La princesa Margarita solía retirarse a esta histórica mansión del siglo XVII en el norte de Gales durante los 18 años que duró su matrimonio con el fotógrafo Antony Armstrong-Jones, ya que había sido propiedad de la familia de su exmarido. Ahora, transformada en un acogedor hotel, han decidido ponerla a la venta a través de la inmobiliaria Christie & Co por un precio que tal vez sea más bajo de lo que esperas: 375.000 libras. Desde luego, se trata de una cifra que no es apta para todos los bolsillos, pero no tan desorbitada como cabría esperarse de una antigua propiedad Real.
A pesar de haber pasado por distintos propietarios desde entonces, la casa mantiene su esencia y las estancias conservan todo el encanto de entonces. El acceso principal está precedido de un agradable patio perfecto para un desayuno al sol cuando el clima galés lo permita