Desde su posición, Antonella desempeñó no solo tareas de supervisión de la limpieza del apartamento o de la comida de los duques -especialmente durante los embarazos de la esposa del príncipe Guillermo-, o de sacar a pasear al perro de la familia, sino que también se encargó personalmente de introducir algunas recetas italianas en el menú e, incluso, de enseñar a cocinar a la propia duquesa