El precioso Príncipe de Cambridge, de dos años, estaba para comérselo vestido con un pijama de algodón de cuadros vichí azules y blancos, un par de zapatillas marino con aviones y una bata de felpa de color blanco personalizada con su nombre, bordado en azul, que se agotó en cuestión de minutos después de que las fotos de su encuentro con los Obama se hicieran públicas