Dicen que Jessica Mulroney respondió de la peor manera justo en el peor momento y que la desafortunada reacción podría haberle costado su amistad con la Duquesa de Sussex, que se había ganado a lo largo de los años el calificativo de estrecha. La mujer del príncipe Harry dio a los hijos de su íntima amiga un papel protagonista como pajes en la boda real, durante su último viaje al Reino Unido para la despedida oficial de los Duques le confió el cuidado de su pequeño Archie y siempre seguía sus consejos de estilo desde que se conocieran e hicieran buenas migas a la llegada de Meghan a Canadá.
Jessica Mulroney, la estilista 'royal', imita a su clienta más famosa: Meghan Markle
El último traspiés de los duques de Sussex para levantar su proyecto
El libro que puede terminar con la teoría del 'Megxit' al dibujar a un Harry 'muy infeliz'
Ahora podría haberse abierto una brecha en su relación como consecuencia de que la estilista se viera envuelta en una turbulenta polémica en plena reivindicación antirracista por haber atacado a la blogger de estilo de vida afroamericana Sasha Exeter, que pidió la colaboración de influencers en la defensa del movimiento de justicia social Black Lives Matter, Las vidas negras importan. Una campaña que surgió hace unos años entre la población estadounidense de raza negra para luchar contra la violencia policial y el racismo sistémico, y que la muerte de George Floyd ha desatado de nuevo con manifestaciones masivas.
La equivocación, como la propia Jessica ha reconocido públicamente en sus redes sociales hasta en dos ocasiones, ha tenido efecto dominó en su cartera profesional: varios de sus trabajos han querido desvincularse de toda implicación racista rehusando de sus servicios inmediatamente. Ha perdido su colaboración con Good Morning America y se ha visto obligada a renunciar a la junta directiva de The Shoebox Project, la organización benéfica que había fundado con sus cuñadas, solo unos días después de que Sasha Exeter la acusara de hacer valer su privilegio blanco al haberla amenazado con demandarla tras una discusión privada sobre racismo.
El escándalo pone en un verdadero dilema también a la propia Meghan, que ha dedicado su breve vida como miembro de la realeza a promover siempre el bien social y es una activista de la igualdad racial de toda la vida. Así, mientras unos aventuran que este embrollo podría tratarse “del principio del fin de su relación”, otros aseguran a Page Six que ya llevaban tiempo distanciadas sin especificar el detonante concreto de su alejamiento, pero insinuando como uno de los motivos la interesada amistad de Jessica, que querría hacer carrera a costa de la Duquesa. Tal vez todavía haya solución y Jessica pueda arreglarlo de la mejor manera en el mejor momento.