Solo han pasado cuatro años desde que Harry y Meghan decidieron salir de la Casa Real británica, pero han sucedido muchas cosas, incluida la llegada de un nuevo rey. Durante este tiempo, tanto los Sussex como los Windsor, han querido contar su historia; de forma directa o indirecta ambos bandos han dado a conocer su verdad, han luchado para establecer su narrativa y que su versión sea la que perdure. El viaje a Colombia que los duques de Sussex acaban de completar es la confirmación de que su historia ha calado, sobre todo la de Meghan, convertida ya en “princesa Netflix” y reconocida de forma independiente como una voz autorizada y solvente en determinadas materias. Es posible que los Sussex hayan llegado a una nueva era en la que solo importa lo que son y no lo que fueron.
El interés y la polémica que ha generado la invitación del gobierno colombiano a los duques de Sussex es evidente: el viaje ha sido seguido en directo a nivel internacional como si de un viaje oficial se tratara. Lo que evidencia que ellos carecen de representación institucional, pero han encontrado una diplomacia a su medida. Hasta este viaje, los movimientos internacionales de los duques de Sussex estaban enmarcados en los Juegos Invictus, así este año se han dejado ver en Canadá, Alemania, Reino Unido y Nigeria. Sin embargo, el de Colombia es un viaje distinto, uno motivado por la historia de Meghan.
“Conocí a Harry y a Meghan a través de los medios de comunicación, pero sobre todo vi la serie en Netflix sobre su vida, sobre su historia y eso me conmovió. Es una mujer que merece venir a nuestro país y contar su historia y su intercambio sin duda será un fortalecimiento a tantas mujeres en el mundo”, dijo Francia Márquez, vicepresidenta y ministra de Igualdad del gobierno de Colombia cuando explicó los motivos que le llevaron a invitar a la pareja de forma oficial a su país.
La primera intención del gobierno colombiano era haber traído a Meghan a la conmemoración del 25 de julio del año pasado, día de las mujeres y las niñas afrodescendientes, con el fin de que participara contando su experiencia. “Ella nos respondió a la carta diciendo que no podía venir pero que quería visitar nuestro país, desde entonces hemos estado trabajando en esta visita tan importante”, añadió la política sobre un viaje que ha resultado polémico tanto en el Reino Unido como en Colombia, donde la oposición ha tachado de incoherente el invitar a un miembro de la realeza británica con su posición sobre la deuda histórica del colonialismo. Un tema, por otro lado, el de la herencia del extinto Imperio Británico, con el que los propios duques de Sussex fueron muy críticos en el citado documental de Netflix y que levantó (y sigue levantando) muchas ampollas en el Reino Unido, aunque, a la vista está, les ha servido para acercarse a otros países y organizaciones internacionales.
En ese sentido, Francia Márquez, la primera mujer negra en llegar a la vicepresidencia de Colombia, reconoció en su rueda de prensa que ha sido la propia discriminación que ha sufrido ella misma durante toda su carrera y la violencia que padece a día de hoy en redes sociales, lo que le llevó a querer conocer a Meghan Markle y, sobre todo, a darle voz en Colombia, porque tanto ella como Harry llevan años visibilizando el problema del ciberacoso y la violencia en entornos digitales y vinculándolo con la salud mental.
En definitiva, con la posición pública que le aportó Harry y valorando también el legado de su madre, Diana de Gales, que falleció curiosamente dejando un viaje a Colombia pendiente, este viaje “buscaba impulsar el liderazgo de las mujeres en Colombia y en el mundo” y Meghan lleva años queriendo formar parte de esto, incluso antes de entrar en la Familia Real. Sin olvidar que ya ha recibido varios premios por ello y que ha sido reconocida en Estados Unidos por voces históricas y solventes en esta materia como Gloria Steinem y Teresa Younger.
En ese sentido, la historia de la mujer que luchó para abrirse paso como actriz, en una industria que solo da determinados papeles a las mujeres afrodescendientes, y luego lo dejó todo para servir a la monarquía británica, era la historia de una "princesa Disney" de manual, sin embargo, su historia como “princesa Netflix” es mucho más interesante y con un recorrido más largo, una historia (llena de villanos, imprevistos y choques institucionales) que está calando y que recuerda en parte a la lucha de Diana de Gales. No hay que olvidar que si los príncipes Guillermo y Kate son los indiscutibles herederos de la faceta oficial de la fallecida princesa de Gales, Harry y Meghan llevan cuatro años posicionándose como los herederos de algo más poderoso: su historia.
Ya en el mes de febrero los planes de los duques de Sussex indicaban que este 2024 podría ser un un buen año para ellos: lanzaron nuevos proyectos, una nueva página web, filmaron un documental sobre los Juegos Invictus e hicieron más apariciones públicas de las habituales, sobre todo en comparación con un 2023 poco fructífero. Sin embargo, su presencia internacional ha ido más allá de lo esperado y en agosto ya ha quedado confirmado que este año ha sido clave para sus intenciones de convertirse en embajadores itinerantes de perfil humanitario.
Desde el Reino Unido y durante todo el fin de semana se han preguntando sobre el sentido o el hilo conductor del viaje, pero lo cierto es que el han dado una cobertura total como si de un viaje oficial se tratara. Meghan ha puesto en práctica su español, Harry ha sumando un nuevo equipo en la competición de los Juegos Invictus y durante tres días se ha estado hablando de su fundación y de Colombia. Políticos, actores, músicos, artistas y distintos líderes de su comunidad han querido conocer a los duques de Sussex. "Qué alegría que el mundo nos esté mirando", comentó el alcalde de Cali al conocer al hijo del rey Carlos III y es que esta visita se trataba de eso. Harry y Meghan acaban de descubrir una nueva vía para llevar a cabo sus objetivos: una diplomacia a su medida que está resultando exitosa y acaba de convertir a este 2024 en el año más fructífero desde su salida.