El pasado 22 de enero, Beatriz de York y su marido Edoardo Mapelli Mozzi daban la bienvenida a su segunda hija, llamada Athena. No podían haber elegido un mejor nombre para ella, puesto que evoca a la diosa griega de la guerra y, si algo define a la bebé, es lo luchadora que ha sido y es. Nació de forma prematura, unos dos meses antes de lo previsto, con todo lo que eso conlleva. Ahora, su madre ha contado en primera persona los evidentes temores e incertidumbres que le recorrieron el cuerpo, día y noche, por esta situación anómala para la que, según reconoce, ninguna mujer está preparada.
La Princesa de 36 años, quien ya había experimentado la maternidad con su primogénita, Sienna (3), ha contado sin tapujos cómo vivó el antes y el después de la llegada al mundo de la benjamina de la casa. En una carta escrita de su puño y letra, publicada por la edición británica de Vogue, la sobrina del rey Carlos lamenta para empezar que faltan estudios e investigaciones científicas que ayuden a las millones de futuras madres, por cualquier rincón del planeta, que se enfrentan a un desafío como este. “Hay tan poco control...”, señala al respecto.
Explica que un sinfín de preguntas se agolparon en su cabeza en cuanto supo que Athena no completaría el ciclo habitual de gestación, sintiendo por ello un "miedo abrumador a lo desconocido". A pesar de contar con el permanente apoyo de médicos y matronas para hacer un seguimiento exhaustivo del embarazo, junto con los impagables avances tecnológicos en el campo de la medicina que tenemos, eso no le quita la angustia y "enorme preocupación" que tenía por la salud de la neonata.
Para la hija mayor del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, esta dura experiencia ha sido toda una "lección de humildad", ya que le sirvió para interesarse de verdad y comprender mucho más sobre cómo funciona el cuerpo humano. Cuenta que apenas pudo conciliar el sueño en las semanas previas a dar a luz, tocándose la barriga con desasosiego en cada movimiento de la bebé y sin saber exactamente si esta llegaría al mundo sana y salva. Tras el parto, recuerda que la niña era un ser diminuto de menos de dos kilos y sus pies eran como "las patitas del conejo de peluche de mi hija mayor".
Desde luego, no ha sido nada fácil para ella sobrellevar todo esto pero, afortunadamente, la prima de Guillermo y Harry de Inglaterra subraya que "Athena se encuentra muy bien" 60 días después de haber nacido. Eso es lo más importante, no cabe duda, reconociendo en este sentido que tardó varias semanas en secarse "las lágrimas de alivio" tras comprobar que su niña salía adelante. La felicidad y alegría para la Familia Real inglesa han sido indescriptibles, y es cuando Beatriz de York decidía que quiere poner su granito de arena para ayudar a otras mujeres que sufren esos mismos dilemas.
Con el corazón en la mano, la hermana mayor de la princesa Eugenia admite ser "plenamente consciente de mi suerte" por la vida tan privilegiada de la que ha gozado y goza, ya que siempre pudo tener a su lado a un equipo excepcional de profesionales en el Hospital Chelsea y Westminster donde alumbró a su hija. Fue precisamente ahí donde conoció de cerca el trabajo de la fundación Born, dedicada a analizar y prevenir los partos prematuros, de la que ahora ella se ha convertido en su patrocinadora. Además, también ha puesto en marcha otras iniciativas solidarias para recaudar fondos destinados a dicha organización, con el único fin de que ninguna persona, en una situación como la que ha vivido ella, "se sienta sola".