George, es sin duda, el vivo retrato de su padre, y, al igual que hizo Guillermo por aquel entonces, este precioso niño con el pelo rubio platino con blusa blanca con cuello bebé, bordado en nido de abeja, jaretas y ribeteado en rojo, a juego con sus pantalones cortos, acaparó todas las miradas y embelesó a periodistas, fotógrafos y un numeroso grupo de curiosos.