La escapada secreta de los príncipes Guillermo y Kate con sus hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis, ha dejado de ser secreta. Los Gales han sido vistos y fotografiados en una de las estaciones de esquí más exclusivas y famosas del mundo, Courchevel, en los Alpes franceses. Instalados en un fabuloso chalet alpino, ubicado a pie de pista, pero una zona discreta, la familia apuró la semana pasada la última nieve de la temporada.
Los niños han hecho muñecos de nieve; Kate se ha deslizado a toda velocidad; y Guillermo ha disfrutado de unas copas de vino en la soleada terraza del chalet, que al parecer es propiedad de unos amigos, tal y como cuenta la publicación francesa, Paris Match. No es la primera vez que los príncipes británicos se alojan aquí, ya que la casa, al parecer, está disponible tanto para ellos como para los Middleton, que vinieron en enero por última vez.
Tal y como cuentan los trabajadores de la estación y alrededores, los príncipes de Gales intentan generar con su presencia el menor impacto posible con el fin de que su estancia pase desapercibida. Por lo que implican a un número reducido de personal de servicio y de seguridad. Courchevel no está al alcance de todos, proyecta lujo desde los tiempos que era el destino invernal para los emperadores de Persia, Mohammad Reza Pahleví y Farah Diba; o de Carolina de Mónaco y su marido, el francés Philipe Junot. Tiene fama de ser un lugar para dejarse ver, sin embargo, los Gales no frecuentan el núcleo urbano, donde están la mayoría de restaurantes, alojamientos, tiendas y fiestas après-ski de la zona. Ellos hacen vida en el chalet, apartado y en un lugar privilegiado, los niños reciben clases con algún monitor y por lo que se ha observado, del matrimonio, es Kate la más disfruta y mejor domina el esquí.
Otro factor que Guillermo y Kate ponen en valor y que resalta la citada publicación, es que tanto personal como vecinos de Courchevel, son esquivos a la hora de confirmar la presencia de los Gales en el valle de Tarentaise, que forma parte del área de esquí más grande del mundo, con más de 600 kilómetros de pistas interconectadas. "Tal vez", contestan con picardía, cuando se le pregunta por la presencia del futuro jefe del Estado británico, que durante estos días ha dejado la impresión de disfrutar más del sol que de la nieve, ya que mientras Kate y los niños se preparaban para una jornada de esquí, él los observaba descalzo y en pantalones cortos mientras bromeaba con ellos alzando una botella de vino. El príncipe se relajó en la terraza del chalet al sol, donde después de la jornada de esquí se reunió toda la familia para comer.
Este viaje privado y familiar, es una muestra más de cómo hace las cosas Guillermo y Kate, poniendo en el centro a la familia y a la privacidad. No hacen posados invernales como los que hacían Carlos y Diana con Guillermo y Harry, o Andrés y Sarah con Eugenia y Beatriz. Eran otros tiempos y se citaban a pie de pista con un importante volumen de fotógrafos y periodistas. Los Gales de ahora no quieren dejarse ver fuera de las actividades institucionalmente previstas y las pocas imágenes que hay de ellos en la nieve fueron tomadas por ellos mismos y compartidas al tiempo por la institución.