Tras el fallecimiento de Isabel II y un año convulso, los pesos pesados de la realeza británica están cambiando su forma de comunicar, establecer su narrativa y dar a conocer su labor. La conclusión es evidente: todos apuestan por los documentales como parte de su estrategia de relaciones públicas, se están preparando para el futuro y quieren dar una imagen más relajada. El príncipe Guillermo estrenó en octubre una serie de dos capítulos sobre el sinhogarismo y se supone que antes de final de año se estrenará el del príncipe Harry sobre el polo. Entre uno y otro ha sido el turno de la reina Camilla y la sorpresa ha sido mayúscula. Lágrimas, dolor y brutalidad componen un relato de 90 minutos de duración en los que la mujer de Carlos III expone la realidad de las supervivientes o víctimas de violencia física, sexual y emocional en el ámbito doméstico. El documental ha obtenido muy buenas críticas, ha convencido más que el del príncipe de Gales y ha logrado que la mujer de Carlos III sea etiquetada como la que Windsor que se ha atrevido con un tema que estaba fuera de la agenda real. Camilla cumple la promesa de sacar la violencia a la luz, a la vez que pone en evidencia que la Casa Real británica busca empatizar, modernizarse y acercarse más su público.
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'Si hubiéramos estado viviendo en los años cincuenta, ustedes, como grupo de mujeres, no tendrían una compañía cinematográfica y yo no estaría sentada aquí hablando de abuso doméstico'
"Si hubiéramos estado viviendo en los años cincuenta, ustedes, como grupo de mujeres, no tendrían una compañía cinematográfica y yo no estaría sentada aquí hablando de abuso doméstico. Por supuesto, en aquellos días era un tema completamente tabú. La gente simplemente se tapaba los oídos. En el fondo, la gente sabía lo que estaba pasando, pero era un tema del que nunca, nunca, se hablaba”. Así comienza un documental grabado por un equipo íntegramente compuesto por mujeres y que otorga una mirada franca de la reina Camilla con formas poco solemnes para tratarse de los Windsor. Es decir, esta no es una producción encaminada a enarbolar los atributos propios de la monarquía con pompa y boato, aunque no falta en la promoción la típica imagen de Camilla en el balcón del Palacio de Buckingham durante el día de su coronación. Este equilibrio entre lo regio y lo humano está presente desde el propio titular -Her Majesty the Queen: Behind Closed Doors (Su Majestad la Reina: A puerta cerrada)-, lo que promete un relato íntimo a la vez que se usa el título con mayúsculas de la reina Camilla, quizá la mujer que más ha trasformado la monarquía británica.
El documental se ha estrenado hace unas horas en la ITV, la cadena británica que en los últimos tiempos es la elegida por la realeza. Desde Harry, que grabó con ellos el último viaje que hizo como miembro de la realeza británica, el comentado documental en África en el que tanto él como Meghan dieron las primeras pistas de que algo no marchaba bien, hasta Guillermo, que los escogió para dar a conocer las iniciativas de su fundación de ayuda a la gente sin hogar. El motivo de esta apuesta no se ha hecho público pero fue evidente el malestar, la decepción y la ira de los hijos de Diana de Gales al ver confirmadas sus sospechas, a través de una investigación, de que el periodista (Martin Bashir) usó métodos ilegales para conseguir la famosa entrevista con la princesa Diana para la BBC. Una cuenta que se quedó pendiente en 1995 y que no se vino a saldar (si eso es posible) hasta el año 2021.
La reina Camilla (que curiosamente en el 2024 ha conseguido algo que parecía difícil, tocar temas fuera de la agenda real, una estrategia que hizo célebre a Diana cuando comenzó a hablar del Sida o de las minas antipersona) ha cosechado muy buenas críticas en el Reino Unido. The Times y The Telegraph le dan cuatro estrellas de cinco, mientras que en The Guardian se queda en tres, pero alaba el gran espacio que ocupan las supervivientes, víctimas, familiares y profesionales involucrados, así cómo el análisis que se brinda de una sociedad que ha evolucionado desde el tiempo en el que la violencia doméstica era un tabú o un motivo de chiste incluso en la televisión. "Habla con compasión a las supervivientes y con franqueza a la cámara, a pesar de la rigidez inherente a su generación", señala The Guardian. Mientras The Telegraph, desde su sección de entretenimiento, compara el documental de la reina Camilla con el recientemente estrenado del príncipe Guillermo: "Me atrevo a decir que el de la Reina es un programa más atractivo, el príncipe de Gales tiende a hablar con frases que parecen ensayadas con un equipo de comunicación de palacio, pero la reina da la impresión de hablar desde el corazón".
'Traté de ponerme en tu lugar y pensé: ¿Qué hubiera pasado si fuera mi hija?'
Como miembro de la realeza, la reina Camilla focaliza sus esfuerzos en generar conciencia sobre el problema de violencia doméstica, ya que en términos legales y políticos está más limitada. Aún así se ponen en evidencia, a través de determinados relatos, las deficiencias por parte del sistema y las autoridades. El documental de Camilla no tira de eufemismos ni suaviza el relato para no incomodar al espectador: las supervivientes hablan de disparos a quemarropa, martillazos y todo tipo de violencia física, sexual o emocional. Una de las protagonistas es Diana Parker, cuya hija fue golpeada hasta la muerte por su ex marido en el año 2010, y que dirige una de las organizaciones con las que colabora Camilla. "Traté de ponerme en tu lugar y pensé: ¿Qué hubiera pasado si fuera mi hija? No creo que hubiera podido sentarme y ser tan digna y maravillosa como lo fuiste tu", le dijo la reina Camilla recordando la primera reunión que mantuvieron en el año 2016. “La admiro más de lo que puedo decir”, advirtió la reina, que hay que recordar que es madre de dos hijos, Tom y Laura.
El documental de Camilla también cuenta con entrevistas de alto perfil, como la diputada Rosie Duffield, superviviente de abuso doméstico; el actor Patrick Stewart, que presenció durante su infancia la violencia que su padre ejercía sobre su madre; Theresa May, una de las políticas que impulsó la legislación sobre abuso doméstico; Cherie Blair, abogada con una amplia experiencia representado a víctimas de abuso doméstico y mujer del ex primer ministro Tony Blair; y la inspectora de policía Sharon Baker, que durante un tiempo ocultó el maltrato para no arruinar su carrera profesional.
Esta producción es una muestra más de cómo los Windsor buscan dar una imagen más cercana y formar parte activa de los asuntos que afectan y preocupa a la sociedad. El giro en cuanto a la comunicación y las formas adoptadas desde la jefatura del Estado han sido evidentes desde el fallecimiento de Isabel II en el año 2022. Si bien el 2023 fue el año de la coronación, también organizada con toda la innovación que permite una ceremonia medieval; el 2024 era el año de poner en práctica las nuevas estrategias, sin embargo, los problemas de salud de Carlos III y de Kate Middleton retrasaron unos planes que finalmente se están cumpliendo. Tanto los reyes como los príncipes de Gales están explorando nuevas formas narrativas que van desde la producción cinematográfica con la que anunciaron el final del cáncer de Kate hasta esta serie de documentales narrados en primera persona y de aspecto cercano pero focalizados en una labor profesional en concreto.