La relación entre Carlos III y el príncipe Harry parece estar en el punto en el que ambas partes se han acostumbrado a vivir con sus relaciones congeladas. Las tensiones y conflictos que comenzaron mucho antes de que los duques de Sussex anunciaran su salida de la realeza británica han quedado sin resolver y la vida ha seguido a base de adaptación emocional y rutina. No obstante, cuando al rey británico le diagnosticaron un cáncer, su hijo voló (en sentido literal y figurado) para verlo. Tras el viaje transoceánico, Carlos III dedicó a su hijo 45 minutos y puso rumbo a su retiro en Sandringham. Harry se mostró satisfecho con el breve encuentro, pero cuando regresó tres meses después, en un giro poco espontáneo de los acontecimientos, el soberano ocupó su agenda celebrando su primera fiesta tras el cáncer al mismo tiempo que Harry estaba en la Catedral de San Pablo celebrando los diez años de los Juegos Invitus en solitario. En resumen, oportunidades para un acercamiento ha habido y la pregunta persiste: ¿por qué no ha sido posible una reconciliación? Ahora, con el cambio de circunstancias, las cosas podrían tomar un rumbo diferente.
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Tina Brown, la periodista que perteneció al círculo de Diana de Gales y cuya trayectoria e informaciones le han posicionado como una voz solvente en cuanto a los Windsor se refiere, ha revelado en su nuevo blog, que una fuente de la realeza le ha confirmado que "Sir Clive Alderton, el todopoderoso secretario privado, guardián de la puerta del rey, y enemigo declarado de Harry está considerando retirarse". "La realeza está dirigida de un modo que el público no suele darse cuenta, por sus secretarios privados, capaces de bloquear y abordar el acceso de personas en sus listas personales de personas desconocidas", explica la periodista.
"Si Alderton se va, podría crear una nueva vía más amigable para las negociaciones con Harry para que se le dé la protección de seguridad que busca y para reanudar una versión abreviada de sus deberes reales. También podría representar un gran salvavidas para Meghan, que a esta altura debe darse cuenta de que las aburridas demandas de la realeza de segunda división son menos onerosas que los fracasos seriales de rebranding", cuenta Brown en un artículo en el que deja ver que no apoya las decisiones tomadas por la duquesa de Sussex. No es la primera vez que Brown señala como error la estrategia que está siguiendo Meghan en los últimos tiempos en cuanto a su perfil público, al tiempo que valora el papel de Harry dentro de la Casa Real británica.
¿Quién es el enemigo de Harry?
Hay que dejar claro que el príncipe Harry (quizá por decisión propia o por consejo de su editorial) no nombró nunca a Sir Clive Alderton en sus memorias, tituladas Spare y que salieron a la venta en enero de 2023. Alderton es un diplomático de largo recorrido que ingresó en el FCO (el ministerio que se ocupa de las relaciones exteriores) en 1986 y que entró en la Casa Real británica en el año 2006 para ascender hasta convertirse en el secretario privado del soberano y, por tanto, en el miembro operativo de mayor rango de la monarquía británica. No obstante, la descripción que hizo el príncipe Harry sobre uno de los empleados de la Casa Real británica, llevó a que muchos, como Tina Brown, sacaran la conclusión de que "El Avispón" al que se refería Harry no era otro que Alderton.
"El Avispón era desgarbado, encantador, arrogante, desbordaba energía. Era un maestro aparentando deferencia, incluso servilismo. Tú exponías un hecho, algo que, en un principio, no admitía discusión -'El sol sale por las mañanas'- y él farfullaba que tal vez conviniera considerar por un momento la posibilidad de que no estuvieras bien informado: 'Bueno, je, je, no sé qué decirle, su alteza real, verá, todo depende de lo que usted entienda por las mañanas, señor'. Su aspecto enclenque y su aparente modestia podrían tentarte a diferir y defender tu postura, y era entones cuando te anotaba en su lista. Poco después, y sin aviso, te propinaba tal aguijonazo que lanzabas un grito", explica Harry en un libro en el que ha compartido su punto de vista sobre cómo se gestionan las relaciones familiares dentro de la Casa Real británica.
Otra idea que proporciona el relato de Harry y que coincide plenamente con lo que acaba de publicar Tina Brown es el poder que tienen los empleados de la Casa Real británica que ocupan un alto rango. "Todos ellos hombres blancos de mediana edad que habían logrado consolidar su poder a través de una serie de audaces maniobras maquiavélicas...", explica el duque de Sussex.
"Yo les tenía una gran antipatía y ellos no me soportaban. Me consideraban irrelevante en el mejor de los casos, imbécil en el peor. Pero, ante todo, sabían que los veía como usurpadores. En el fondo, sospechaba que se consideraban el Verdadero Monarca y que estaban aprovechándose de la reina en su vejez, sacando partido a su posición influyente mientras solo aparentaban servirla", cuenta Harry antes de poner como ejemplo que Isabel II encomendó a estos funcionarios ayudarles con los ataques de ciertos tabloides, con los que Harry ha terminado enfrentado en los tribunales con bastante éxito. Siempre, según la versión de Harry, tanto los secretarios de Isabel II como los de Carlos III reconocieron que era algo "desproporcionado" y "sin precedentes", pero no hicieron nada al respecto.
¿Conviene perdonar aunque sea por motivos prácticos?
Tampoco parece justo depositar toda la responsabilidad del pasado y la esperanza del futuro en terceros, por mucho poder que estos tengan. En su libro, el príncipe Harry compartió muchos detalles personales sobre su padre, es un relato lleno de cotidianidad que va entre la compasión y la rabia. Lejos de la figura inaccesible y fría que nos habíamos imaginado, Carlos III quedó retratado con un hombre desarmado que quiso ser buen padre, pero que no supo o no pudo hacerlo. Para Harry, su padre es un hombre noble y bondadoso, víctima de su infancia, de su posición y también de su círculo más íntimo. Sin embargo, la reina Camilla fue descrita como la auténtica villana de toda historia, un título que le ha costado toda la vida quitarse. Según ha trascendido, ni a la reina Camilla ni a Carlos III les resulta fácil olvidar ese capítulo del libro y algo parecido ocurre con todo aquello que implica a los príncipes de Gales.
Para Tina Brown, conocida por sus libros sobre la realeza británica y también por sus colaboraciones en televisión, sí hay luz al final del túnel, aunque sea por motivos más prácticos que sentimentales. "Ya basta de peleas. Las familias, incluida esta, necesitan mantenerse unidas. Guillermo, más allá de sus resentimientos permanentes hacia Harry por sus intemperantes ataques en 'Spare', ahora debería aceptarlo y dejar que su padre le dé algo que hacer a Harry. En un mundo aislacionista de Trump, el Reino Unido necesita acercarse a Europa y darle un aire romántico a sus relaciones con la Commonwealth. Los príncipes de Gales temen las giras al extranjero que alejan a la princesa de los niños y cortan lo que el príncipe Guillermo (para irritación de sus asesores) llama su 'tiempo para mí'. Así que, dejen que los viajes menores, pero importantes, recaigan sobre los Sussex, quienes, escarmentados por cinco años en el desierto, exportarían algo de estilo real moderno, especialmente a los lugares conflictivos de las ex colonias. ¿Ese no era el plan original?", se pregunta Brown resumiendo la situación en la que han quedado los dos hijos de Diana de Gales al enfrentarse.
Según esta teoría, Harry necesita a la Corona tanto como la Corona necesita a Harry. Brown no es la única, también lo han dicho biógrafos de la talla de Robert Hardman, el príncipe Harry era un gran activo de la Familia Real británica, era como la princesa Ana de su generación, siempre estaba dispuesto a trabajar y nunca esperaba un trato privilegiado por ello. Por otro lado, su matrimonio con Meghan, y la fama desorbitada que alcanzaron durante un tiempo para después desplomarse en caída libre, le hicieron replantearse sus prioridades y ya ha dicho, por activa y por pasiva, que la seguridad de su familia es su única prioridad. Bajo este prisma, Harry podría haber aprendido a vivir lejos de la Corona y no echarla de menos. En los últimos meses, ha emprendido una agenda en solitario con bastante éxito y se está posicionando con solidez precisamente en aquellas áreas que a menudo ocupan menor interés mediático.