Las dos son cuñadas del próximo Rey británico, pero han tenido dos formas muy diferentes de gestionar su conexión con la realeza, llevar su fama y dirigir sus negocios. Mientras Meghan Markle cuenta las horas para que se estrene su serie de cocina y estilo de vida llamada With Love, Meghan (Con amor, Meghan) en Netflix, la vida de Pippa Middleton transcurre fuera de los focos. No obstante, la hermana de la princesa de Gales también intentó monetizar de alguna manera su conexión con la realeza cuando su hermana se casó con el príncipe Guillermo, pero en la actualidad mantiene un perfil bajo y solo se la ve en contados eventos familiares de los Windsor.
Quedan solo unas horas para que la duquesa de Sussex estrene los ocho capítulos en los que nos mostrará un poco de su universo, que se trata del arte de recibir en casa, cocinar, decorar y jardinería. Ha sido acusada de plagio, por las similitudes entre este trabajo y uno previo de Pamela Anderson y la polémica, como todo lo que precede a Meghan, está asegurada.
Tras su salida de la Familia Real británica y tras contar su verdad, Meghan ha decidido que este 2025 sea el año de la reinvención y además de su vuelta a las redes sociales ha renombrado su empresa y ha lanzado este documental. Estos movimientos y esta forma de rentabilizar sus conexiones con los royals recuerdan a las que hizo Pippa Middleton hace más de una década. Al igual que a la Duquesa, la hermana menor de Kate, también se convirtió en una persona influyente y en una figura pública. De sobra es conocida su aparición llevando la cola del vestido de novia de su hermana en su boda en la Abadía de Westminster. Incluso, en algunos momentos, llegó a eclipsar a la propia Kate Middleton.
Publicó un libro que no triunfó
Hasta el día de la boda del ahora heredero al trono británico, Pippa había trabajado en la empresa familiar Party Pieces, pero después de la boda real, al igual que le ocurrió a Meghan, se hizo mundialmente famosa y quiso rentabilizar esa creciente popularidad. En 2012 publicó su libro Celebrate, un libro sobre organización de fiestas y de todo tipo de actos sociales al estilo inglés que incluía la tarta de manzana o las salchichas a la barbacoa y que tanto recuerda a la serie que va a sacar Meghan. Sin embargo, el volumen no tuvo el éxito esperado ni de crítica ni de ventas. De hecho, se iba a sacar una segunda parte de este libro, pero fue cancelada.
Los próximos pasos de Pippa fueron hacia el periodismo. Fue columnista en el Daily Telegraph, pero su sección desapareció al poco de estrenarse. Se enfrentó a una lluvia de críticas por parte de chefs profesionales por escribir cuando no tenía conocimientos profesionales de cocina. La decana de los críticos gastronómicos, Delina Smith, fue reemplazada por Pippa, pero después de un tiempo volvió y Pippa quedó relegada. También fue editora colaboradora de la revista Vanity Fair, pero ese trabajo tampoco duró mucho. Al igual que Meghan, también quiso triunfar a nivel mundial con un programa de televisión y voló a Nueva York con la NBC. Sin embargo, el episodio piloto no llegó a emitirse porque “no logró convencer”.
Aunque estos fiascos no afectaron a su economía, lo cierto es que las criticas y el fracaso de algunos proyectos afectaron a Pippa, según apunta el Daily Mail. Como estos proyectos no acabaron de despuntar y comenzó a notar una creciente ola de impopularidad, dejó de aprovechar sus conexiones reales para centrarse en las obras benéficas. En 2014 se convirtió en embajadora de la British Heart Foundation y participó en la Reace Across America, un recorrido ciclista por Estados Unidos, seguido de una competición de natación en Estambul, con la que logró recaudar una suma considerable de fondos para la entidad. También participó en una carrera en bicicleta de Londres a Brighton y participó en otra competición de natación en Suecia con el objetivo de conseguir dinero para la organización que representa.
Casada y madre de tres hijos
Su vida también cambió de nuevo cuando se casó con James Matthews, el administrador de fondos y expiloto de carreras profesional, heredero de una gran finca escocesa. El matrimonio tiene tres hijos y viven alejados de los focos en Barton Court, en Kintbury, a orillas del río Kennet, en el condado de Berkshire.
Es solo dos años más joven que Meghan y Pippa, a sus 41 años, ha encontrado la felicidad al darle la espalda a la fama y al llevar una vida lo más discreta. Mientras, la duquesa de Sussex sigue buscando y esperando el reconocimiento mundial para convertirse en una mujer influyente, una líder y activista global y una gurú del lifestyle. Esta semana será decisiva para acallar comentarios y convertirse, con su documental para Netflix, en todo un referente de los documentales y del contenido audiovisual de estilo de vida.