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Digital Cover casa_inglesa© Getty Images

Se casaron el 9 de abril de 2005 en el Ayuntamiento de Windsor recibiendo una posterior bendición religiosa en la Capilla de San Jorge del Castillo

Carlos y Camila: el plan de los reyes británicos para celebrar los veinte años de la boda que fue una carrera de obstáculos

El jefe del Estado británico tiene pendiente una visita a Roma y a la Ciudad del Vaticano


3 de febrero de 2025 - 12:54 CET

El rey Carlos III tiene varios planes pendientes en el extranjero: viajes y encuentros de Estado que se tenían que haber producido en el 2024 y que se quedaron parados debido al cáncer que le fue diagnosticado y contra el que ha estado luchando en los últimos meses. La idea que ha trasladado el Palacio de Buckingham es que, siempre siguiendo el consejo médico, el soberano británico intentaría retomar aquellos compromisos que el Ministerio de Asuntos Exteriores tenía programados para el comienzo de su reinado: un programa extenso de giras por el extranjero con el fin de impulsar las relaciones tras el Brexit. El viaje a Italia era uno de esos planes que se quedó congelado y parece que se va a ser el primero en cumplirse. Según el británico Mirror, los reyes británicos aterrizarán en Roma coincidiendo con su veinte aniversario de boda.

Carlos III, entonces príncipe de Gales, aterriza en Albany, Australia, junto a la duquesa de Cornualles en noviembre de 2015 para un viaje de doce días entre Australia y Nueva Zelanda© Getty Images
Carlos III, entonces príncipe de Gales, aterriza en Albany, Australia, junto a la duquesa de Cornualles en noviembre de 2015 para un viaje de doce días entre Australia y Nueva Zelanda

El viaje a Italia ha dado varias vueltas en la agenda de los reyes británicos desde el comienzo de su reinado, sin embargo, si el 2023 fue el año de la Coronación de Carlos III, el año 2024 quedó marcado por el cáncer que padeció tanto él como la princesa de Gales, Kate Middleton; así que el 2025 parece el año del "manos a la obra". Se espera que los Reyes británicos visiten Roma, donde no faltará una pequeña celebración,  y la Ciudad del Vaticano, teniendo una audiencia con el Papa, líder de la Iglesia católica, que este año celebra un Jubileo que atraerá a millones de peregrinos de todas las partes del mundo, y visitando la Capilla Sixtina.

De este viaje ya se había hablado el pasado otoño, cuando el rey Carlos III encargó al actor estadounidense de ascendencia italiana y afincado en el Reino Unido, Stanley Tucci, que diseñara un menú para una cena privada en su residencia campestre de Highgrove con el fin de celebrar las relaciones anglo-italianas. Este encuentro, para el que Tucci tenía que proponer recetas italianas con alguna materia prima británica, se tomó como una antesala para preparar el viaje que se celebrará por fin al parecer en abril.

Carlos III con Stanley Tucci en un encuentro en el Palacio de Buckingham© Getty Images
Carlos III con Stanley Tucci en un encuentro en el Palacio de Buckingham

Según el citado medio británico, el viaje coincidiría con un momento muy especial para la pareja: su veinte aniversario de boda. Fue el 9 de abril de 2005 cuando el Ayuntamiento de Windsor y la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor acogieron una boda tan esperada como atípica. El entonces príncipe de Gales, tras una larga carrera de obstáculos, consiguió casarse con su amor de juventud, Camilla; así comenzó el proceso para legitimar el papel de la que en el futuro sería la reina consorte del Reino Unido.

Carlos y Camilla saliendo de la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor después de recibir la bendición religiosa que siguió a la ceremonia civil que se había celebrado en el Ayuntamiento de Windsor, 9 de abril de 2005
Carlos y Camilla saliendo de la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor después de recibir la bendición religiosa que siguió a la ceremonia civil que se había celebrado en el Ayuntamiento de Windsor, 9 de abril de 2005

Hay que recordar que conseguir que Carlos y Camilla se casaran fue un proceso largo, la reputación del príncipe Carlos se quedó en minimos históricos tras la muerte de Diana de Gales y no fue fácil conseguir que su nueva pareja fuera aceptada por los británicos. Con el tiempo y un plan elaborado por relaciones públicas, lo fueron logrando y el beneplácito de Isabel II fue clave para ello, fue la reina quien vino a reconocer el servicio de Camilla a la institución pocos meses antes de morir.

Carlos y Camilla saliendo del Ayuntamiento de Windsor después de haberse casado en una ceremonia civil en compañía de los hijos de ambos© Getty Images
Carlos y Camilla saliendo del Ayuntamiento de Windsor después de haberse casado en una ceremonia civil en compañía de los hijos de ambos
La pareja puso rumbo al cercano Castillo de Windsor donde tuvo lugar una bendición religiosa y una recepción a la que sí asistió Isabel II y el duque de Edimburgo, que prefirieron no ir a la ceremonia civil del ayuntamiento© Getty Images
La pareja puso rumbo al cercano Castillo de Windsor donde tuvo lugar una bendición religiosa y una recepción a la que sí asistió Isabel II y el duque de Edimburgo, que prefirieron no ir a la ceremonia civil del ayuntamiento

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Otro momento clave en la historia se produjo cuando el Arzobispo de Canterbury -entonces era el galés Roman Williams- dejó claro que no era posible una boda religiosa bajo las pautas de la Iglesia de Inglaterra, pero sí era posible celebrar una bendición religiosa después de una boda civil. Esto generó un debate sobre la naturaleza de la ceremonia, ya que la princesa Ana había encontrado otra fórmula para su segunda boda, ella se casó por la Iglesia de Escocia que tiene unas pautas distintas a la Iglesia de Inglaterra sobre el sacramento del matrimonio. Por otro lado, lo de celebrar una boda civil no era del todo fácil, ya que la ley de matrimonios civiles en principio no se aplicaba a miembros de la Familia Real británica y tampoco las residencias reales están legitimadas para celebrar matrimonios civiles. Los obstáculos fueron muchos, pero Clarence House y el Palacio de Buckingham encontraron el modo de hacer esa boda,  la prioridad entonces es que fuera un evento discreto, ya que preocupaba la reacción de los británicos ante la noticia.

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