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Digital Cover casa_inglesa© Samir Hussein

A cuánto ascienden las facturas de calefacción de Adelaide Cottage, la casa de los príncipes de Gales

Varios expertos responden a esta incógnita sobre la vivienda a la que el príncipe Guillermo y Kate Middleton se mudaron con sus hijos en 2022


13 de noviembre de 2024 - 19:00 CET

Los príncipes de Gales se mudaron en 2022 a Adelaide Cottage, una vivienda situada en los terrenos del Castillo de Windsor que ha sido su refugio en estos complicados meses marcados por la enfermedad de Kate Middleton. Dispone de cuatro dormitorios, una chimenea de mármol y conserva muchos elementos de 1831, cuando fue construida para la reina Adelaida de Sajonia- Meinngen, esposa de Guillermo IV. A pesar de que es mucho más reducida que Kensington Palace, que contaba con 20 habitaciones, lo cierto es que no se trata de una casa unifamiliar al uso y sus dimensiones invitan a hacerse una pregunta, ¿a cuánto pueden ascender las facturas de calefacción? Varios expertos han respondido.

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 Desde Garrington Property Finders, líder en búsqueda de propiedades del Reino Unido, han hablado con HELLO! de los gastos que puede acarrear Adelaide Cottage. Sam Williams, uno de los socios de la citada empresa, ha destacado que hay que tener en cuenta que se trata de una propiedad con dos siglos de antigüedad, a pesar de que fue rehabilitada en 2015. "Con casi doscientos años de antigüedad, la casa catalogada de Grado II puede no tener el mejor aislamiento, y este es un factor determinante clave en los costos de calefacción", ha comenzado a explicar. 



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"Su ubicación rural significa que Adelaide Cottage probablemente se calentaba originalmente con petróleo. Una casa de este tamaño y antigüedad normalmente consume entre 3500 y 4000 litros de petróleo al año. Los precios del petróleo para calefacción fluctúan, pero a los precios actuales esto costaría alrededor de 2500 libras al año (aproximadamente 3000 euros)", ha añadido. El precio de las facturas, sostiene, descendería casi a la mitad en caso de haber sustituido la caldera de gasoil por una bomba de calor.  Aunque forma parte de la Crown Estate (lista de propiedades de la Corona británica), ha indicado que, si Adelaide Cottage formase parte del mercado, tendría un valor de 1,75 millones de libras (unos 2.10 millones de euros). 

Claire Carter, gerente de casas de campo en la inmobiliaria John D Wood & Co, ha indicado que uno de los mayores gastos que tienen construcciones como Adelaide Cottage es "asegurar que los edificios conserven su herencia histórica mientras cumplen con los estándares modernos de salud y seguridad". El mantenimiento de estos edificios, según dice, es constante y se enfrenta al desafío de protegerlos del desgaste ambiental. "Problemas como la humedad y los daños estructurales son Comunes en los edificios antiguos, especialmente aquellos construidos con materiales tradicionales que pueden datar de hace cientos de años", ha añadido.


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Un reinado con el medioambiente muy presente

La nueva era que comenzó con el reinado de Carlos III tiene el cuidado del medioambiente como eje. El heredero al trono apoya estos movimientos con iniciativas como el premio Earthshot, entregado recientemente y con el que otorga 5 millones de libras esterlinas en subvenciones para innovaciones ambientales. En el terreno más personal, el príncipe Guillermo y Kate Middleton también les inculcan a George, Charlotte y Louis lo importante que es cuidar de nuestro planeta. Lo hacen con pequeños (pero valiosos) gestos como el reciclaje, minimizando el uso de agua y asegurándose de apagar todas las luces cuando no se estén usando. " Poco a poco se están dando cuenta de que estas cosas importan. Pero creo que cuando eres tan joven solo piensas en divertirte y disfrutar. Me siento mal porque no quiero cargarles con esa preocupación", contaba el príncipe de Gales.

El príncipe George participó s con su anterior escuela,  Thomas´s Bettersea School, en una salida para que los niños recogieran basura de las calles. "Estaba un poco molesto por el hecho de que un día salieron a recoger basura y, al día siguiente, hicieron la misma ruta, a la misma hora y prácticamente la misma basura que recogieron estaba de vuelta”, contó su padre. El niño no entendía cómo, después de limpiarlo todo, los desperdicios que habían recogido unas horas antes, volvían a estar en el mismo lugar. Un gesto que demuestra lo concienciado que está.

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