalarse en los Estados Unidos en plena campaña presidencial, lo cierto es que terminó alentando a los ciudadanos para ir a las urnas, siguiendo así un camino que había iniciado Meghan Markle, para gran estupefacción en el Reino Unido. En honor a la verdad hay que decir que ninguno de los dos se posicionó públicamente, pero las pistas fueron claras. Kamala Harris (la recién elegida vicepresidenta) había mostrado su empatía con Meghan cuando era una princesa abrumada por los tabloides; y la duquesa ya había apoyado la carrera de Hillary Clinton cuando nada hacía presagiar que se convertiría en un miembro de la realeza perdiendo así su voz (política) y su voto. Todos supieron leer entre líneas, el primero fue Donald Trump que no dudó en campaña en lanzarle un dardo a Meghan deseándole suerte a Harry.
Todos los asaltos entre Trump y Meghan en un combate que ya es algo personal
La única pieza del puzle que había pasado desapercibida hasta ahora es la amistad que mantiene Jill Biden con Harry. La mayoría de medios británicos aseguran que se conocieron en el año 2013, pero buceando hemos descubierto un primer encuentro público en el año 2012 durante una recepción en la embajada británica en Washington. El asunto que les unió no fue otro que el apoyo a las tropas: Harry sirvió durante diez años al ejército británico y los Biden tuvieron un hijo (hijastro para Jill) en la armada de los Estados Unidos y que murió de cáncer en el 2015.
¿Qué tienen en común la Primera Dama de 69 años y el Príncipe de 36?
Un año después Michelle Obama y Jill Biden invitaron al príncipe Harry a la Casa Blanca y celebraron juntos una merienda para hijos de militares. Con estos antecedentes, cuando Harry comenzó a recabar apoyos para el lanzamiento de los Juegos Invictus, allí estaba Jill para apoyarle. Aunque fue el matrimonio Obama el que por razones obvias acaparó todas las miradas -sobre todo cuando enviaron ese divertido vídeo que Harry supo contrarrestar con el apoyo de la Reina- fue Jill Biden, con una agenda menos exigente que la que tenía por aquel entonces Michelle Obama, la que viajó hasta Londres para presenciar los primeros torneos que se celebraron junto al príncipe Harry.
En el año 2015 la historia se repitió. Michelle Obama y Jill Biden abrieron a Harry las "puertas" de los Estados Unidos por todo lo alto. Las dos "primeras damas" apoyaron con su presencia al Príncipe en una competición que se celebró en Virginia mientras se recaudaban fondos para que el año siguiente se disputaran en suelo estadounidense. Y así fue: en el año 2016 los Juegos Invictus se celebraron en Orlando con la presencia de nuevo de Michelle Obama y Jill Biden, que no se conformaron con solo estar ellas en la gran cita de Harry, las dos mujeres acudieron con Barack Obama y Joe Biden, dándole una mayor relevancia pública a la competición. Tanto es así, que incluso se cuenta que Joe Biden llegó a hacerle alguna broma a Harry con la cantidad de tiempo que pasaba junto a su mujer.
¿Se conocen ya Meghan Markle y Jill Biden?
Esta amistad también se puso de manifiesto un año después en Toronto. Aunque de la edición de los Juegos Invictus del 2017 lo que pasó a la historia fue la presentación pública de Meghan Markle, que llegó agarrada de la mano de Harry a un partido de tenis anunciando así que lo suyo iba muy en serio. Lo cierto es que Jill y Joe Biden (que ya no estaban en el Gobierno porque Trump había ganado las elecciones) volaron también a Canadá para estar con Harry en las competiciones en las que participaba el equipo estadounidense. En público los Biden y Meghan no coincidieron, pero ¿se conocerían entonces lejos de las cámaras?
Analizando el recorrido, se puede decir que si alguien ha apoyado a Harry para que unos juegos -que empezaron de forma tímida- hayan adquirido la importancia y los apoyos que tiene hoy en día en los Estados Unidos, esa ha sido Jill Biden. No obstante, no hay que olvidar que Melania Trump intentó poner de su parte y también viajó a Canadá para ocupar el lugar de Primera Dama –un puesto que estrenaba entonces- en esa edición del 2017. Sin embargo, este apoyo no se repetiría y en el año 2019, antes de que los Trump llegaran al Reino Unido en viaje oficial, circularían unas declaraciones en las que al parecer Donald Trump no hablaba bien de Meghan Markle. El entonces presidente culpó a la prensa del conflicto; no obstante, el pasado septiembre en plena rueda de prensa confirmó lo que era un secreto a voces: "Yo no soy fan de ella (Meghan), como ella ya probablemente sepa, solo diré que le deseo suerte a Harry. La va a necesitar".
Si la crisis sanitaria lo permite y los Biden retoman las costumbres de los Obama, volverán a la Casa Blanca esas veladas en las que el matrimonio presidencial disfruta abriendo las puertas de su casa. Beyonce, John Legend, Stevie Wonder, Ryan Reynolds o Black Lively son solo algunos de los nombres que fueron invitados por los Obama durante sus ocho años en el 1600 de la Avenida de Pensilvania.