La Duquesa de Cambridge coronó anoche su puesta en escena en la tradicional recepción diplomática anual de corbata blanca en el Palacio de Buckingham con una preciosa diadema digna de una reina
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La Duquesa, blanca y radiante, coronó su vestido de novia con la tiara halo de Cartier de 1936 que le prestó la reina Isabel para que la llevara el día más importante de su vida
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La Reina madre con la tiara flor de loto que lució anoche la Duquesa de Cambridge
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Los Duques de Cambridge a su llegada en un Bentley a la tradicional recepción al Cuerpo Diplomático