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Lady Gabriella Windsor, prima segunda de Carlos III, vive este martes un día muy amargo. Hace un año su vida se rompió cuando su marido, Thomas Kingston, fue encontrado muerto en la casa de campo de sus padres a los 45 años. Tal fue la conmoción que el Palacio de Buckingham emitió un comunicado ante este mazazo para la Familia Real británica.
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Esta trágica pérdida se unió a los diagnósticos de cáncer del monarca, Kate Middleton y Sarah Ferguson. Tras el hallazgo sin vida del financiero se abrió una investigación que concluyó que murió después de un “impulso repentino” de suicidarse tras sufrir un “efecto adverso en la medicación recetada” que estaba tomando. El caso abrió un debate en el país sobre el uso de antidepresivos.
Thomas fue hallado sin vida por los servicios de emergencia de Gloucestershire después de una llamada. Desde el principio se descartó que hubiera terceras personas implicadas y los agentes no observaron nada sospechoso. A priori, parecía que algo fuera mal en la vida de este aristócrata que tuvo una vida realmente extraordinaria. Hombre tremendamente religioso, estuvo desplegado en Irak en misiones diplomáticas del Ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido donde logró escapar de un atentado y negoció la liberación de rehenes. En los últimos tiempos su trabajo fue como director de Devonport Capital, una empresa que da financiación a economías de frontera.
La boda de Lady Gabriella y Thomas Kingston
Se casó con Lady Gabriella Windsor, hija de los príncipes Michael de Kent, el 19 de mayo de 2019 y aunque no eran miembros de primer nivel de la Familia Real británica, sí estaban presentes en algunos acontecimientos. Era muy amigo de Pippa Middleton e incluso se les atribuyó un romance en torno a 2011, años antes de que conocieran a sus respectivas parejas. Lady Gabriella y Thomas no tuvieron hijos. La pareja tenía un matrimonio estupendo, tal y como declararon sus amigos tras la tragedia y tampoco tenían problemas económicos. De hecho, la última vez que se les fotografió juntos fue en el día de San Valentín de 2024, cuando “parecían felices y se mostraron tan positivos como siempre”. De ahí que el estupor fuera en aumento y nadie entendiera por qué se había quitado la vida.
Unas semanas después del fallecimiento, el tribunal de instrucción de Gloucestershire determinó que Thomas Kingston murió de “una herida traumática en la cabeza” y que en el lugar de los hechos “había una pistola”. El día de los hechos estuvo en casa de sus padres. Tras el almuerzo, su progenitor salió a pasear a los perros y al regresar vio que Thomas no estaba en la vivienda y que nadie contestaba. Después de media hora, su madre se fue a buscarlo y su padre, al no tener respuesta, forzó la puerta para poder acceder al domicilio.
La nueva vida de Lady Gabriella tras el horror
Después de recoger todas las pruebas, se celebró su funeral en la capilla real del Palacio de St. James, al que acudió el prícnipe Guillermo. Fue una despedida íntima y absolutamente privada y no trascendió ninguna imagen del entierro. Tras ello, Lady Gabriella tuvo que empezar a aprender a vivir de nuevo y decidió mudarse a casa de sus padres porque “no quería estar sola”. También la Familia Real británica se volcó con ella y, especialmente, el rey Carlos, que la ha invitado a varios eventos en los últimos meses, incluido el desfile del Trooping the Colour.
Cuatro meses después de la inesperada muerte de su marido, Lady Gabriella comenzó de cero. Incapaz de volver a vivir en el domicilio conyugal de Notting Hill, y tras estar una temporada con sus padres en un apartamento del Palacio de Kensington, se la vio buscando una nueva residencia en su antiguo barrio. Aún quedaba para ella lo más duro, tener que declarar en el caso y volver a revivir toda la tragedia.
Tras descartarse la intervención de terceras personas, las pesquisas se centraron en esclarecer el estado mental de Thomas Kinsgton y si ese estado se vio afectado por la medicación que había tomado. Lady Gabriella lanzó en el tribunal este demoledor testimonio: “Creo que cualquiera que toma pastillas como estas debe ser más consciente de los efectos secundarios para evitar futuras muertes. Si esto le pudo pasar a Toma, le puede pasar a cualquiera”, sentenció. Al hablar de otros posibles motivos que desemocaron en su muerte, la escritora añadió que el trabajo de su pareja”ciertamente fue un desafío para él a lo largo del tiempo, pero dudo mucho que lo hubiera llevado a quitarse la vida”. De hecho, en los últimos tiempos se le veía en buena forma y “parecía mucho mejor”, según recogió HELLO! en su momento. “Si algo le hubiera preocupado, estoy segura de que habría dicho que estaba pasando por un momento difícil”. Por ello, creyó que el hecho de que se disparara “en la vivienda de sus queridos padres” no tuvo que ver con algo premeditado. También describió su matrimonio como “profundamente amoroso” y que él nunca había expresado pensamientos suicidas a ella ni a otras personas.
Igual de desgarrador fue el testimonio de los padres del financiero, quienes hace unas semanas recordaron las horas previas a su muerte. “Thomas era alegre, generoso, lleno de vida, solidario... Me gustaría que lo recordaran como alguien con una gran sonrisa en su rostro", dijo su padre al programa Today de BBC Radio 4. Los padres cuentan que no estaba tomando la medicación en el momento de su muerte y no hubo "nada que levantara sospechas", aunque sí tuvo una "fuerte reacción" al primer ISRS, un tipo de antidepresivos, dice la señora Kingston. "Él estaba normal", añadió su madre recordando el día de su muerte. "Era divertido. Nos reímos de varias cosas. Pasamos el día descansando, leyendo y sentados junto al fuego," contaron los Kingston hasta romper en lágrimas. "Tuvimos una comida tranquila, me fui a dormir y al despertarme Tom se había ido", explican.
Así murió Thomas Kingston
La conclusiones de la forense sobre la investigación llevada a cabo para esclarecer las causas de la muerte de Thomas Kingston fueron las siguientes: “El Sr. Kingston se quitó la vida usando una escopeta, lo que le provocó una herida traumática grave en la cabeza. Las pruebas de su esposa, su familia y su socio respaldan su falta de intención suicida. Estaba sufriendo efectos adversos por medicamentos que le habían recetado recientemente”. Inicialmente se le recetó sertralina, un medicamento usado para tratar la depresión. También tomaba zopiclona, una pastilla para conciliar el sueño tras quejarse de padecer insomnio debido al estrés en el trabajo que le fueron prescritas por su médico de cabecera del Royal Mews Surgery, a quien suele acudir el personal del Palacio de Buckingham. Después de que este tratamiento no le hiciera sentir mejor, le cambiaron a uno similar llamado citalopram. En los días previos a su muerte había dejado de tomarlos y las pruebas de la autopsia mostraron cafeína y pequeñas cantidades de zopiclona en su cuerpo.
El caso de Thomas Kingston ha abierto en Reino Unido un debate sobre el uso, la prescripción y el seguimiento que el Servicio Nacional de Salud británico realiza con respecto a los pacientes que tomas antidepresivos. Su familia solicitó una revisión de cómo se prescriben estos fármacos, especialmente los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).