Carlos III siempre ha sido un romántico, ese era el gesto que le separaba de los hombres de su casa, tradicionalmente más pragmáticos y realistas, y a sus 76 años vuelve a demostrarlo. Acaba de gastarse tres millones y medio de euros para proteger física y emocionalmente a la reina Camilla. Una inversión que sale de su "bolsillo privado" y que se materializa en la compra de la finca que está al lado de la casa de su mujer, la propiedad que Camilla compró en Wiltshire después de divorciarse de Andrew Parker-Bowles y que durante treinta años ha sido su refugio de paz. De este modo, el soberano británico evita que su mujer se vea afectada por las hipotéticas incomodidades que le podría haber generado tener nuevos vecinos o la perspectiva de que esa finca se convirtiera en un lugar de uso comercial para turistas o para la celebración de bodas. Quédate, con quien te quiera, como Carlos quiere a Camilla...
Acaba de gastarse tres millones y medio de euros para proteger física y emocionalmente a la reina Camilla
Ha sido una información de Daily Mail la que ha sacado a la luz una transacción que deja claro que para Carlos III el bienestar personal de su mujer está por encima de todo. Cuál caballero montado en su corcel, Carlos III ha abierto su chequera en el último momento para bloquear la venta y hacerse con una propiedad que estaba siendo valorada como una explotación para alquiler vacacional o la celebración de eventos, una idea que a Camilla le generaba ansiedad y que se ha justificado en términos de seguridad. "La valla que delimita la propiedad se encuentra muy cerca de la casa de la reina, era imperativo actuar para proteger la privacidad", asegura un amigo de la pareja al citado medio británico advirtiendo que los otros compradores buscaban "maximizar el uso comercial de la propiedad como alquiler vacacional a corto plazo y lugar para celebrar bodas".
Para la reina Camilla esta finca, conocida como Ray Mill House, es una casa de campo del siglo XIX y siempre ha sido especial para la reina porque es suya. Esa fue la casa que compró después del divorcio de su primer marido, ya que entonces tuvieron que vender la propiedad familiar. Por otro lado, este refugio fue el lugar donde creció la relación entre los reyes, ya que lejos de Londres y de las residencias reales en las que transcurría la vida del entonces príncipe de Gales, todo era más discreto. Hay que recordar que cuando Carlos se casó con Camilla se intentó, también por motivos funcionales y de seguridad, que ella prescindiera de esta propiedad y buscara refugió en otra de las muchas propiedades que tienen los Windsor, sin embargo, ella se negó. Como madre y como abuela, esa es su casa y es allí donde se junta con los suyos. "En Ray Mill puede ser ella misma", cuentan fuentes cercanas al citado medio.
Camilla compró esa casa después de su primer divorcio y es un refugio para ella y para los suyos lejos de las residencias reales
Clarence House en Londres o Highgrove House en Gloucestershire son, además de casas oficiales y las residencias reales que Carlos III comparte con Camilla, lugares de trabajo, sin embargo, esta finca es exclusivamente un lugar de relajación, muestra de ello es que es el lugar que la reina escoge cada vez que tiene su agenda vacía o cuando tiene que atravesar momentos complicados, como fue el tiempo que se tomó después del funeral de Estado de Isabel II.
Por otro lado, se valora también el esfuerzo que ha hecho la reina Camilla en los últimos años, no solo asumiendo el papel de consorte, sino como apoyo personal de Carlos III en su proceso contra el cáncer. Por lo que esta compra se analiza también como una forma de no añadir más estrés en su día a día. "El nuevo acuerdo es una solución práctica, siendo a la vez una inversión financiera sólida y una forma de mantener la privacidad, la protección y el continuo disfrute de su amado hogar, sin utilizar fondos públicos. Sé lo agradecida y aliviada que está, sobre todo teniendo en cuenta todo el estrés y las ansiedades adicionales del año pasado", cuenta una fuente real al medio británico.
Durante años, entre unos y otros, han deslizado la idea de que el rey británico era austero y precavido financieramente
Este gesto tiene otra lectura: Carlos III tiene muy claras sus prioridades y nunca ha escondido que Camilla es la principal. Durante años, entre unos y otros, han deslizado la idea de que el rey británico era austero y precavido financieramente. Algunos biógrafos, entre ellos Penny Junor, directamente han afirmado que nunca fue "un gran pagador". Esta idea la vinieron a apuntar el príncipe Andrés, con sus reclamos financieros para sostener la propiedad que Carlos III ya no quiere brindarles, y el príncipe Harry cuando le acusó ante los micrófonos de Oprah Winfrey de "cerrarle el grifo" en plena caída, algo que fue parcialmente cierto.