A sus 74 años, la princesa Ana es uno de los miembros de la Familia Real británica fundamental para el rey Carlos. Es solo dos años menor que el monarca y a pesar de su edad, su agenda es imparable. Es una de las figuras más respetadas de Reino Unido y lleva la discreción y el servicio a la Corona por bandera. La única hija que tuvieron Isabel II y el príncipe Felipe se encuentra en el foco porque se acaba de cumplir más de medio siglo de su primera boda con el capitán Mark Phillips, padre de sus dos hijos Peter y Zara.
El enlace estuvo precedido de una gran expectación. La Princesa Real era la primera hija de la Reina Isabel que pasaba por el altar y el suyo fue el primero ‘sí, quiero’ real televisado a todo color por la BBC. El 14 de noviembre de 1973, más de 500 millones de espectadores vieron a Ana de Inglaterra y a Mark Phillips convertirse en marido y mujer.
La pasión de los novios por los caballos les hizo conocerse. Ana conoció a Mark, un teniente de la 1ª Guardia de Dragones de la Reina, en 1968 en un evento hípico en la Ciudad de México. El capitán le propuso matrimonio cinco años después con un lujoso anillo de compromiso de diamantes y zafiros diseñado por Garrad. El compromiso fue anunciado el 29 de mayo de 1973 y la boda se fijó para seis meses después.
La ceremonia religiosa tuvo lugar en la Abadía de Westminster de Londres y toda la ciudad se volcó con la pareja. Tuvo todos los elementos de las grandes bodas reales de los Windsor con saludo a la multitud por parte de los recién casados desde el balcón del Palacio de Buckingham.
La princesa Ana llevó un vestido de novia de estilo vintage adornado con bordados de perlas. Una elegante pieza, diseñada por Maureen Baker, quien trabajaba en la firma Susan Small. Tenía un escote alto, unas originales mangas largas y una gran cola de dos metros de largo. Completó su look con un velo que iba sujeto a la tiara de la reina María, mientras su cabello estaba peinado por un moño, uno de sus recogidos favoritos.
Tras el gran día, la pareja se estableció en Gatcombe Park. Como era costumbre para los hombres sin título que se casaban con mujeres de la Familia Real británica, a Peter Phillips se le ofreció un condado que rechazó, lo que hizo que sus hijos Peter (nacido en 1977) y Zara (nacida en 1981) no obtuvieran títulos.
La ruptura y la segunda boda
Aunque la Princesa creyó que se había casado con su alma gemela, su unión matrimonial se rompió 19 años después. La pareja anunció su separación en 1989 con un comunicado del Palacio de Buckingham en el que se decía: “Su Alteza Real, la Princesa Real, y el capitán Mark Phillips han decidido separarse en los términos acordados entre ellos. No hay planes para iniciar un proceso de divorcio”. El asunto de romper de forma legal el matrimonio tardó en llegar debido a que en aquel entonces era considerado un tema tabú en la realeza. Sin embargo, el 13 de abril de 1992 se anunció que Ana de Inglaterra había solicitado el divorcio, que se concretó diez días después. A pesar de tomar caminos diferetnes, continuaron compartiendo la custodia de sus hijos y han mantenido una relación cordial desde entonces.
Ana conoció al que se convertiría en su segundo marido, Timothy Laurence, un comandante de la Marina Real, mientras él servía en el Yate Real Britannia. Comenzaron a salir en 1989, cuando ella estaba separada de Mark Phillips, pero aún no se habían divorciado, y Timothy era escudero de la Reina. Ese año, el periódico The Sun reveló la existencia de unas cartas privadas entre ellos que vendrían a confimar su romance. Se casaron el mismo año del divorcio en la iglesia de Crathie Kirk de Escocia, en una ceremonia privada a la que tan solo acudieron 30 invitados. Fue muy diferente a la primera boda de la Princesa porque la Iglesia de Inglaterra no permitió hasta 2002 que los divorciados volvieran a casarse, motivo por el que lo hizo en tierras escocesas. La hermana de Carlos III fue la primera divorciada de la realeza británica que volvió a casarse desde la princesa Victoria Melita de Sajonia- Coburgo Gotha, nieta de la reina Victoria.