El príncipe Guillermo, Kate Middleton y sus tres hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis, cambiaron en 2022 el Palacio de Kensington, en el bullicioso centro de Londres, por Adelaide Cottage, su coqueta casa rosa situada en los terrenos del Castillo de Windsor. Querían para sus hijos una vida más sencilla, rodeada de naturaleza y protegidos de miradas ajenas. Una forma de vida menos majestuosa y más normalizada en una casa relativamente humilde de cuatro habitaciones que no tiene personas de servicio internas.
Los jardineros, personal de limpieza o las niñeras van a su casa a trabajar, pero no pernoctan en Adelaide Cottage, a diferencia de lo que ocurre en otras residencias reales británicas. Sin embargo, Guillermo y Kate han impuesto unas reglas a sus trabajadores sobre cómo deben vestir cuando están de servicio, aunque este código de vestimenta sorprenda y no sea el que se espera para alguien que está al servicio de los futuros Reyes de Inglaterra.
Vestimenta informal
Según la autora de realeza, Valentine Low, autora de Courtiers: The Hidden Power Behind the Crown (Cortesanos: el poder oculto tras la Corona), un empleado le dijo que lo que exigen es ropa informal y las prendas muy arregladas están mal vistas, según ha publicado The Sun. “Los niños corren por la oficina y él [el príncipe Guillermo] no quiere que haya un ambiente sofocante. Si tenemos reuniones importantes o vamos al Palacio de Buckingham, entonces, por supuesto, nos arreglamos”, según le dijo a esta escritora un miembro del personal.
Esta es otra forma más con la que los príncipes de Gales están garantizando que sus tres hijos tengan una educación y una infancia lo más “normal” posible, teniendo en cuenta que se está hablando del monarca británico de una futura era. En cuanto a la crianza, en casa de los Gales está prohibido que sus hijos griten. En su lugar, se les anima a que expresen sus sentimientos o aquello que les molesta de una manera más constructiva y a que hablen abiertamente de sus sentimientos con un tono moderado de voz.
Sobre la educación de los tres pequeños príncipes, la misma fuente dijo: “Expresan sus preocupaciones sobre las asignaturas escolares, la clase de natación, un paso de ballet complicado, un movimiento de tenis que no han podido hacer o ver a niños muriendo de hambre en un anuncio de televisión. Entonces tienen una conversación y se encuentra una solución”.
Unos padres que hablan de todo con sus hijos
Tanto Guillermo como Kate son unos padres presentes. Durante la convalecencia de la Princesa, su marido, organizó su agenda de trabajo en función de los horarios de entrada y salida de sus hijos del colegio. El príncipe de Gales ha revelado que tiene charlas importantes mientras lleva a sus niños a clase, una de ellas sobre su apasionante proyecto de acabar con el problema de las personas sin hogar. “Probablemente, ya lo estoy haciendo cuando los llevo a la escuela. Las primeras veces pensé ‘¿Saco el tema o debo esperar a ver si se dan cuenta?’ Y así fue. Se quedaron en silencio cuando les dije lo que estaba pasando”. El Príncipe añadió: “Creo que es muy importante comenzar estas conversaciones cuando los niños son pequeños, para que comprendan el mundo que los rodea, en lugar de vivir simplemente en sus propios mundos”.
Además de Adelaide Cottage, la familia tiene una casa de campo, Anmer Hall, en Norfolk. “Pasamos todo el tiempo que podemos aquí, es muy tranquilo”, dijo Guillermo sobre esta casa georgiana de diez habitaciones rodeada de campo para que George, Charlotte y Louis puedan jugar. También conservan el apartamento 1A dentro del Palacio de Kensington