La ausencia de la princesa de Gales en la agenda institucional británica este pasado 2024 provocó que nos fijáramos con atención en la imagen de su marido, el príncipe Guillermo, quien asumió muchas de sus responsabilidades mientras ella se recuperaba de su enfermedad. En el proceso, vimos cómo adoptaba una imagen mucho más relajada en la que tomaban presencia las deportivas o las chaquetas de campo, dejando de lado los exquisitos trajes a medida. Pero si hay algo que no pasa desapercibido en el nuevo look del hijo de Carlos III, es su barba. ¿Más rudo, más casual, más atractivo? Analizamos las claves del porqué de su nuevo estilo.
La opinión de Kate
Uno de los confidentes más cercanos del príncipe Guillermo, Jason Knauf, que solía trabajar como asesor de los Gales, ha contado durante una entrevista con el programa de televisión australiano 60 Minutes, que la decisión de no afeitarse la cara es, en último caso, de su esposa: "Si no le gustara, no estaría. Te lo aseguro".
A Charlotte no le gustó la primera vez que se la dejó
Los medios británicos han coincido en elogiar el nuevo look del heredero al trono, calificándolo de favorecedor y moderno. Sin embargo, en el ámbito familiar, su hija inicialmente no aprobó la barba, cuando se la dejó durante el verano: "A Charlotte no le gustó la primera vez. Se puso a llorar a mares, así que tuve que afeitarme", dijo el príncipe Guillermo. Finalmente, parece que la pequeña aceptó esta versión renovada de su padre porque este la ha mantenido intacta desde el pasado mes de septiembre.
La decisión del príncipe Guillermo de dejarse barba ha marcado un cambio significativo en su estilo, aportándole una apariencia más contemporánea. Y no es lo único que ha dado un giro de 180 grados porque su manera de vestir ha seguido la misma línea: el clasicismo por el que se conoce a los Windsor está transformándose de la mano del heredero al trono, un creador de tendencias como su madre.