Los reyes Carlos y Camilla, en la primera gira de su reinado por Oceanía, se despidieron de Australia este miércoles para poner rumbo al pequeño estado insular de Samoa. Si bien los sentimientos entre Canberra y Sídney fueron algo encontrados, ya que el rey británico comprobó de primera mano como en el país más grande de la Commowealth las reclamaciones y heridas históricas del pasado colonial del Imperio Británico están presentes en la población aborigen australiana, a su llegada a la paradisíaca Samoa el ambiente se tornó del todo distendido. Los samoanos habían preparado a fondo la visita del primer soberano británico desde 1977, así que le obsequiaron con el tratamiento de "gran jefe", le regalaron un cerdo, le besaron y le invitaron a brindar con 'kava'.
En Samoa, un archipiélago compuesto por nueve islas en el Océano Pacífico, todo estaba listo para recibir a los reyes Carlos y Camilla, en medio de una semana de máxima expectación, puesto que por primera vez se celebra en la capital, Apia, la reunión de Jefes de Gobierno de la Commonwealth (CHOGM).
La Banda de la Policía Real de Samoa comenzó a tocar mientras la pareja descendía y se reunía con los funcionarios locales en el Aeropuerto Internacional de Faleolo, donde se había desplegado una alfombra roja en medio de fuertes vientos.
El rey Carlos III, que cumple 76 años el mes que viene y ha suspendido su tratamiento contra el cáncer para afrontar este viaje, conectó rápidamente con la primera ministra, Fiame Naomi Mata'afa, y desde allí comenzó un viaje por unas carreteras que habían sido acondicionadas para la llegada del soberano.
La expectación era máxima en la mañana del jueves: Samoa estaba lista para brindarles una buena bienvenida.
Carlos y Camilla llegaron a la Universidad Nacional de Samoa para que el país les brindara el Ava, una ceremonia de bienvenida oficial. En cuanto se abrió la puerta del coche se pudo ver que el soberano británico allí había venido preparado para la ocasión y con la intención de agradar a sus anfitriones. A su chaqueta de estilo 'Royal Navy' le había puesto unos detalles con telas de la Escuela de Artes samoanas.
Carlos y Camilla fueron obsequiados con unos collares tradicionales hechos de frutos secos que fueron cambiando a medida que recibieron nuevos honores
Así comenzó una ceremonia que en Samoa es un símbolo de amistad y que recordó el anterior viaje que un soberano británico hizo a la isla, fue Isabel II en 1977, con motivo de sus 25 años en el trono
Los miembros más destacados de la comunidad habían sido citados para esta ceremonia tradicional en un lugar que para ellos es tierra sagrada
La parte central de esta ceremonia en la que participan los miembros del pueblo Falelatai consiste en la preparación de una bebida que se reserva a reuniones importantes, es la hija del jefe local la que ataviada con el tocado tradicional está preparando la bebida
Para los habitantes del Pacífico el 'kava' tiene fines medicinales, religiosos, políticos, culturales y sociales.
El medio coco pulido y lleno de 'kava' es ofrecido en primer lugar al rey Carlos III por el jefe local de la aldea de Falelatai
Listo para cumplir con el protocolo samoano.
Después de beber, Carlos III dijo: 'Que Dios bendiga este kava' y fue nombrado Tui-Taumeasina, gran jefe o jefe supremo de la aldea de Moata'a. En esta imagen se puede apreciar la hebilla de la espectacular chaqueta diseñada por él mismo y confeccionada por el sastre londinense Anderson & Shepperd.
Su nuevo título llevaba aparejado este regalo: un cerdo listo para un banquete
Después de la ceremonia de bienvenida, los reyes Carlos y Camilla pudieron charlar con algunos miembros de la comunidad
Los samoanos diseñaron un programa para poder mostrar su riqueza cultural a los reyes en un breve espacio de tiempo, ya que el soberano podía dedicar solo un día a la visita de Estado antes de presidir la reunión de los jefes de gobierno de la Commonwealth, así que artes tradicionales como el tatuaje samoano se realizaron en directo en una muestra que se había montado para la ocasión
Los reyes también conocieron a los jugadores de la selección samoana de rugby y cricket, hay que tener en cuenta que esos dos deportes nacieron en Inglaterra y que el primer contacto de los samoanos con los europeos fue en torno a 1830 con la llegada de comerciantes y misioneros británicos.
A la humedad tropical propia de la zona se sumó una lluvia constante que no impidió que continuara un programa que también contaba con agendas separadas
La noticia de que Carlos III es un rey mucho más cercano que su madre, al que no le importa el contacto físico, ha debido llegar a Samoa. Las mujeres que trabajan en el proyecto de restauración de manglares en el pueblo de Moata'a, al este de la capital, recibieron con besos al soberano. "Es el que mejor entiende nuestro modo dde vida", afirmaban en referencia al trabajo en defensa del medio ámbiente que caracterizó al rey durante sus años como príncipe de Gales
Toeolesulusulu Cedric Schuster, ministro de medio ambiente y recursos naturales, enseñó a Carlos III cómo las formas de vida tradicionales conservan los ecosistemas propios de la zona, como son los manglares. Tampoco hay que olvidar que buena parte de la agenda de la reunión de la Commonwealth gira en torno al cambio climático
Carlos III también pudo conocer uno de los lugares más salvajes del planeta: el parque nacional O Le Pupu-Puʿe
Esta es una zona protegida desde 1978 y en cuyo cuidado y protección se vuelca la comunidad. El jefe del Estado, que comenzó a hablar de la importancia de frenar el cambio climático hace décadas y cuando nadie (ni dentro de su Casa Real ni fuera) lo hacía, estaba especialmente interesado en conocer todos los proyectos que tuvieran que ver con la protección ambiental.
La reina Camilla también ha contado con parte de su agenda en solitario y ha puesto rumbo al Foro de la Mujer que se celebraba en la capital con motivo de la reunión de jefes de gobierno de la Commonwealth que se celebra durante estos días y por primera vez en Samoa.
La mujer del jefe del Estado británico también ha ido a una escuela local.