La pareja se sentó en una mesa situada en un acogedor rincón en la parte trasera del restaurante y compartió medio litro de cerveza Guinness, aunque el Príncipe tomó una Coca-Cola. Para comer, salmón ahumado de entrante y, como plato principal, merluza para ella y cordero para él. "También habían planeado tomar postre, pero dijeron que estaban demasiado llenos", dijo la gerente del restaurante.