Carlos III, ante la gran ausencia de la reina Camilla por enfermedad y acompañado por los príncipes de Gales, ha presidido este sábado el Festival Anual del Recuerdo de la Legión Real Británica. Vestidos de riguroso luto en señal de respeto como manda el protocolo, los Windsor volvían a dar imagen de unidad en esta cita donde se rinde homenaje a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas de Gran Bretaña que perdieron la vida en el campo de batalla.
El majestuoso Royal Albert Hall de Londres se vestía de gala una vez más para acoger el tradicional concierto de música clásica, donde los miembros de la familia real inglesa lucían -como no podía ser de otra forma- las simbólicas amapolas carmesí en su pecho. Una cita a la que también acudían la princesa Ana y su marido, el vicealmirante Tim Laurence, así como los duques de Edimburgo y la duquesa de Gloucester para vivir todos juntos una velada imprescindible en su agenda oficial.
Como era de esperar, el foco estaba puesto sobre Kate Middleton nada más hacer acto de presencia, dado que sus apariciones en público siguen siendo contadas durante el último año. La última fue hace un mes, cuando ella y su marido fueron a la localidad de Southport tras el terrible suceso ocurrido allí en verano en el que tres menores fueron asesinados. Las presencias de la futura reina son muy reducidas desde que le diagnosticaran un cáncer -que ella misma desveló en marzo- y posteriormente terminara con su tratamiento de quimioterapia -según anunció anunció en septiembre-.
Relajada y sonriente, la esposa del príncipe Guillermo lucía traje oscuro para la ocasión y, tras subir las escaleras que dan acceso a la zona superior de la imponente sala, ha ocupado su sitio en el palco de honor al lado de su marido. Muy atenta a lo que veían sus ojos y aplaudiendo cuando la situación lo merecía, la nuera del rey Carlos volvía a brillar como nos tiene acostumbrados, dando una lección de estilo y elegancia que es habitual en ella.
La Princesa se enfundó en un elegante look de vestido-abrigo teñido de negro. Un diseño a la altura de las rodillas de mangas largas, con solapas y botonadura roja a contraste. Asimismo, sumó al estilismo unas medias a tono poco tupidas y unos stilettos que estilizaron su figura al máximo. Para culminar la apuesta, llevó unos pendientes colgantes de perla (que fueron propiedad de Diana de Gales) y bolso bajo la firma de Chanel.
Derrochando belleza a cada paso que da, Kate era arropada por su esposo en todo momento y eso se veía en los gestos de cariño que este ha tenido con ella. Así, según bajaban del coche oficial que los ha trasladado hasta el monumental edificio que data de mediados del siglo XIX, el heredero al trono (42 años) ponía su mano en la espalda de su mujer (42) cuando se dirigían al interior del abarrotado recinto.
Los allí presentes eran testigos de cómo la orquesta de los Royal Marines y la del Airforce Regiment interpretaban sus notas con maestrías, dos bandas que han recibido una sonora ovación por parte del público. Retransmitido en directo por la televisión pública BBC, al espectáculo de esta tarde-noche no han faltado tampoco el primer ministro Keir Starmer, quien accedió al cargo el pasado julio, y su mujer Victoria. El evento tenía lugar en la víspera del Día del Armisticio, cuyos actos principales frente al cenotafio serán presididos también por el monarca.
El evento de este año ha rendido tributo a los militares que lucharon en la Segunda Guerra Mundial en 1944, homenajeando a todos aquellos que lucharon en el Día D en Normandía (Francia), así como en las batallas de Montecasino (Italia) y Kohima (India). El evento también ha recordado los conflictos más recientes, ya que este año se cumplen 10 años desde que los soldados de Reino Unido finalizaran las operaciones de combate en Afganistán. Por último, también se organizaba un festejo para los hijos de aquellos que sirven en el ejército.
La reina Camilla, por su parte, no ha podido asistir al Concierto del Recuerdo junto a los suyos debido a la infección en el pecho que sufre desde principios de esta semana. Unos problemas respiratorios estacionales que le obligaban a cancelar su agenda institucional de los últimos días, incluidos los actos de este sábado y domingo. Por recomendación de los médicos, tal y como se ha informado desde el Palacio de Buckingham, la esposa del monarca sigue guardando reposo en su domicilio para recuperarse plenamente.