Los duques de Cambridge han volado este martes a la República de Irlanda en el que es su primer viaje oficial al país. El objetivo de esta visita no es otro que afianzar los lazos de ambos países y conocer más de cerca la cultura e iniciativas de Irlanda. Durante tres días, el matrimonio recorrerá algunos de los puntos más significativos del país, mientras en Reino Unido el príncipe Harry acude a sus últimos actos como 'royal'. De hecho, este martes el duque de Sussex se reunía en el Castillo de Windsor y durante cuatro horas con su abuela, la reina Isabel II de Inglaterra, para limar asperezas
Los duques de Cambridge aterrizaban en el aeropuerto internacional de Dublín procedentes de un vuelo comercial. Para la ocasión, la Duquesa no elegía su atuendo al azar, sino que hacía un guiño a Irlanda al optar por el color verde -el de la isla-, enviando así un mensaje a través de su estilismo. Lucía un vestido midi de seda de Alessandra Rich -diseñadora a la que ha recurrido en anteriores ocasiones- combinado con un abrigo, zapatos y bolso de mano de Catherine Walker, y con una diadema de terciopelo en color negro
A su llegada a Irlanda eran recibidos por el embajador de Reino Unido en Irlanda, Robin Barnett, entre otras personalidades. La primera parada era la reunión con el presidente del país, Michael D Higgins, y con su mujer, Sabina Coyne -actriz y activista-. Durante todo el encuentro, mantenido en la residencia oficial del mandatario, los duques de Cambridge se mostraron muy atentos y cariñosos con el matrimonio, intercambiando risas y confidencias. Así, les vimos de lo más divertidos con una de las mascotas de la familia, Brod, un perro de montaña birmano, y tomando té con galletas y pasteles
Casi al principio de la conversación, la primera dama irlandesa bromeó con el matrimonio acerca de los problemas familiares que estaban viviendo en la actualidad. 'Estamos encantados de darle la bienvenida. Estáis viviendo muchas cosas emocionantes en la familia', comentó al respecto, antes de salir al jardín, el mismo que visitó la reina Isabel II de Inglaterra en el año 2011 y donde colocó una corona de flores que simbolizaba también las buenas relaciones angloirlandesas
Tras esa primera toma de contacto, los cuatro se dirigieron hasta el Jardín del Recuerdo, donde los Duques colocaron su propia corona de flores en la que podía leerse 'Que nunca olvidemos las lecciones de la historia', en memoria de los que lucharon por la independencia de Irlanda, en claro homenaje a los que se alzaron contra el dominio británico en 1916. Ese momento sirvió para que los anfitriones y sus invitados dieran un paseo por los terrenos. Posteriormente, el príncipe Guillermo y su mujer tocaron la cuerda de oro de la Campana de la Paz tres veces -como manda la tradición-. Se trata de un objeto con el que se conmemora el décimo aniversario del acuerdo de Viernes Santo
Dicha campana, que data del siglo XIX, está colocada sobre dos troncos de roble. Los duques de Cambridge, entonces, pudieron ver la gran piscina del jardín, creada con la forma de una cruz no confesional, diseñada para incluir a todas las religiones y credos. Cabe recordar que el jardín fue diseñado por Daithi Hanly y cuenta con grandes esculturas de diversa temática. Tras firmar en el libro de visitas, el príncipe Guillermo y su esposa mantuvieron un encuentro con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar
Este martes por la noche continuaron los actos enmarcados en este viaje oficial de los duques de Cambridge. De hecho, acudieron a una recepción organizada por el embajador británico en Irlanda en el Gravity Bar del Guinness Storehouse, donde pudieron conocer a una amplia representación de personas procedentes de diferentes ámbitos: artes, deporte, negocios y organizaciones benéficas. Aquí la pareja se empapó de la historia de la cerveza y podrá aprender a tirarla, tal y como sucedió hace justo un año en el Belfast Empire Music Hall
Durante esta visita a la fábrica de Guinness, el duque de Cambridge sacó a relucir el tema más candente del momento: el coronavirus. Llegó a bromear sobre las personas que creen que están afectados por está infección cuando lo que tienen es tos. 'Apuesto a que todos dicen 'tengo coronavirus, me estoy muriendo' y tú dices 'no, acabas de toser'. ¿Parece bastante drama lo del coronavirus ahora mismo, no? ¿No se está exagerando en los medios?', comentó el príncipe Guillermo, después de saludar, al igual que su mujer, a todos los presentes estrechando la mano
Para esta ocasión, la duquesa de Cambridge cambió de vestido, pero no de color. De nuevo, el verde volvió a ser el tono elegido -no es algo casual, teniendo en cuenta que se encuentra en Irlanda-. En concreto, lució un traje midi muy brillante de manga francesa de The Vampire's Wife, en el que destacan los volantes en las mangas y en el bajo. Las miradas cómplices y las sonrisas volvieron a ser, una vez más, los protagonistas
Tras conocer el proceso de elaboración de cerveza y cómo tirar la pinta perfecta, los duques de Cambridge prosiguieron su intensa agenda en Irlanda. Allí permanecerán hasta el próximo viernes. No podrán asistir entonces a la entrega de los premios Endeavour, a la que sí acudirán los duques de Sussex. Meghan Markle, de hecho, volará en breve desde Canadá para encontrarse en Reino Unido con su marido, que lleva en el país ya varios días
Las dos parejas, es decir, los duques de Cambridge y los de Sussex, se reunirán por primera vez desde el 'Megxit' el próximo 9 de marzo, cuando se celebre el Día de la Commomwealth. Los dos matrimonios acudirán a la Abadía de Westminster junto con la reina Isabel II, el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles. Será una de las últimas ocasiones en las que les veamos juntos, al menos por un tiempo, dado que Harry y Meghan se independizarán definitivamente de la Familia Real británica a finales de mes