Hay que reconocerlo, pocas casas reales dejan imágenes durante sus viajes al extranjero tan genuinas como las de los Windsor. Desde la Duquesa de Cambridge armada con un arco y una flecha en Bután hasta el príncipe Harry celebrando el festival Holi en Nepal, eso sin olvidar las adorables imágenes de George de Cambridge rodeado de animales australianos. Los últimos en dejar un álbum fotográfico de lo más curioso han sido el príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles que durante su gira de once días por Asia han hecho una parada en un lugar único en donde el hijo de la Reina de Inglaterra ha sacado al explorador que lleva dentro.
El príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles han recorrido Singapur, Malasia, Brunei e India para celebrar los Juegos de la Commonwealth, que comenzarán en la Costa de Oro de Australia el próximo año.
En su tercer día de viaje en el poblado cultural de Sarawak, en Malasia, un museo viviente en el que se pueden observar las tradiciones y estilos de vida de diferentes tribus de la zona, el príncipe Carlos y Camilla fueron recibidos con una danza tradicional tras la que recibieron guirlandas de cuentas hechas a mano.
Durante su visita en este poblado, situado en la parte noroeste de la isla de Borneo, vieron ejemplos de viviendas, cocina y manualidades de la zona, además fueron testigos de un baile de guerreros representado por miembros de la tribu Iban, una de las más famosas de la isla de Borneo por ser la más numerosa y por su belicosa historia.
El príncipe de Gales probó el arte de cazar con una cerbatana con especial acierto.
Esta se trata de un arma antigua que, normalmente cargada con un dardo venenoso, era usada por la tribu de Penan, entre otras, para cazar cualquier tipo de animal de la selva tropical, desde jabalís salvajes hasta lagartos y monos, ahora todo animales protegidos.
Más tarde se adentraron entre la fauna y flora de la zona en busca de algunos de estos animales tan especiales, de ahí los prismáticos que usa el Príncipe en esta imagen. Concretamente el orangután de Borneo es una especie única nativa de esta isla, y miles de ejemplares siguen viviendo en lilbertad en su hábitat natural.
El príncipe Carlos conoció más sobre los esfuerzos de los especialistas de la isla para proteger a los animales nativos que se encuentran en peligro.
Seis orangutanes vinieron al encuentro de la pareja 'real' en el Centro de Rehabilitación de la vida salvaje de Semenggoh, incluso acercándose al Príncipe para coger el plátano que este les ofrecía.
Semenggoh es el centro de rehabilitación más grande del estado de Sarawak y está cerca en tamaño al de la capital de la región, Kuching. Los orangutanes tienen su hábitat natural solamente en las selvas tropicales de Borneo y Sumatra y están amenazados por la tala, minería e incendios.
Los monarcas posaron con algunos de los indígenas vestidos con la ropa y joyas tradicionales de su tribu. Más tarde y para terminar la visita a Sarawak cogieron una balsa de madera para atravesar el lago que cruza la zona.