Meghan Markle ha estrenado su nueva serie en Netflix, Con amor, Meghan, concebida como un manual práctico para quienes buscan ser grandes anfitriones. En esta producción, la duquesa de Sussex utiliza su título nobiliario —otorgado por Isabel II— exclusivamente en los créditos finales, mientras que en los diálogos se presenta de manera más cercana y sencilla. Cada episodio la muestra recibiendo a amigos en un ambiente en apariencia relajado, compartiendo charlas y actividades como cocinar, crear velas o planificar fiestas infantiles. Durante estos momentos, Meghan revela fragmentos de su infancia en Los Ángeles, marcada por la soledad y las comidas rápidas, lo que se deduce como consecuencia del esfuerzo que hacía su madre (no menciona a su polémico padre) por salir adelante en un contexto de recursos limitados. Estas historias, además de contrastar con la realidad actual de sus hijos, Archie y Lilibet, encapsulan la esencia del "sueño americano", un concepto cultural que, aunque debatido, exalta la idea de alcanzar el éxito y la prosperidad a través del esfuerzo y el mérito personal.
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"Pasaba mucho tiempo sola, así que me críe con mucha comida rápida y también muchos platos precocinados, suena raro, pero era lo normal, comida para microondas que venía en compartimentos...", explica Meghan Markle a la también actriz y productora Mindy Kaling. Hablan de las Hungry-man, una marca de comida congelada de Estados Unidos que se caracteriza por ofrecer una solución rápida y abundante a bajo precio.
"Me crie con eso: viendo Jeopardy! (un concurso mítico de preguntas de la televisión estadounidense) y con comida rápida", cuenta la duquesa de Sussex mientras confecciona una sofisticada torre de sandwiches de distintos sabores para una idílica y casera merienda infantil. Es decir, Meghan Markle, como cuenta a lo largo de la serie, deja claro que no se crio en una finca como la que muestra en su programa, donde hay frutas, verduras, huevos, miel y todo tipo de verduras, hierbas aromáticas y plantas medicinales.
"Comía mucho del Pollo loco, Taco Bell con picante, pizza mexicana y Jack in the box, porque a mi madre le gustaban sus tacos", explica Meghan recordando los establecimientos de comida rápida a los que eran asiduas ella y su madre. A lo largo de serie Meghan habla en varias ocasiones de su madre, Doria Ragland, siempre discreta y siempre presente en la vida de los Sussex. "No teníamos demasiado, pero hacíamos algunos viajes...", explica la duquesa en un relato en el que no hay ni una mención a Thomas Markle, el padre de Meghan, protagonista de uno de los capítulos más amargos y polémicos que tuvieron lugar antes de la boda real.
Lo que se sabe de la infancia de Meghan Markle
Doria Ragland y Thomas Markle, los padres de Meghan, se conocieron en el set de rodaje de la serie Hospital General, en Los Ángeles. Doria, afroamericana, tenía veintiún años y trabajaba como maquilladora y Thomas, con doce más, —de ascendencia holandesa e irlandesa—, era director de iluminación, divorciado y con dos hijos. Se casaron en diciembre de 1979, se trasladaron a The Valley, y su única hija, Rachel Meghan Markle, llegó en agosto de 1981. De esa relación, Meghan escribió en sus redes sociales: "Me gusta pensar que estaba atraído por sus ojos dulces y su afro, además de su amor compartido por las antigüedades. Sea lo que fuere, se casaron y me tuvieron". Finalmente, el matrimonio se rompió y acabaron separándose cuando Meghan tenía seis años. La historia que contó Meghan en el momento en el que creció el interés en torno a ella es que, si bien estaba más unida a su madre, los lazos con su padre también eran fuertes, a pesar de que entonces ya vivía en la ciudad mexicana de Rosarito, bastante apartado de todo.
Meghan Markle aprendió a leer en el Hollywood Little Red Schoolhouse, una escuela primaria por la que también pasaron Liz Taylor y Judy Garland, después la inscribieron en el colegio privado Immaculate Heart Catholic School y para su cita del anuario, ella eligió un mensaje de Eleanor Roosevelt: "Las mujeres son como bolsitas de té, no se dan cuenta de lo fuertes que son hasta que están en agua caliente". Finalmente, se graduó en Drama y Relaciones Internacionales por la Northwestern University de Illinois. Hay que tener en cuenta que la madre de Meghan, que desempeñó varios trabajos distintos para salir adelante, no pudo cumplir su sueño de ir a la universidad y graduarse como trabajadora social, hasta que la propia Meghan no había completado sus estudios y había comenzado a tener algo de libertad financiera. Tal y como recuerda la duquesa de Sussex en esta serie, su primer trabajo fue con trece años como vendedora de helados. Terminados sus estudios, Meghan trabajó como becaria en la Embajada Estadounidense en Buenos Aires durante seis meses y luego probó suerte como azafata de un concurso de televisión hasta que consiguió vivir de su trabajo como actriz. También hay que recordar que Meghan estuvo casada brevemente con el productor Trevor Engelson, sobre el que se dijo (en el libro de Omid Scobie) que no estaba especialmente dispuesto a que ella prosperara como actriz y ganara independencia.
En su primera entrevista como prometida del príncipe Harry, esa que compartió el Palacio de Kensington cuando anunció el compromiso oficial, Meghan habló de sus padres y dijo que los adoraba, pero omitió en todo momento el nombre de sus hermanastros, Thomas Markle, Jr., y Samantha Grant, lo que fue el primer indicio de que su relación no era tan cercana y lo que desembocó en una auténtica batalla campal cuando ellos comenzaron a vender todo tipo de información y secretos familiares, una postura que terminaría siguiendo el propio Thomas Markle, lo que provocó su ausencia en la boda real y que Meghan llegara al altar sin él.