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El rey Carlos III y la reina Camila celebrarán 20 años de matrimonio el próximo 9 de abril, un hito que marca la consolidación de una relación que, en sus inicios, estuvo rodeada de controversia. Una celebración que llega en un momento ‘complicado’ para la monarquía británica por los problemas de salud que enfrenta tanto el Rey como la princesa de Gales y la polémica del príncipe Andrés, que vuelve a estar en el ojo del huracán por un nuevo escándalo.
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El escándalo del príncipe Andrés
La celebración del 20º aniversario de boda de los monarcas se ve empañada por un nuevo escándalo que involucra al príncipe Andrés. Documentos judiciales revelan que el duque de York tenía vínculos con Yang Tengbo, un inversor chino acusado de espionaje. Parece ser que este utilizó su relación con el hermano del Rey para obtener acceso a figuras influyentes en el Reino Unido.
El escándalo ha salpicado al rey Carlos III, ya que un exasesor de Andrés, Dominic Hampshire, declaró que el monarca estaba al tanto de un fondo de inversión en el que participaba Tengbo. Según Hampshire, en dos ocasiones el rey y el príncipe Andrés se reunieron para discutir el Fondo Eurasia, un instrumento financiero que utilizaba inversión china para proyectos de energía renovable en África.
El Palacio de Buckingham ha negado cualquier implicación del Rey en el asunto, asegurando que, aunque Carlos III se reunió con su hermano y su asesor, el empresario chino no fue mencionado en ningún momento. Este nuevo episodio se suma a la larga lista de polémicas que han rodeado al príncipe Andrés en los últimos años, afectando aún más su imagen pública. E, indirectamente, a Carlos III, justo cuando el monarca y su esposa, la reina Camila, están a punto de celebrar sus 20 años de matrimonio.
A pesar de todo, los soberanos británicos han decidido conmemorar su aniversario de boda en Roma, donde ya tenían programada una visita de Estado, a pesar de las alarmas que saltaron el pasado 28 de marzo cuando el Rey canceló temporalmente su agenda, tras una breve hospitalización, y se retiró a descansar a Highgrove House, su residencia rural en Gloucestershire.
Tras este parón, el Rey ha retomado su agenda y este lunes 7 de abril viajará con su esposa, en la que será su primera visita oficial a Italia desde su coronación. Durante su estancia en tierras italianas, asistirán a una cena de gala ofrecida por el presidente de la República, Sergio Mattarella en el Palacio de Quirinal. Además, participarán en eventos de cooperación entre el Reino Unido e Italia, incluyendo un vuelo conjunto sobre Roma, que llevarán a cabo el equipo acrobático de la Fuerza Aérea Italiana, Frecce Tricolori, y de los Red Arrows de la Royal Air Force (RAF).
Los monarcas también tenían agendado un encuentro con el papa Francisco, pero ha tenido que cancelarse definitivamente por los problemas de salud del pontífice, quien continúa su recuperación en el Vaticano, tras permanecer hospitalizado durante algo más de un mes a causa de una neumonía. Desde el Palacio de Buckingham, un comunicado expresó los buenos deseos de sus Majestades para su convalecencia, asegurando que esperan poder visitarlo en la Santa Sede cuando se haya recuperado por completo.
Los reyes Carlos y Camila no han querido pasar por alto esta fecha tan especial para ellos, sobre todo, teniendo en cuenta que el último año ha sido especialmente complicado para el monarca, quien ha estado recibiendo tratamiento contra el cáncer que padece. A pesar de los efectos secundarios, Carlos III ha mantenido una agenda activa y ha contado con el apoyo incondicional de su esposa, la reina Camila, que ha sido clave en su recuperación. Su presencia constante ha reforzado su imagen como una figura indispensable dentro de la monarquía británica.
La Reina ha pasado de ser una figura controvertida a convertirse en un pilar fundamental para su esposo, brindándole la serenidad y el apoyo necesario para afrontar su reinado y su batalla contra la enfermedad. Según el periodista Robert Hardman, autor de Charles III. The Inside Story (Carlos III. La Verdadera Historia) y uno de los mayores expertos en la monarquía británica, la gran virtud de Camila radica en su carácter: “Se trata de un personaje intrínsecamente alegre, que levanta el ánimo de todos los que le rodean. Y mucho más importante, que levante el ánimo del Rey”, como señala en El País.
Además, su compromiso con más de 100 organizaciones benéficas y su activa participación en la vida pública han contribuido a mejorar su imagen entre los británicos. Aun así, la opinión pública sigue dividida. Según datos de la empresa de sondeos YouGov, recogidos por el mismo diario, un 45% de los ciudadanos tiene una percepción positiva de la Reina, mientras que un 43% mantiene una visión negativa. En contraste, el Rey cuenta con el respaldo del 59%.
Una historia de amor que desafió a todos
Lo que antes parecía imposible, hoy se ha convertido en una de las uniones más sólidas de la monarquía británica, fortaleciendo la imagen de la institución, una de las más antiguas de Europa. La historia de amor entre los actuales reyes de Inglaterra comenzó hace más de medio siglo, cuando se conocieron en 1970. Iniciaron una relación que se vio interrumpida por la incorporación del entonces príncipe Carlos a la Royal Navy. Camila se casó con Andrew Parker Bowles, y el Príncipe de Gales contrajo matrimonio con la joven Lady Diana Spencer en 1981.
A pesar de la separación, el vínculo afectivo entre ellos nunca desapareció. Tras sus respectivos divorcios, el futuro de su relación era incierto, y mucho menos parecía posible un matrimonio. Sin embargo, el trágico accidente de Diana de Gales en agosto de 1997 allanó el camino. Aun así, la pareja tuvo que esperar casi una década hasta poder casarse. Finalmente, el 9 de abril de 2005, el príncipe Carlos y Camila se dieron el ‘sí quiero’ en una ceremonia civil en Windsor, seguida de un servicio religioso en la capilla de San Jorge, en las inmediaciones del castillo.
Desde entonces, Carlos III y su esposa han demostrado una unión inquebrantable y formar un matrimonio muy unido. Tras el fallecimiento de Isabel II en 2022, y la coronación de Carlos III como nuevo rey, Camila asumió el título de reina consorte por expreso deseo de la monarca. Desde entonces, su papel junto al Rey ha cobrado mayor relevancia, especialmente tras el anuncio de la enfermedad de Carlos III, cuando amplió su agenda y duplicó su presencia en actos públicos.
A pesar de los desafíos, Carlos y Camila celebran 20 años de matrimonio, una prueba de que su relación ha resistido el paso del tiempo y las adversidades. Mientras el Rey enfrenta su enfermedad y la Reina sigue ganándose el respeto del público, la pareja continúa fortaleciendo su legado dentro de la monarquía británica.