"Hemos perdido la flor de una generación. Y, en los años que siguieron, es como si, con ellos, a veces se fuera para siempre una parte del optimismo vital de la vida británica. En muchos sentidos, ese día fue el más triste de la larga historia de nuestra nación", dijo el príncipe Guillermo en un breve discurso frente a un centenar de personas