Samantha, originaria de Brisbane (Australia), lleva 17 años trabajando para la Familia Real: era una de las ayudantes de mayor confianza de la reina Isabel II y anteriormente desempeñó sus funciones como secretaria de comunicaciones. Casada con un dentista y madre de tres hijos, a principios de este año pasó a trabajar directamente al servicio del príncipe Harry, de cara a la gran boda real que tuvo lugar en el castillo de Windsor y que generó una enorme expectación en todo el mundo.