Son pocas las veces en las que se puede conocer la esfera más íntima de un miembro de una Familia Real. Sin embargo, este muro se derribó hace mucho tiempo para los Windsor, como, por ejemplo, con el libro de memorias En la sombra del príncipe Harry. En esta ocasión, aunque no en primera persona, ha sido el príncipe Guillermo quién ha quedado expuesto tras la entrevista que Jason Knauf, que trabajó como su asistente de 2015 a 2021 y que después ha seguido vinculado a los Gales siendo una figura clave en su equipo, ha concedido a la versión australiana del programa de televisión 60 minutos.
Entre los temas que ha abordado este hombre destaca el resumen que ha hecho del complicado 2024 al que el príncipe de Gales ha tenido que hacer frente después del diagnóstico de cáncer de su padre el rey Carlos III y de su mujer Kate Middleton con apenas escasas semanas de diferencia. “No lo podía creer. Fue horrible, absolutamente horrible. Nunca lo había visto tan mal”. Un dolor que se vio incrementado ante las teorías conspiratorias que circulaban en el mundo virtual sobre la princesa de Gales y su enfermedad.
El principal deseo del heredero al trono de Inglaterra y su esposa siempre ha sido proteger a sus tres hijos: los príncipes George (11), Charlotte (9) y Louis (6), de esta dolorosa situación, motivo por el que no hicieron público el diagnóstico hasta pasado un tiempo. La prioridad de los príncipes de Gales es asegurar el bienestar y felicidad de los pequeños de la casa y estar presentes en sus vidas, a pesar de sus muchas obligaciones. “Cuando repasamos la agenda, siempre nos dejaban muy claro que tenían que tener tiempo para ser padres”.
El príncipe Guillermo siempre ha estado expuesto al foco mediático, una incómoda situación que se vio incrementada por la fascinación que la fallecida Diana de Gales suscitaba. Por eso, ha hecho hincapié en que los mini royals, que han nacido en una época mucho más tecnológica, tengan las herramientas suficientes para hacer frente a este tipo de problemas. “Su infancia ante los medios fue bastante difícil, él quería criar a sus hijos para lidiar con las redes sociales y los teléfonos móviles. Vi a unos padres preocupados”.
Los niños son el centro del mundo de Guillermo y Kate. Precisamente, cree que ellos son el motivo por el que los príncipes de Gales han instalado su residencia en Adelaide Cottage, a escasos kilómetros de Windsor, y no en Londres. Algo que piensa que no cambiará cuando el príncipe Guillermo suba al trono. “Las presiones serán mayores, pero sigo sin creer que la institución se vaya a anteponer a la familia para ellos”.
Y es que el príncipe Guillermo es el futuro de la corona británica, y desde que el actual jefe de Estado cayó enfermo su papel ha sido mucho más activo. Si bien es cierto que el monarca le ha dado y dará consejos y lecciones para asumir el cargo, al igual que el propio Guillermo hace con el príncipe George, Jason cree que cada soberano debe marcar su propio camino. “Cada generación de la Familia Real tiene que reinventar su papel para adaptarlo a la generación a la que está sirviendo. Tiene los pies en la tierra y va a aportar sabiduría". Un reinado en el que el príncipe Harry, cada vez más alejado de los Windsor tanto física como sentimentalmente, es complicado que tenga cabida.