Han pasado ocho años y medio desde aquella primera cita del príncipe Harry con Meghan Markle. Desde entonces, ambos han vivido una historia de amor digna de una película de Hollywood, desafiando incluso a la propia Familia Real inglesa. Su historia lo tiene todo, pero empecemos por el principio. Tal y como los propios duques de Sussex contaron en una entrevista con la BBC, sus primeros encuentros comenzaron en julio de 2016 y para el hijo pequeño de princesa Diana y la entonces actriz de Suits nada se interponía, ni siquiera lo 5.700 kilómetros que separan Londres, donde vivía Harry, de Toronto, ciudad en la que Meghan residía.
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"Creo que en verdad tuvimos mucho tiempo para conectar y nunca pasamos más de dos semanas sin vernos, aunque obviamente estábamos teniendo una relación a distancia. Así es como hicimos que funcionara", explicaba el príncipe Harry sobre su relación en la citada entrevista. Canadá es el escenario que vio nacer este romance secreto, pero también donde se refugiaron tras romper lazos con la Familia Real, buscando paz y sosiego en medio de la tormenta. Por lo que su regreso esta semana a los Juegos Invictus, que se celebran del 8 al 16 de febrero en Vancouver y Whistler, toma especial relevancia.
Los Juegos Invictus dan el pistoletazo de salida este sábado con una espectacular gala inaugural en el BC Place Stadium de Vancouver y contará con actuaciones estelares de artistas como Kate Perry, Noah Kahan, la cantante canadiense Nelly Furtado, y Chris Martín. Se espera ver a los duques de Sussex en algunas de las competiciones que tendrán lugar esta semana. Además, también se ha confirmado la asistencia de los príncipes Joaquín y Marie de Dinamarca, que estarán presentes el próximo día 15, una cita 'royal' que ha suscitado mucho interés.
Su vínculo con Canadá
El 25 de septiembre de 2017, todos los medios se hacían eco de la foto 'royal' más esperada. Uno de los 'solteros de oro' más codiciados, el hijo mejor de la Diana de Gales y el entonces príncipe Carlos, posaba por primera vez con su novia. Su relación era un secreto a voces, pero eligieron los Juegos Invictus, que se celebraban en Canadá, para dar un paso firme en su relación. Un acontecimiento cargado de simbolismo. De la mano en todo momento -una imagen que se ha repetido a lo largo de los años-, sonrientes y relajados, los ahora duques de Sussex llegaban en medio de una gran expectación al partido entre Australia y Nueva Zelanda. Meghan no lo sabía, pero acababa de nacer una estrella.
No es extraño que la pareja guarde buen sabor de boca de su etapa en Canadá. Allí vivieron sus años más felices, cuando aún eran un Príncipe y una actriz dando rienda suelta a su amor y pasando desapercibidos por las cámaras. Por lo tanto, fue el destino que escogieron cuando las cosas parecían ponerse en su contra, ya como marido y mujer y, además, como duques de Sussex tras su boda el 19 de mayo de 2018. En Vancouver pasaron sus últimas Navidades como miembros de la Familia Real británica, días antes de renunciar a sus deberes reales. Y no solo eso, también se instalaron allí tras esa trascendental decisión. Estuvieron viviendo en la isla de Vancouver desde enero hasta marzo de 2020 cuando emprendieron rumbo a Estados Unidos poco antes de que se cerraran las fronteras por culpa de la crisis sanitaria del coronavirus. Su nuevo hogar en Los Ángeles fue la casa del productor y cineasta Tyler Perry que, conmovido con su historia, les dejó su mansión hasta que ya en verano de ese mismo año se compraron su casa de Montecito (California) donde residen desde entonces.
La importancia de los Invictus
Si Canadá es especial para ellos, los Juegos Invictus no se quedan atrás. Fue el propio hijo del rey Carlos de Inglaterra el que promovió e impulsó este torneo para que militares y veteranos heridos, enfermos o lesionados pudieran participar en competiciones deportivas adaptadas como parte fundamental de su recuperación y rehabilitación. Posteriormente, Meghan siempre ha acudido de la mano de su marido a los diferentes actos, dada la importancia que tienen, puesto que el propio Harry sirvió durante una década en las Fuerzas Armadas británicas y estuvo desplegado en Afganistán
Los duques de Sussex estarán, como no podía ser de otra forma, en estos Invictus, un evento que ha marcado su relación. En septiembre de 2017, un año después de comenzar su noviazgo, Meghan acudía al acto de inauguración acompañada de su madre, Doria Ragland, y su amigo Markus Anderson. Eso sí, se quedó en segundo plano, intentando pasar desapercibida para, días después, hacer su primera aparición conjunta con Harry.
En octubre de 2018, escasos días después de comunicar que esperaban su primer hijo, se desplazaron hasta Sídney, primera parada de su visita oficial a Oceanía y ciudad en la que inauguraron los Juegos Invictus, participando tanto en la ceremonia de apertura como en la entrega de medallas a los ganadores. En junio de 2019, poco después de dar la bienvenida al pequeño Archie Harrison, los Sussex acudieron a un acto enmarcado en la organización benéfica Harry's Invictus Games. La pareja disfrutó del partido que enfrentaba a los Yankees de Nueva York y los Red Sox de Boston.
Tras un parón de la competición por la crisis sanitaria. Harry y Meghan retomaron su compromiso en 2022, lo que supuso su regreso a Europa después de anunciar que renunciaban a sus deberes como miembros de la Familia Real británica. El hijo menor de Carlos de Inglaterra daba el pistoletazo de salida al torneo en el estadio de Zuiderpark (Países Bajos) ante una emocionada Meghan. Poco después, se conoció que aprovecharon su viaje para reunirse en Windsor con la recordada Isabel II y con el príncipe Guillermo para intentar limar asperezas. Finalmente, a la última edición, que se celebró en Alemania, Harry acudió solo a la gala inaugural, sin embargo, Meghan voló hasta Düsseldorf en días posteriores para acompañar a su marido.
Este febrero de 2025, los Juegos Invictus tienen doble importancia para los duques de Sussex, pues no solo es un torneo cargado de un gran significado para ellos, sino también supone su regreso a Canadá, el escenario donde todo comenzó.