Kate regresó al balcón, mientras las coronas de amapolas volvían a desfilar por las calles de Londres en homenaje a los caídos en batalla. Es un nuevo comienzo. Tras su esperada aparición en el Festival del Recuerdo de la Legión Real Británica, que se celebró el 9 de noviembre en el legendario Albert Hall, la princesa de Gales se unió otra vez a la Familia Real en el Domingo del Recuerdo, para honrar la memoria de los soldados que murieron en el frente durante la Primera Guerra Mundial.
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Fue su primera aparición nocturna desde que le diagnosticaron cáncer, su primera cita importante desde que completó el tratamiento de quimioterapia y también la primera vez que cumplió dos días consecutivos de compromisos, tras saber que estaba enferma.
Está 'muy bien'
La princesa está volviendo y es una alegría inmensa ver que está "muy bien", como dijo el príncipe Guillermo, y animada, con la sonrisa de siempre, aunque hubo momentos en los que le pudo la emoción y tuvo que contener las lágrimas en los dos escenarios: el legendario teatro y el balcón del Ministerio de Asuntos Exteriores, con vistas al Cenotafio, donde se celebró el emotivo servicio nacional ante el monumento a los caídos y desfilaron 10.000 veteranos.
En el Albert Hall, se la vio conmovida cuando hubo una gran ovación para una madre que perdió a su hijo en Afganistán, cantaron juntos el himno nacional y 'Guíame, oh, gran redentor' y sonó el 'Último mensaje' a la vez que los pétalos de amapola caían del techo… Pero ahí estaba Guillermo, muy pendiente de su mujer y cada vez más protector, después del 'año brutal' que han vivido. Y al día siguiente, también tuvo que contener las lágrimas alternando momentos de alegría y de tristeza, con la duquesa de Edimburgo apoyándola. La Reina Camilla seguía recuperándose de una infección de pecho —fue la gran ausente— y su tía Sophie se cambió de balcón para que no estuviera sola y la sintiera a su lado hombro con hombro.
'Es muy especial'
Juntas siguieron la ceremonia, compartiendo confidencias que, como apuntan medios ingleses, salieron a la luz gracias a la actualización que hizo un lector de labios: "Es muy especial", "Nunca estás del todo preparada para esto...", dijo Kate, tras sonar las campanas de la capital once veces y guardar dos minutos de silencio.
Momento en el que se vio al Rey, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, inclinarse frente al monumento a los caídos para colocar una corona de amapolas… Liderar a la nación desde el Cenotafio, en el corazón de Londres, junto a sus hermanos la princesa Ana (su guardiana) y el príncipe Eduardo y el príncipe Guillermo, que buscó con sus ojos una sonrisa a Kate. Una princesa que volvió a llevar el broche de tres amapolas en recuerdo, según se dice, de los tres hermanos de su bisabuela que murieron en la Primera Guerra Mundial, y el broche de plata de la Guardia de Dragones de la Reina, regimiento del que es coronel en jefe.
Todos muy emocionados en un nuevo Remembrance Day, que se celebra siempre en el domingo más cercano al 11 de noviembre, aunque nada fue igual para Carlos III ni para Kate, que vistió de luto riguroso y acompañó sus estilismos con joyas muy especiales de la Reina Isabel y Diana.