Este domingo, se ha celebrado en el Cenotafio de Whitehall (Londres) el Domingo del Recuerdo, uno de los actos más solemnes enmarcados dentro de la festividad del Día del Recuerdo, con la que se homenajea a todos los caídos en servicio y a los veteranos de las Fuerzas Armadas.
Con suma emoción, el rey Carlos III ha encabezado los actos junto a sus hermanos, la princesa Ana y el príncipe Eduardo; y su hijo mayor, el príncipe Guillermo. El monarca, ataviado con su uniforme militar, ha depositado una corona de amapolas rojas con hojas negras en memoria de todos los hombres y mujeres que murieron en el campo de batalla. Un arreglo floral cuyo diseño en escarlata, púrpura y dorado también rinde tributo a su abuelo, Jorge VI.
Pero, sin duda, gran parte de la atención la ha acaparado Kate Middleton desde el balcón de la Oficina de Relaciones Exteriores, Commonwealth y Desarrollo. Son contadas las ocasiones en las que se ha visto a la princesa de Gales en actos públicos desde que anunció su cáncer, y posteriormente, el fin de su tratamiento de quimioterapia. La pasada noche fue la gran protagonista en el Festival Anual del Recuerdo en el Royal Albert Hall. Pasos que la acercan a la normalidad .
La princesa de Gales se ha mostrado de lo más emocionada, cerrando los ojos e inclinando la cabeza en señal de respeto por la memoria de los que perdieron su vida luchando por Reino Unido durante los dos minutos de silencio. Debido a la ausencia de la reina Camilla por enfermedad, este año su compañera ha sido la duquesa de Edimburgo con la que ha compartido numerosos gestos de cariño y complicidad como cuando Sophie le puso la mano en el hombro al retirarse del balcón.
Tal y como manda la tradición, la princesa de Gales ha lucido un look de riguroso luto. Un estilismo compuesto por una chaqueta de inspiración militar con detalles trenzados en hombros y laterales delanteros, botonadura simple, cuello vuelto y lazada a tono confeccionada en terciopelo. En la solapa el broche de amapolas rojas, flores que crecieron en los campos de batalla, y el broche de la Guardia de Dragones de la Reina, un guiño a su papel como Coronel en Jefe de Regimiento. En lo que a accesorios se refiere, se ha decantado por unos pendientes colgantes de perlas que pertenecieron a la recordada Isabel II y un tocado de redecilla con flores tridimensionales.
La duquesa de Edimburgo, por su parte, ha escogido un vestido negro de cuello holgado. Un clásico chic que ha combinado con un sombrero de ala ancha, pendientes y gargantillas de perlas.
Quiénes también han acudido a este homenaje han sido sir Tim Laurence, el duque de Kent y los duques de Gloucester. Así mismo ha destacado la presencia de distintas personalidades relacionadas con el mundo de la política como el primer ministro Keir Stramer, el miembro del Parlamento Nigel Farage y el alcalde de Londres Sadiq Khan, Boris Johnson y David Cameron.
La gran ausente ha sido la reina Camilla. Cabe recordar que tal y como se informó desde el Palacio de Buckingham, la esposa del jefe de Estado sufre “una infección de pecho”, por lo que sus médicos le han recomendado “un breve periodo de descanso” que le ha hecho cancelar los compromisos de su agenda oficial. Ollie Plunket, escolta de la Reina, ha depositado en su nombre una corona floral compuesta por 95 amapolas atadas con cintas marrones, rojas y amarillas, los colores de la Reina Madre.
A pesar de que las temperaturas son bajas en la ciudad del Támesis (las máximas marcan tan solo 8 grados) y el ambiente nublado, como viene siendo habitual miles de ciudadanos han abarrotado las calles para estar al lado de la Familia Real británica en este día tan significativo. Además unos 10.000 veteranos y 800 militares en activo han desfilado representando a sus respectivas compañías del Ejército.
El momento culmen de esta celebración ha llegado a las 11 de la mañana (12 en el horario español) cuando se han guardado dos minutos de silencio que se han roto con el repique de las campanas del Big Ben y un disparo de arma en el Horse Guardian Palace, todo ello seguido de una banda que ha interpretado el himno nacional God Save The King. Un gesto que se ha repetido en distintos puntos de la nación, desde Gales hasta Escocia.