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Cronología de la historia que ha cambiado para siempre el destino de Harry y Meghan


Actualizado 31 de marzo de 2020 - 13:23 CEST
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Este martes se acaba la larga cuenta atrás con la que los duques de Sussex se han despedido de su papel en la Monarquía británica. Un proceso que ha durado, al menos de manera pública, tres meses, en los que el príncipe Harry y Meghan Markle han tratado de dar forma a su nueva vida, de acuerdo con los preceptos pactados con la Reina. Repasamos la cronología de un adiós insólito.

7 de enero

Los duques de Sussex habían recibido al año nuevo en Canadá, mientras apuraban los últimos días de su anunciado retiro de seis semanas para alejarse de la presión mediática. El 7 de enero tenía lugar su reaparición en Londres. Era la esperada la vuelta de Harry y Meghan a la agenda institucional y lo hacían con una visita a la Casa de Canadá en la capital inglesa en agradecimiento por la acogida que les habían brindado. Sonrientes y relajados, nada hacía presagiar que esa visita sería mucho más significativa de lo que parecía. Era la última antes de soltar la bomba que haría temblar -una vez más- los cimientos de Buckingham

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8 de enero

Un día después de su regreso a la vida pública en Londres, los duques de Sussex difundían un comunicado sin precedentes: "Después de muchos meses de reflexión y discusiones internas, hemos decidido hacer una transición este año y empezar a dar un paso atrás hacia un nuevo puesto en esta institución. Nuestra intención es dejar de ser miembros 'senior' de la Familia Real y trabajar para ser independientes a nivel financiero mientras seguimos apoyando al completo a su Majestad la Reina. Con vuestro ánimo, particularmente en los últimos meses, nos sentimos preparados para hacer este ajuste. Ahora planeamos equilibrar nuestro tiempo entre Reino Unido y Norte América, continuando nuestro deber hacia la Reina, la Commonwealth y nuestros patrocinios". Así comenzaba el escrito con el que sorprendían al mundo Harry y Meghan. El texto continuaba anunciando que pondrían en marcha una nueva entidad benéfica, además de aclarar su intención de educar a su hijo en "la tradición Real", pero eso sí, lejos de la realeza.

Los duques compartían este comunicado junto a esta imagen que corresponde al día que anunciaron su compromiso y la vida de Meghan cambió por completo. Ahora, será la del príncipe Harry la que dé un vuelco radical

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La respuesta de la Reina ante el anuncio de su nieto y su nuera no tardó en llegar. El mismo día 8 de enero, Isabel II 'contraatacaba' con otro comunicado con el que parecía tratar de echar el freno al tsunami que se avecinaba. En un escueto texto, Isabel II aclaraba que las conversaciones se encontraban "en una etapa temprana" y se mostraba conciliadora, a la par que dejaba claro quién llevaba el timón en este asunto. "Entendemos su deseo de tomar un enfoque diferente pero esto son temas complicados y tomará su tiempo el organizarlos", finalizaba la Monarca. 

En sus palabras se dejaba entrever sorpresa y decepción ya que según ha publicado Johnny Dymond, periodista especializado en la realeza de la BBC, nadie en la Familia Real había sido consultado antes de que la pareja anunciase su decisión

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9 de enero

Un día después del comunicado de los duques de Sussex, no solo la Reina tenía prisa por solventar las cosas cuanto antes. El mítico museo de cera Madame Tussaud ya tomó cartas en el asunto y decidió separar las figuras de Harry y Meghan del resto de la Familia Real. Aun quedaban tres meses para que se hiciese efectivo el 'megxit', como acuñó la prensa al proceso, pero la galería decidió saltarse cualquier periodo de transición

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10 de enero

Entre tanto, Meghan Markle volvía a Canadá con el pequeño Archie, que contaba con ocho meses y al que habíamos visto por última vez en una imagen que compartió su padre desde Vancouver con motivo del Año Nuevo. En la ciduad de la Columbia británica, la duquesa de Sussex era fotografiada especielmente abrigada y ajena al cisma familiar que se había creado en Londres

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11 de enero

En medio de la tormenta, los duques de Sussex parecían arrancar ya con sus nuevos proyectos. Apenas una semana después de su anuncio, salía a la luz el acuerdo comercial al que había llegado Meghan Markle para poner la voz en off a una producción de Disney a cambio de que la compañía haga una contribución a la ONG Elephant without Borders, puesto que aún no pueden desempeñar actividades remuneradas.

Lo cierto es que este acuerdo se había fraguado ya hacía unos meses, en concreto en julio de 2019, cuando en la premier de El Rey León, el príncipe Harry y Meghan Marle aprovecharon la ocasión para expresarle al director ejecutivo de Disney, Bob Iger, el interés de la duquesa en volver al cine, aunque sea de forma desinterada. El Daily Mail publicó el vídeo en el que se observa cómo el príncipe intercede ante Iger y después es Markle la que le muestra su disposición

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12 de enero

Había mucha tela que cortar. Nadie dijo que fuera fácil reacomodar a un miembro de la realeza que quiere dejar de serlo, o que quiere continuar pero en otros términos. Sin embargo, detrás de todas las conversaciones para buscar un encaje que resulte adecuado a los intereses de todas las partes implicadas, subyacía el plano personal, y también el más doloroso. 

Es una institución milenaria, pero también familia, y ya se comenzaban a airear las primeras fisuras. La prensa británica aseguraba que el príncipe Guillermo se encontraba profundamente dolido y decepcionado por la decisión de su hermano, al que siempre ha estado muy unido. Algunos medios incluso iban más allá, y aseguraban que los duques de Cambridge había llegado a "acosar" a los Sussex. Guillermo y Harry se apresuraron entonces a negar tajantemente esta información a través de un comunicado conjunto: “A pesar de las claras negaciones, hoy se ha publicado una historia falsa en un periódico del Reino Unido que especulaba sobre la relación entre el duque de Sussex y el duque de Cambridge. Para los hermanos, que se preocupan tanto por las enfermedades mentales, el uso de este lenguaje es ofensivo y potencialmente dañino”

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13 de enero

Era el momento de poner negro sobre blanco lo que tantas especulaciones suscitaba. Por aquel entonces, la intención de los duques de Sussex era dejar de ser miembros senior de la Casa Real, pero dejando la puerta abierta a participar en algún acto institucional. La Reina, sin embargo, no era partidaria de medias tintas y organizó una cumbre de la plana mayor de los Windsor en su residencia de Sandrigham para aclarar los términos de su retirada. 

La expectación mediática era máxima y los alrededores de la casa de campo se llenaron de periodistas que apenas pudieron sacar imágenes de los 'royals' allí reunidos, más allá de la llegada de algún coche. 

El encuentro comenzó con una reunión privada entre Isabel II y el príncipe Harry. Aunque en un principio se pensó que participaría Meghan Markle por teléfono, finalmente no fue así. Tras la reunión bilateral, se unieron el príncipe Carlos y el duque de Cambridge. La cumbre se saldó con un comunicado de la soberana en clave muy personal en el que establecía un periodo de transición y emplazaba a las partes a concretar las condiciones de su salida: "Harry y Meghan han dejado en claro que no quieren depender de fondos públicos en sus nuevas vidas. Por lo tanto, se acordó que habrá un periodo de transición en el que los Sussex pasarán tiempo en Canadá y el Reino Unido. Estos son asuntos complejos que mi familia debe resolver, y aún queda mucho trabajo por hacer, pero he pedido que se tomen decisiones en los próximos días"

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15 de enero

En Londres continuaban las conversaciones para dar forma al acuerdo que regirían la nueva vida de los duques de Sussex y en Vancouver, Meghan Markle retomaba su agenda. Una vez obtenido el beneplácito de la Reina para independizarse de la Familia Real, la duquesa visitaba un centro de mujeres en Vancouver, destinado a prestar ayuda a quienes la necesitan y al día siguiente acudía a una organización en favor de la justicia climática y la igualdad de género en la ciudad canadiense

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18 de enero

Isabel II quería solventar las cosas con la mayor celeridad posible, y dicho y hecho. Una semana después de la cumbre de Sandringham se hacían públicos los detalles de un acuerdo con pocas concesiones a los duques. Lo hacía a través de dos comunicados. En uno el Palacio de Buckingham explicaba que Harry y Meghan serían tratados como duque y duquesa de Sussex, pero perdían su estatus de Alteza Real, además consensuaron que pagarían de su bolsillo los 2,4 millones de libras que costó la reforma de Frogmore Cottage, que seguiría siendo su residencia en Londres. Aunque mantienen sus fundaciones y patronazgos, el príncipe Harry pierde todos sus títulos militares y ya no podrán representar a la Reina en ningún acto

En otro escrito, en clave más personal, Isabel II anunciaba que ya había acuerdo y reconocía las dificultades que había atravesado la pareja debido a la presión mediática. No solo les deseaba suerte en el futuro, si no que destacaba el papel de Meghan durante los últimos dos años y su rápida adaptación a la Familia Real. La Reina contrarrestaba así con conciliación las estrictos términos del acuerdo de salida

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20 de enero

Al día siguiente de que se hiciese público el acuerdo que cambiará para siempre la historia de la Monarquía británica, el príncipe Harry rompía su silencio con el discurso más esperado. En un acto benéfico al que había acudido en Londres se explayó durante ocho minutos explicando "su verdad". A ratos emocionado, confesó que le produce "una gran tristeza haber llegado a esta situación", pero aseguraba que la presión mediática no le dejó otra opción. Expresando su profundo respeto y lealtad hacia su abuela, aclaraba que no se trataba de "una huida", sino de dar un paso hacia una vida más tranquila para él, su mujer y su hijo Archie

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21 de enero

Tras tres semanas tratando de encajar las piezas que le permitieran una nueva vida con su familia y evitar al mismo tiempo una ruptura con los Windsor, el príncipe Harry aterrizaba, mochila al hombro, en Canadá para reecontrarse con Meghan y su hijo

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7 de febrero

Apagados los fuegos en Londres, al menos por ahora, los duques de Sussex participaban en su primer acto público tras su salida de la primera línea de la Casa Real. Lo hacían en Miami, en un evento anual organizado por el gigante financiero JPMorgan en el que el príncipe Harry pronunció un sincero discurso. El acto se organizó a puerta cerrada, pero según desvelaron algunos asistentes a Page Six, el hijo de Carlos de Inglaterra confesó que había pasado varios años en terapia para superar la muerte de su madre. Es en este duro golpe que sufrió cuando tenía tan solo 12 años donde residen buena parte de los miedos que le han llevado a dar un paso atrás en la Familia Real ya que en su discurso dijo también que no quiere que Meghan o su hijo Archie pasen por lo mismo que él

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21 de febrero

Aunque el acuerdo estaba definidio en líneas generales, quedaban flecos sueltos y Harry y Meghan aún tuvieron que enfrentarse a algún que otro revés. Después de establecer que el periodo de transición finalizaría el 31 de marzo, Isabel II determinaba que su nieto y su nuera deberán de utilizar la marca Sussex Royal cuando se haga efectiva su salida. 

Sussex Royal es el distintivo de los duques y, de hecho, habían registrado la marca en junio para su explotación comercial en varios productos. Varios expertos habían cifrado también en cantidades millonarias el rédito que podría obtener la pareja con su marca personal, pero, finalmente, su gozo en un pozo

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22 de febrero

La decisión de la Reina de prohibir el uso de su marca personal causó un profundo malestar en los duques de Sussex y así lo hicieron saber a través de un duro y extenso comunicado en el que, no obstante, acataban la decisión. 

"Aunque no hay ninguna jurisdicción por parte de la Monarquía o el Gobierno sobre el uso de la palabra 'royal' en ultramar, el duque y la duquesa de Sussex no tienen intención de utilizar 'Sussex royal' o cualquier variante de la palabra 'royal' en  ningún territorio (ni de Reino Unido ni fuera) cuando finalice el periodo de transición en la primavera de 2020", reza el texto difundido en su página web, que deberá cambiar de nombre una vez entre en vigor la prohibición. 

El príncipe Harry y Meghan Markle también recuerdan en el escrito que se ha establecido un periodo de 12 meses para revisar el acuerdo, a pesar de que "hay precedente de otros miembros de la Familia Real que buscan empleo fuera de la institución". Eugenia y Beatriz de York, son un buen ejemplo de este caso, por lo que muchos lo interpretaron como una alusión velada a sus primas

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3 de marzo

El regreso del príncipe Harry a Londres a principio de marzo no fue casual. Semanas antes, la Reina había pedido a los duques de Sussex que asistiesen a un último acto institucional antes de su retirada. Quería que estuvieran el 9 de marzo en el Día de la Commonwealth con toda la familia.

Harry llegó unos días antes y además de llenar su agenda de compromisos apurando los últimos coletazos de la vida 'royal', había asperezas que limar con su abuela, así que se reunió con ella en privado para almorzar en el castillo de Windsor. Según ha revelado fuentes de Palacio a la prensa británica, el encuentro sirvió para acercar posturas. La monarca explicó las razones de la prohibición de utilizar la marca Sussex Royal con fines comerciales y aunque se mostró comprensiva con los deseos de su nieto, también le expresó su tristeza por ver tan poco a Archie. Un salmón escalfado y unos sandwiches de pepino después, Harry abandonaba el castillo, según testigos, pensativo.

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5 de marzo

Por fin llegaba uno de lo momentos más esperados: el regreso de Meghan Markle a Reino Unido y la duquesa no defraudó en su reaparición. Bajo la lluvia, exultante de azul, e intercambiando miradas y sonrisas con el príncipe Harry, llegaba dos meses después de su último compromiso en el país a la entrega de los premios Endeavour, que reconocen la labor de aquellos militares veteranos heridos en acto de servicio que recurren al deporte como parte importante de su recuperación

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9 de marzo

El Día de la Commonwealth siempre provoca gran expectación en Reino Unido porque no solo se reúne la Familia Real al completo en el mayor servicio multirreligioso del año, sino que numerosas celebrities se suelen dejar ver en la Abadía de Westminster. Este año, además, era la despedida de los duques de Sussex como miembros senior de la Casa Real y también se producía el reecuentro con los duques de Cambridge cuatro meses después de que coincidieran en el Día del Recuerdo.

En su último acto como 'royals', Meghan, con un espectacular vestido verde con capa no abandonó la sonrisa un instante, mientras que su marido, se mostraba algo más pensativo. Sin embargo, el encuentro con los Cambridge supo a poco. Sentados en diferentes bancos por el protocolo, apenas intercambiaron un escueto "hola" en toda la ceremonia

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16 de marzo

Finalizado su último acto como 'royals', los duques de Sussex regresaron a Canadá, donde les esperaba su hijo, el gran ausente en su breve regreso. Si alguien sintió esa ausencia fue su abuela que, al menos, recibió una alegría días después. Harry y Meghan pasarán las vacaciones de verano en el castillo de Balmoral, en Escocia, con su pequeño, que seguirá así la tradición de los Windsor, a pesar de vivir al otro lado del charco

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27 de marzo

Desde entonces hasta ahora no ha habido margen para demasiados movimientos debido la crisis del coronavirus, pero los duques de Sussex aún han tenido tiempo para un giro de última hora e in extremis. La familia se ha mudado de Vancouver a Los Ángeles justo antes de que cerraran las fronteras entre Estados Unidos y Canadá, ciudad natal de la duquesa y donde reside su madre. Aunque era una decisión que llevaban meditando un tiempo, las circunstancias parecen haber precipitado los acontecimientos. Finalmente, es en Los Ángeles donde la familia de la bienvenida a su nueva vida