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Digital Cover casa_inglesa© Chris Jackson

El año en el que todo (y nada) ha cambiado para los Windsor

Este 2024 ha estado lleno de desafíos para los miembros de la Familia Real británica


29 de diciembre de 2024 - 18:25 CET

Pocas palabras hacen falta para definir cómo ha sido este 2024 para la Familia Real británica. Han sido doce meses intensos y llenos de sinsabores para una monarquía que está aún dando los primeros pasos de una nueva era, la de Carlos III, tras casi un siglo de historia con Isabel II. Pero los inicios no están siendo fáciles y nos encontramos ante un annus horribilis en el que la enfermedad ha golpeado a dos de los grandes activos de la corona. Pero aunque todo ha cambiado para los Windsor en esta etapa, realmente nada ha cambiado. Analizamos las claves a continuación.

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La enfermedad de Carlos

En un movimiento sin precedentes en la Casa Real británica, siempre hermética en temas tan personales como los problemas de salud, Carlos III dio un paso al frente para comunicar que tenía que ser operado de un agrandamiento benigno de la próstata. El monarca quiso compartir esta información para concienciar a la población de la importancia de hacerse revisiones. A finales de enero ingresó en The Clinic, donde se recuperaba de su convalecencia Kate Middleton, para esta intervención breve cuya convalecencia se alargó más de lo que estaba previsto inicialmente. Lo que nadie esperaba es que escasos días después llegase la noticia de que el soberano padecía cáncer.

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"Durante la reciente estancia en el hospital del Rey para un procedimiento benigno de agrandamiento de próstata, se encontró algo que despertó preocupación. Tras las pruebas de diagnóstico pertinentes se ha identificado una forma de cáncer. Su Majestad ha comenzado hoy sus tratamientos regulares y durante este tiempo sus doctores le han recomendado posponer sus actos públicos", se leía en una parte de este comunicado. Nuevamente, Carlos III quiso compartir su diagnóstico "para evitar cualquier tipo de especulación y con la esperanza de que pueda ayudar a que haya una mayor conciencia pública sobre todos aquellos que padecen cáncer en el mundo".

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Durante una etapa se centró en las tareas de Estado y en su trabajo de oficina. Eligió para retirarse Sandringham y cedió de manera simbólica la jefatura del Estado a la reina Camilla, a los duques de Edimburgo y a la princesa Ana. Es cierto que se ausentó de momentos importantes como la misa por el rey Constantino de Grecia que se celebró en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, pero la normalidad (o mejor dicho, la nueva normalidad), volvió rápido. Dos meses después de su diagnóstico retomó de forma paulatina su agenda y su actividad no ha dejado de intensificarse hasta el punto de que ha hecho incluso una gira internacional por Australia y Samoa.

El diagnóstico de Kate Middleton

El 17 de enero llegaba la primera noticia que cambiaría el rumbo de la Familia Real:  Kate Middleton había sido operada de una cirugía abdominal y avanzaban que permanecería dos semanas en el hospital y de baja hasta después de Semana Santa. También se conoció que el príncipe Guillermo aplazaría su agenda para estar con su esposa. Un gran misterio rodeó desde el inicio este ingreso y la rumorología entró en escena, sobre todo cuando la princesa de Gales publicó una foto con sus hijos que se descubrió que estaba modificada. Unas imágenes del matrimonio yendo a comprar hicieron que las teorías conspiranoicas se pusieran en pausa. Y fue entonces cuando llegó la verdad.

Kate Middleton anunció con un valiente vídeo que tenía cáncer

La princesa de Gales explicó en primera persona, mediante un vídeo, que había sido diagnosticada de cáncer y estaba siguiendo un tratamiento de quimioterapia preventiva. Explicó que había sido un shock porque inicialmente su operación salió bien, pero las pruebas posteriores detectaron la presencia de la enfermedad. Detalló que habían necesitado tiempo para asumirlo y contárselo a sus hijos de una manera que ellos pudieran entender y que estaba volcada en recuperarse completamente.

Además del impacto que causó la enfermedad de la esposa del heredero, también comenzó a extenderse en la sociedad una preocupación sobre el futuro al tener una monarquía menguante. Pero ese clima de incertidumbre fue poco a poco apaciguándose porque Carlos III estuvo poco tiempo ausente y Guillermo de Inglaterra también retomó enseguida su agenda. Además, Kate Middleton hizo algunas apariciones públicas en contados actos, los suficientes para hacer que el miedo de los británicos poco a poco se fuese diluyendo. En septiembre, la princesa de Gales anunció el fin de su tratamiento y comenzó entonces una incorporación paulatina a la vida pública.

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El susto de la princesa Ana

En junio se produjo otro sobresalto en la Corona con el ingreso de la princesa Ana, uno de los miembros más activos de la Familia Real y una de las personas de máxima confianza de Carlos III. La única hermana del monarca estuvo en el hospital a causa de una conmoción cerebral que sufrió por un accidente con un caballo en su casa de Gloucestershire (Gatcombe Park). Estuvo cinco días ingresada y tres semanas después retomó su agenda en un acto en el que dijo que no recordaba "absolutamente nada" del incidente. Afortunadamente, todo quedó en un susto y el resto de 2024 ha continuado siendo uno de los miembros de la Familia Real más presentes en la vida pública.

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La baja de la reina Camilla

En noviembre, la reina Camilla tuvo que cancelar su agenda por una infección viral y persistente en el pecho. Esta dolencia, que llegó tras su gira de diez días por Australia y Samoa, generó una gran preocupación y la obligó a perderse momentos importantes como los actos enmarcados en el Día del Recuerdo. En su reaparición, ella misma dijo con total naturalidad que estaba mejorando, pero que aún tenía tos porque "siempre lleva un tiempo deshacerse de estas cosas". Esta enfermedad le ha dejado secuelas, como poca energía, y por eso los médicos le recomendaron modificar sus actos para descansar y recuperarse por completo. En este contexto, tuvo que limitar su presencia cuando recibieron a principios de diciembre la visita de Estado del emir de Catar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, y su primera esposa, la jequesa Jawaher bint Hamad bin Suhaim Al Thani.

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La tragedia de Lady Gabriella Windsor

Una gran conmoción causó también la muerte de Thomas Kingston el 25 de febrero. El financiero era el marido de Lady Gabriella Windsor, prima de Carlos III que ha tenido siempre una relación muy cercana con la familia real, a la que ha acompañado en actos oficiales. De hecho, el monarca y su esposa no tardaron en mostrar públicamente sus condolencias instantes después de conocerse la noticia. . Los Reyes, de hecho, trasladaron públicamente sus condolencias nada más conocerse la noticia: "El Rey y la Reina han sido informados de la muerte de Thomas y se unen al Príncipe y la Princesa Michael de Kent y a todos aquellos que lo conocieron en el duelo por un miembro muy querido de la familia. En particular, sus Majestades envían sus más sinceros pensamientos y oraciones a Gabriella y a toda la familia Kingston".

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El yerno de los príncipes Michael de Kent falleció a los 45 años a causa de una "herida traumática en la cabeza"  en la casa de sus padres, en el condado de Gloucestershire, cerca de la frontera con Gales, vivienda en la que estaba de visita y donde además encontraron una pistola cerca del cuerpo. Su padre se fue a pasear a los perros y al regresar pensaba que Thomas no estaba en la vivienda porque nadie le contestaba. Después de 30 minutos, su madre se fue a buscarlo y su padre, al no tener respuesta, forzó la puerta para poder acceder al domicilio. El último adiós fue completamente íntimo y se celebró en la capilla real de St. James, a la que se acercaron aproximadamente 140 personas, entre las que se encontraban el príncipe de Gales, el duque de Kent y la princesa Alexandra.

La tensión con los Sussex

La enfermedad de Carlos III hizo pensar en una reconciliación con los duques de Sussex. Nada más hacerse pública la noticia, el príncipe Harry cogió un vuelo desde Estados Unidos a Londres para interesarse por el estado de su padre, con el que estuvo reunido 45 minutos. Y aunque aquello supuso un primer paso para el acercamiento y prometía aliviar las tensiones que hay desde que en 2020 el matrimonio se mudó a California, la realidad es que nada ha cambiado. De hecho, sus siguientes visitas a Londres no han incluido encuentros familiares.  Tampoco se acortó esa distancia emocional con el cáncer de Kate Middleton, al que los Sussex reaccionaron con un mensaje público que no parece haber ido más allá. Una vez más, son los grandes ausentes de las navidades de los Windsor.

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