Los Windsor llevan años comercializando directamente su propio merchandising oficial, lo han hecho siempre y no solo se limitan a los grandes acontecimientos o hitos clave de su vida, las estanterías de las tiendas oficiales siempre están llenas de un buen repertorio de productos para alimentar el fervor de turistas, coleccionistas o sibaritas en general. El rey Carlos III, ya como príncipe de Gales, expandió las posibilidades de que estos productos llegaran a través del comercio online y sus ventas, no solo contribuyen al sostenimiento de los propios palacios, sino que además son una forma más de expandir la imagen y la seña de identidad de la monarquía británica como parte de la cultura del Reino Unido. Lo último son los "secretos" de Carlos III para oler como un rey, muy vinculados a su pasión por la jardinería.
Hay que recordar que los jardines tienen un papel fundamental en la cultura británica, ya en los siglos XVIII y XIX, el diseño de jardines ingleses se convirtió en un modelo internacional, con un enfoque en la armonía y la naturalidad que influyó en paisajes de todo el mundo. Los Windsor, propietarios de espectaculares propiedades con grandes jardines, los han usado para sus "tea parties" y "picnics", mientras que Carlos III como príncipe de Gales fomentó la creación de espacios ajardinados para el uso de la comunidad.
El jardín favorito de Carlos III es el de Highgrove House, su residencia campestre ubicada cerca de Tetbury, en Gloucestershire, Inglaterra, fue él mismo quien diseñó este jardín basándose en sus principios medioambientales y protegiendo las semillas locales, de modo que este lugar, que reciben más de treinta mil visitantes al año, se ha convertido en un ejemplo de sostenibilidad y biodiversidad, en donde se hacen eventos benéficos y actividades relacionadas con la conservación. Es precisamente con las plantas, flores y extractos botánicos de este jardín que se crean desde ginebras hasta perfumes y es así como el soberano llegó a su fragancia definitiva.
Highgroove Bouquet es el olor de sus veranos (geranio, lavanda, jacinto, lima, mimosa francesa, nardos, madera de cedro, fusión de lirios y almizcles), todo ello elaborado con las plantas de Carlos III, pero con la mano de una firma de perfumería británica, Penhaligon's, que se ganó su fama al convertirse en el perfumista oficial de la reina Victoria. Pero Carlos III, a pesar de tener una larga lista de productos de tocador, no ha escatimado en reconocimientos a otros y ha convertido a la firma Bronnley su garantía real como su proveedor de jabón para la corte. Hay que recordar que la Royal Warrant es un reconocimiento oficial otorgado por la Familia Real británica a empresas o individuos que proveen bienes o servicios de alta calidad a la Casa Real. Este distintivo permite a los proveedores usar el escudo real en sus productos y materiales promocionales, lo que simboliza excelencia y prestigio.
Este sistema tiene raíces históricas que se remontan al siglo XV, cuando los monarcas seleccionaban a los mejores artesanos y comerciantes del país. Hoy en día, estas garantías son concedidas por el monarca reinante, el príncipe de Gales y otros miembros destacados de la Familia Real. Las empresas deben demostrar un historial continuo de servicio excepcional para obtener y mantener este honor. En este caso, la selección de Carlos III ha hecho que su jabón más emblemático, el de limones ingleses, vuelva a estar de moda como un imprescindible en el tocador de un rey.