Diana de Gales fue puliendo su estilo con los años y la moda se convirtió en su mejor arma. Usó la moda para comunicarse, como una herramienta para transmitir su mensaje. Pero no era frívola ni quería un vestido mejor que las otras princesas. Eso no le importaba, lo que realmente le importaba era ayudar al necesitado: ‘Cuando el mundo te da tanto, tienes que hacer algún tipo de balance. La única manera en la que yo puedo compensar es dar’. Ella dejó un legado de amor, paz, unidad y buena voluntad