1/5Intimidad y todas las comodidades: Anmer Hall, que se aloja en Sandringham -la propiedad de la Reina Inglaterra de 20.000 hectáreas-, ha sido sometida a una larga y cara restauración, estimada en casi un millón y medio de euros para dotar de grandes medidas de protección a la propiedad de estilo georgiano de diez dormitorios con el fin de mantenerla a salvo de intrusos y paparazzi. La semana pasada aún no se había dado por finalizada la obra, que seguía en marcha tras una valla de madera alzada en los lindes de la finca para ocultarla de ojos curiosos y lentes de cámara no deseados. Pero, incluso fuera de sus muros, los Cambridge están aislados del gran público. La aldea donde viven es tan pequeña que no tiene ni siquiera un bar -hay un club social, donde la pareja real de vez en cuando disfruta de una noche de cine, pero poco o nada más. Los lugareños ven a menudo al Duque paseando en bicicleta por los caminos rurales, a la Duquesa haciendo compras en los mercados de pueblos vecinos o a ambos cenando también en los pubs de al lado (sus favoritos son The Crown Inn, East Rudham, el Kings Head Hotel, Great Bircham y el Rose & Crown, Snettisham), pero mantienen las distancias y les dejan intimidad.
Intimidad y todas las comodidades: Anmer Hall, que se aloja en Sandringham -la propiedad de la Reina Inglaterra de 20.000 hectáreas-, ha sido sometida a una larga y cara restauración, estimada en casi un millón y medio de euros para dotar de grandes medidas de protección a la propiedad de estilo georgiano de diez dormitorios con el fin de mantenerla a salvo de intrusos y paparazzi. La semana pasada aún no se había dado por finalizada la obra, que seguía en marcha tras una valla de madera alzada en los lindes de la finca para ocultarla de ojos curiosos y lentes de cámara no deseados. Pero, incluso fuera de sus muros, los Cambridge están aislados del gran público. La aldea donde viven es tan pequeña que no tiene ni siquiera un bar -hay un club social, donde la pareja real de vez en cuando disfruta de una noche de cine, pero poco o nada más. Los lugareños ven a menudo al Duque paseando en bicicleta por los caminos rurales, a la Duquesa haciendo compras en los mercados de pueblos vecinos o a ambos cenando también en los pubs de al lado (sus favoritos son The Crown Inn, East Rudham, el Kings Head Hotel, Great Bircham y el Rose & Crown, Snettisham), pero mantienen las distancias y les dejan intimidad.