De la Corte británica surgió lord Ivar Mountbatten, primo segundo de Carlos de Inglaterra, compañero de escuela del conde de Wessex, padrino de lady Louise Windsor y, ahora, según él mismo ha revelado en sus redes sociales, concursante de ‘Los Traidores’, un “reality” de la televisión estadounidense al que se unirá en breve este atrevido aristócrata de sesenta y un años. No es la primera vez que Ivar Mountbatten aparece en los medios por romper con los estrictos usos y costumbres de su familia. En 2018, protagonizó la primera boda de la familia de Isabel II entre personas del mismo sexo, y lo hizo con el apoyo de su exmujer, y madre de sus tres hijas, lady Penny Mountbatten, así como de los príncipes Eduardo y Sofía de Wessex, quienes acudieron al enlace en muestra de solidaridad con la decisión tomada por su primo.
Rompiendo moldes
Ivar Mountbatten nació del matrimonio formado por David Mountbatten, tercer marqués de Milford Haven, y Janet Mercedes Bryce. Es primo segundo de Carlos III, tatarabuelo de la mítica Reina Victoria, nieto del príncipe George de Battenberg, pero también descendiente de Alexander Pushkin. Se educó en las escuelas más prestigiosas de Gran Bretaña, como la Gordonstoun, y se graduó en Middlebury College, de Vermont, en Estados Unidos.
Su vida, aparentemente tranquila y convencional, transcurría entre su trabajo como director de SCL Group –compañía británica especializada en la investigación del comportamiento y la comunicación estratégica– y su familia. En 1994, contrajo matrimonio con Penelope Anne Vere Thompson, más conocida como Penny, y se convirtieron en padres de tres hijas: Ella (1996), Alexandra (1998) y Louise (2002). Sin embargo, Ivar y Penny Mountbatten tomaron la decisión de separarse de modo amistoso en septiembre de 2010. Un año más tarde se divorciaron en los mejores términos. Él transformó su hogar, Bridwell Park, en un lugar muy exclusivo para la celebración de bodas, encuentros empresariales y reuniones corporativas.
La gran sorpresa llegó cuando, en 2016, el aristócrata hizo pública su relación con James Coyle, un auxiliar de vuelo, al que había conocido durante un viaje de esquí a Verbier. Se casaron en septiembre de 2018, en un enlace considerado por algunos como “histórico”. A Ivar Mountbatten le acompañó al altar una persona muy especial en su vida, su exesposa, lady Penny. Aquella boda tuvo mucha repercusión mediática, porque, como ya mencionamos en líneas previas, se trataba de la primera que se celebraba, entre personas del mismo sexo, en el seno de la Familia Real británica. Al respecto, lady Penny dio unas declaraciones a la publicación francesa Point de Vue en las que, dando sobradas muestras de solidaridad y empatía con quien había sido su esposo por más de una década y media, afirmó: “Es histórico que Ivar pueda vivir su relación públicamente”. En este mismo contexto, compartió el apoyo que su exesposo había recibido por parte de los condes de Wessex: “La comprensión ha sido extrema. Tenemos una relación muy cercana porque Ivar y el príncipe fueron juntos a la escuela. Siempre he hablado mucho con Sofía, es una amiga íntima y la madrina de nuestra hija Alix. Nos apoyaron, encantados de vernos tan felices”.
Seis años después de su boda, Ivar Mountbatten vuelve a sorprender y aparece entre los concursantes de la tercera temporada de “Los Traidores”, junto a otros participantes como Sam Asghari, el exesposo de Britney Spears. Por su formación profesional en estrategia y comunicación, Ivar Mountbatten podría ser un rival fuerte al que derrotar. El concurso consiste en reunir a varias personas de muy distinta procedencia, unos son los “Fieles” y otros “Traidores”. Los primeros deben descubrir quiénes son los segundos y expulsarlos del juego.
Cuando el presentador del programa, Alan Cumming, reveló el nombre de los participantes sorprendió sobremanera ver el nombre del aristócrata entre muchos “veteranos” de la telerrealidad estadounidenses. Es decir, junto a exconcursantes de “Supervivientes”, “Gran Hermano” y otros programas de ese corte.
Otros tiempos para la realeza
Volvamos la vista atrás para recordar que el caso de Ivar Mountbatten no es el primero miembro de la realeza, ni será el último, en aparecer en la televisión. El príncipe Haakon de Noruega se enamoró de Mette-Marit y hubo quienes se escandalizaron al descubrir que la novia del heredero de la Corona había participado
En Suecia, algo similar ocurrió con la novia del príncipe Carlos Felipe de Suecia, Sofia Hellqvist, quien participó en “Paradise Hotel”, algo así como un “Gran Hermano” en el que hombres y mujeres solteros se encerraban en un hotel de lujo para encontrar al amor de su vida. Sofía, una mujer de carácter como demostró tras protagonizar varias discusiones con otros concursantes, fue una de las finalistas. En cuanto el príncipe Carlos Felipe la presentó como el amor de su vida, el pasado televisivo de Sofia salió a la luz.
Hace poco más de un año, la princesa Marta Luisa de Noruega también hizo su incursión en la pequeña pantalla con “Jaget” (“Perseguido”). La dinámica consistía en convertir a famosos en fugitivos de la prisión de Drammen, el suroeste de Oslo. A lo largo de diez días, los concursantes debían huir de sus perseguidores. “Es muy divertido –reveló la princesa al diario Dagbladet durante la presentación del programa–. Es emocionante y toda una experiencia”. Por su parte, su compañera de aventuras, la actriz y modelo Tinashe Williamson, compartió: “Lo hemos pasado muy bien, pero vivimos de una forma muy real y hemos pasado miedo”. Los continuos coqueteos de la princesa Marta Luisa con los medios nunca han sido del agrado de algunos de sus conciudadanos.
¿Y qué decir de Filiberto de Saboya, nieto del último Rey de Italia? A estas alturas de la vida es un experto en los formatos más arriesgados de la televisión. Entre otros, ha participado en “Bailando con las estrellas”, “La isla de los famosos” o “Notti sul ghiaccio”, un “reality” de patinaje sobre hielo en el que quedó subcampeón, en 2015.
Desde un ángulo muy distinto al de la telerrealidad, el periodismo serio, doña Letizia comenzó su andadura profesional en la televisión. Era un rostro muy conocido en los hogares españoles, y en Palacio, cuando inició un discreto noviazgo con el entonces príncipe Felipe. En 2000, se incorporó a Televisión Española, y trabajó en el prestigioso “Informe Semanal” y en el Telediario. De hecho, ese mismo año ganó el Premio Mario José de Larra, concedido por la Asociación de la Prensa de Madrid, por su labor como Mejor Periodista Menor de 30 años. A pesar de este currículum lleno de logros, hubo voces críticas que no veía con buenos ojos que alguien tan expuesta mediáticamente pasar a formar parte de la Familia Real española. Felipe de Borbón hizo caso omiso a esos comentarios. Como anécdota olvidada por muchos, a los veintiocho años, don Felipe se puso frente a las cámaras para presentar “La España salvaje”, un programa centrado en la flora y fauna de España. Fue un éxito de audiencia, pero el actual Rey de España no repitió la experiencia.
En estos días, en los que hasta la Reina Mary de Dinamarca ha abierto un pódcast, todo ha cambiado y las cosas no se ven con la suspicacia que se veían hace dos décadas. En España, por ejemplo, hemos visto cómo María Zurita, hija de la infanta Margarita, concursó en “MasterChef Celebrity” o acudió como invitada al entretenido “Pasapalabra”. O cómo Ignacio de Borbón, primo lejano de Felipe VI, dejaba a muchos admirados por su papel de finalista en “Supervivientes”.
Y todo lo anterior sin mencionar a las “royals” que despuntan en las redes sociales. Nos referimos a “influencers” como Victoria Federica, Amalia Windsor, Olympia de Grecia, Mafalda de Bulgaria o Talita von Fürstenberg. Todas ellas han demostrado que pertenecer a la realeza no es impedimento para brillar con luz propia en el ciberespacio.