Carlos III es una caja de sorpresas, es posible que siempre lo haya sido, pero sea ahora, estando bajo su reinado, cuando se sienta más libre y menos cuestionado que durante su largo tiempo como príncipe heredero. La sombra de Isabel II y sus setenta años de reinado sigue siendo muy potente, también en términos de comunicación: fue ella quien abrió la veda para intercalar momentos solemnes con guiños más distendidos. Así la vimos en sketches con James Bond con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres o tomando el té con el osito Paddington durante su último jubileo, iniciativas que forman parte ya de la historia del país y de los iconos de su cultura popular. En esto parece que Carlos III también se está soltando, y con motivo de las celebraciones en torno a la Commowealth ha compartido su lista de música favorita, pero no lo ha hecho de forma insípida, como ocurrió durante su coronación, cuando se limitó a compartir una lista a través de Spotify que pasó sin pena ni gloria. Esta vez, el soberano, con su elegancia clásica y su oratoria cautivadora, ha grabado unos videos en los que muestra que tiene más carisma que el que tradicionalmente se le ha atribuido, además están llenos de historias, como el día en el que el rey británico conoció al rey de reggae, Bob Marley. Parece una anécdota casual, pero el jefe del Estado británico ha sabido perfectamente qué teclas tocar para tender puentes con un país de su órbita que se plantea dejar de serlo.
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El video en cuestión comienza con Carlos III sentado en un despacho, totalmente regio y repleto de una iconografía muy vinculada con la realeza, por la que se ve el exterior del Palacio de Buckingham. El rey tiene sobre la mesa un elemento disruptivo, un letrero luminoso que dice "On Air", el que se utiliza comúnmente en estudios de radio para indicar que una transmisión está en curso. Entonces se ve el exterior del Palacio de Buckingham y llega la banda de la Guardia Galesa, con su abrigo de invierno y sus icónicos gorros de piel de oso, tocando una canción que en sus primeros acordes es tan inconfundible como sorprendente en ese contexto: Could you be loved (se traduce al español como Podrías ser amado), uno de los himnos de Bob Marley.
'Siempre recuerdo sus palabras: El pueblo tiene una voz en su interior'
Resulta que Carlos III nos cuenta que esa canción es una de sus favoritas, esa precisamente, una de las más icónicas de Bob Marley & The Wailers, lanzada en 1980 como parte del álbum Uprising y todo un clásico universal. La canción combina elementos del reggae tradicional con influencias de la música disco y funk, reflejando un estilo más accesible y planteando preguntas sobre el amor, la aceptación y la autenticidad, alentando a las personas a ser fieles a sí mismas a pesar de las críticas y desafíos de la vida. En el contexto histórico, esta canción está en el último álbum que Bob Marley lanzó en vida, ya que falleció un año después. Por ello, Could You Be Loved tiene un significado especial como parte de su legado.
"Recuerdo que cuando yo era mucho más joven vino a Londres a actuar y lo conocí en algún evento”, contó entonces Carlos III sobre el rey del reggae, que durante su estancia en Londres se convirtió en un líder para la comunidad afro caribeña. “Tenía esa energía maravillosa y contagiosa, por supuesto, pero también su profunda sinceridad y su profunda preocupación por su comunidad. Siempre recuerdo sus palabras: 'El pueblo tiene una voz en su interior'. Le dio al mundo esa voz de una manera que nadie que lo haya escuchado podrá olvidar jamás”, comenta el rey británico en una maniobra natural en la que se posiciona relativamente cerca de alguna de las tesis que difundió el jamaicano, que era tres años mayor que él.
Esta no es la primera vez que Carlos III se interesa, explora y se acerca a todo lo relacionado con Bob Marley y su legado, ya que durante sus visitas a Jamaica, ha visitado la fuera su casa y se ha reunido con alguno de sus músicos e incluso familiares, la propia Rita Marley, mujer del cantante, le recibió allí. Esta conexión no se puede explicar sin el antecedente histórico que vincula a los dos países: ya que Jamaica fue una colonia británica durante más de 300 años y se convirtió en un importante territorio para el comercio de azúcar, utilizando mano de obra esclava traída de África. Tras la abolición de la esclavitud en el siglo XIX, Jamaica continuó bajo dominio británico hasta que logró su independencia el 6 de agosto de 1962. Aunque ahora es un país soberano, sigue reconociendo al monarca británico como jefe de Estado, algo que podría cambiar pronto.
Parte del legado de Bob Marley fue un mensaje de independencia personal y colectiva, así como de justicia social, algo que se refleja en canciones como el mítico Get Up, Stand Up, un himno de resistencia y empoderamiento, animando a las personas a luchar por sus derechos civiles; War, basada en un discurso del emperador Haile Selassie (un mesías para el movimiento rastafari) y una denuncia el racismo y la desigualdad; o el Redemption Song, inspirada en el discurso de Marcus Garvey (padre ideológico del rastafarismo) que insta a las personas a "emanciparse de la esclavitud mental". Aunque Marley no se posicionó explícitamente sobre la monarquía británica, su obra y su vida impulsaron e internacionalizaron el rastafarismo, uno de los movimientos raciales más importantes del siglo XX que avivó los deseos de lucha de los afrodescendientes alrededor del mundo. Un movimiento, por otro lado, algo desconocido, ya que se ha visto reducido a los clichés conocidos de su iconografía.
En esencia, esta iniciativa musical de Carlos III, que incluye a artistas de dentro y fuera de la Commonwealth, parece diseñada para tender puentes emocionales y culturales, mostrando un lado más cercano y accesible en un intento de reforzar los valores de diversidad cultural, inclusión, respeto y unidad a través de la música, un lenguaje universal. Por otro lado, el momento político es el que es y hace solo dos meses el gobierno de Jamaica dio su primer paso hacia la destitución del rey Carlos como jefe de Estado, presentando un proyecto de ley en el Parlamento para abolir la monarquía constitucional y transformar el país en una república. Al igual que muchas antiguas colonias británicas, Jamaica conservó al monarca británico como jefe de Estado después de su independencia y aunque el acuerdo es en su mayor parte ceremonial, se considera un vestigio del régimen colonial.
¿Qué tienen que ver Harry y Meghan con todo esto?
Por otro lado, hay un episodio reciente que podría no tener nada que ver... ¿O sí? A comienzos del 2024, Harry y Meghan viajaron a Jamaica para asistir al estreno de la película Bob Marley: One Love. Este evento tuvo lugar el 23 de enero de 2024 en el Carib Theatre de Kingston. Durante su visita, caminaron por la alfombra roja, posaron junto al Primer Ministro de Jamaica, Andrew Holness, y compartieron momentos con miembros de la familia de Bob Marley. Algunos sectores británicos condenaron esa visita dada su interacción con el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, conocido por su postura antimonárquica y quien ha impulsado las últimas medidas que estudia el país para cortar lazos con el Reino Unido.
Ese fue el tiempo en el que Meghan Markle, birracial, con raíces afroamericanas por parte de su madre y europeas por parte de su padre, reveló que tiene un porcentaje de ascendencia nigeriana, lo que generó un interés que se tradujo en un viaje posterior de los duques de Sussex a Nigeria. Aunque directamente los Sussex nunca han abordado temas relacionados en un contexto oficial, en su documental de Netflix, Harry & Meghan, sí dieron voz a expertos sobre cuestiones de racismo y el legado del colonialismo británico. Aunque es cierto que esa postura, combativa e incómoda para la Casa Real británica, parece haber quedado atrás, o al menos no aparece por ningún lado en su último proyecto, With Love, Meghan, donde la nuera del rey británico da consejos para ser la anfitriona perfecta.