Doce horas después de que se hicieran públicos los resultados de las elecciones del 5-N en Estados Unidos, la candidata demócrata, Kamala Harris, dio las primeras declaraciones y corroboró el triunfo de Donald Trump. Estaba exhausta, con los ojos acuosos, triste. Todos los famosos que habían apoyado su candidatura demócrata –de Taylor Swift a George Clooney– estaban devastados. Entre ellos, aunque con toda la discreción del mundo, el príncipe Harry y Meghan Markle, los duques de Sussex, quienes, desde que viven en Estados Unidos, han mantenido una relación muy tensa con Donald Trump, aunque la historia de su desencuentro viene de muy lejos. En 2016, durante la emisión de un conocido late show, Meghan Markle calificó a Trump, entre otros adjetivos, de misógino y aseguró que “nadie quiere a ese tipo de gente”. Ahora, con el triunfo en las urnas de Trump, se torna muy delicada la situación de los Duques de Sussex en Estados Unidos, quienes, por otra parte, enfrentan estos días el enésimo rumor de su inminente divorcio.
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En aquel lejano 2016, Donald Trump no contestó a la actriz, pero ni olvidó ni perdonó sus declaraciones y transmitió esa animadversión a los suyos. Por eso, no extrañó nada que, el pasado agosto, su hijo Eric compartiera una serie de explosivas declaraciones durante una entrevista con GB News. El calificativo de “misógino” que Meghan Markle había usado hacía ocho años para referirse a Trump se quedó corto con las palabras que Eric utilizó para definir a los Duques de Sussex: “Manzanas podridas”, un exabrupto que no pasó desapercibido. Pero no fue esta expresión altisonante la que más sorprendió, sino su insinuación de que podrían deportarlos al Reino Unido: “Te puedes quedar con esos dos. Es posible que ya no los queramos más”.
Estas declaraciones llegaron para reforzar la postura de su padre, quien ya había sugerido previamente que se debía revisar detenidamente la visa que tenía el príncipe Harry, ya que podría haber faltado a la verdad a la hora de rellenarlo, a la luz de sus confesiones en Spare, las polémicas memorias del príncipe que se vendieron como churros.
Qué confesó en Spare el príncipe Harry
En su autobiografía, el príncipe Harry o bien pecó de sinceridad o bien, como apuntan algunos analistas, exageró en ciertos puntos y noveló sus experiencias para atraer más lectores. Sea como fuera, sus confesiones en torno a su presunto consumo de drogas le han ocasionado muchos problemas personales y legales. Hagamos recuento de lo sucedido.
Según se lee en Spare, el duque de Sussex admitió haber consumido drogas, como marihuana, pero también setas y otros alucinógenos, como la ayahuasca. Del uso de estos últimos reveló: “Los psicodélicos me hicieron algún bien” y describió su experiencia con la ayahuasca en los siguientes términos: había sido un medio para lograr “la eliminación de los filtros de la vida”. Bastaron estas declaraciones para que los miembros de la Fundación Heritage investigaran si el príncipe Harry mintió a la hora de solicitar su visado o bien obtuvo un trato de favor para recibirlo. Cabe recordar que entre las preguntas que se formulan para obtener el visado en Estados Unidos hay una clave sobre el consumo de drogas. El reglamento exige respuestas a los siguientes interrogantes: ¿Es usted o ha sido alguna vez un drogadicto o adicto? y ¿ha violado alguna ley relacionada con sustancias controladas?
En cuanto salió a la luz el debate, los expertos en materias de migración pusieron el foco de atención en el tema. Según John Bardo, del Departamento de Seguridad Nacional, hay que distinguir entre pruebas fehacientes y declaraciones que no forman parte de un testimonio jurado: “El simple hecho de decir algo en un libro no lo convierte en verdad”. La Fundación Heritage continuó con su particular cruzada para que salieran a la luz los documentos migratorios del hijo menor de Carlos III: "La cobertura mediática ha planteado la cuestión de si se admitió adecuadamente al duque de Sussex a la luz del hecho de que ha admitido públicamente los elementos esenciales de una serie de delitos relacionados con las drogas".
La postura de Donald Trump
Después de unos meses de incertidumbre, el juez Carl Nichols ha dictaminado que la solicitud de visa del príncipe Harry debe permanecer en el ámbito de lo privado ya que “el público no tiene un interés fuerte en la divulgación de los registros migratorios del duque” y añadió en su sentencia que “como cualquier ciudadano extranjero, el duque tiene un interés legítimo en la privacidad de su situación migratoria”. Por otra parte, según investigó la BBC, el caso sigue en curso, pero en los tribunales, y son los oficiales de inmigración quienes tomarán la decisión final “basada en diversos factores”.
Aunque este hecho haya podido tranquilizar a los Sussex, las últimas declaraciones de Donald Trump, antes de ganar en las urnas las elecciones, no son precisamente amistosas. A principios de 2024, durante una Conferencia de Acción Política Conservadora, celebrada en Maryland, el político republicano aseguró que Joe Biden había sido “demasiado indulgente” con Harry de Inglaterra desde su mudanza definitiva a EE UU. Más adelante, en el Daily Express reveló que él no protegería al hijo menor de Carlos III porque “traicionó a la Reina. Eso es imperdonable”. Si bien es cierto que tanto Donald Trump como su hijo Eric han sido muy duros en sus declaraciones con el príncipe Harry, ambos han sido respetuosos con la Monarquía británica. De hecho, cuando estalló el Megxit, Donald Trump tuvo unas palabras amables para Isabel II desde Fox News: “No quiero meterme en el tema, pero tengo mucho respeto por la Reina. Creo que esto no debería estar pasándole a ella”.
En marzo, quien será el cuadragésimo séptimo Presidente de los Estados Unidos, aseguró al parlamentario británico Nigel Farage que si volvía a la Casa Blanca no iba a conceder “ningún trato preferencial” al Duque de Sussex.
Los siguientes pasos
Echando la vista atrás, desde 2016 Donald Trump tiene ojeriza a Meghan Markle, pero también ha tenido sus desencuentros con el príncipe Harry. En aquel complicado enero de 2020, semanas después de que los Sussex renunciaran a la Casa Real británica, el príncipe fue objeto de una pesada broma por parte de dos youtubers rusos que se hicieron pasar por Greta Thunberg. Durante la charla, el príncipe Harry, sin saber con quién estaba hablando realmente, conversó desenfadadamente tanto de su ruptura con su familia como de Donald Trump, de quien dijo “tiene las manos manchadas de sangre”. Algo que trascendió y que, obviamente, no pudo sentar nada bien al político.
Cuando Trump se refiere a Harry de Inglaterra lo hace dejando caer que podría ser una víctima de Meghan Markle. Durante una charla con el periodista Piers Morgan, realizó el siguiente incisivo comentario: “Está siendo utilizado horriblemente y maltratado como ninguna persona que yo haya visto. Ella probablemente lo deje cuando decida que le gusta más otro”. Glup.
Richard Fitzwilliams, un experto en Monarquía británica, ha expresado su parecer sobre la delicada situación que viven actualmente Harry y Meghan en Estados Unidos: “Harry fue extremadamente insensato al hablar de su consumo de drogas en Spare […]. Sin embargo, los Sussex han mantenido un perfil relativamente bajo durante las elecciones, instando a los estadounidenses a votar, pero sin ser explícitos sobre por quién […] En algún momento se pensó que Meghan podría entrar en política, pero no hemos visto señales de ello. Es muy poco probable que Trump se arriesgue a un episodio embarazoso que implique a la familia real expulsando a Harry, si se descubre que no ha revelado su consumo de drogas en su solicitud de visado". De todas maneras, tal vez por todo lo anterior y adelantándose a este posible resultado, Harry y Meghan habrían buscado una segunda residencia en Comporta (Portugal).
Por su parte, Grant Harrold, exmayordomo real al servicio de Carlos III de 2004 a 2011, ha sostenido que la victoria de Trump, como presidente de Estados Unidos, “no afectará la vida de Meghan y Harry […]. No creo que la elección de Trump afecte a Meghan o Harry. No creo que de repente decidan abandonar el país, si lo hacen será por motivos personales. Ya se ha dicho que igual quieren volver a Europa, pero creo que son razones personales y no políticas. Creo que estarán en el país en el que quieran estar. Podría ser Europa para que puedan estar más cerca de la Familia Real", comentó en el Daily Express Online.
Visto todo lo anterior, solo el tiempo nos revelará la gran incógnita: ¿dónde echarán raíces Harry y Meghan y, por ende, sus hijos, Archie y Lilibet?