En las últimas horas la Casa Real británica ha publicado el último informe sobre sus finanzas confirmando que a Carlos III se le dan bien los números, ya que la gestión del patrimonio de la Corona ha obtenido grandes beneficios que se traducirán en un aumento de su fondo soberano. También se han presentado los beneficios del ducado de Cornualles, el millonario imperio privado que el príncipe Guillermo heredó de su padre como príncipe de Gales y del que, por el momento, no van a detallar ni gastos ni impuestos, pero que ha obtenido un beneficio de más de 28 millones de euros. Sin embargo, de forma paralela, hay otra información circulando en este preciso momento sobre las finanzas del miembro más polémico de los Windsor: el príncipe Harry.
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Cuando llega el momento del año de analizar las cuentas del rey y de su heredero, además en un momento peculiar de su reinado, ya que corresponden al primer ejercicio en el que padre e hijo han llevado las riendas de su patrimonio en exclusiva tras la muerte de Isabel II, aparece una información relativa a una sustancial suma de dinero que parece que va a recibir Harry el próximo 15 de septiembre, cuando cumpla los cuarenta años, como parte de la herencia de su bisabuela paterna, la Reina Madre.
Aunque esta información está corriendo como la pólvora ahora, The Guardian y la BBC la publicaron en el año 2002, justo después de la muerte de la Reina Madre, aunque con reservas, dada la naturaleza blindada de las herencias de la monarquía británica. Ambos medios coinciden en que en 1994 la Reina Madre metió dos tercios de su dinero (según The Guardian una fortuna de 70 millones de libras, más de 83 millones de euros) en un fondo fiduciario para sus bisnietos, los príncipes Guillermo y Harry, una maniobra con la que según el citado medio se buscaba evitarles el pago de impuestos por la herencia, algo que no ocurrió con la herencia de Diana de Gales.
“Del fondo fiduciario de la Reina Madre es probable que Guillermo y Harry compartan alrededor de 7 millones de euros a la edad de 21 años (la mayor parte irá al hijo menor aparentemente para compensar por no convertirse en soberano) y otros más de 9,5 millones de euros cuando alcancen los 40 años. Los hijos de la princesa Ana, Zara y Peter Phillips, y las hijas del príncipe Andrés, Beatriz y Eugenia, junto con los hijos de la princesa Margarita, el vizconde Linley y Lady Sarah Chatto, también recibirán legados de varios millones cada uno”, publicó The Guardian en abril de 2002, días después del fallecimiento de la madre de Isabel II. Así que todo apunta a que el próximo cumpleaños del príncipe Harry sí se va a celebrar a lo grande.
Aunque los duques de Sussex han emprendido varios proyectos y firmado contratos millonarios (Forbes los cifra en 135 millones de dólares, más de 124 millones de euros) para el sostenimiento de su vida privada y sus labores filantrópicas, el propio Harry reconoció durante su entrevista con Oprah Winfrey que el patrimonio que heredó de su madre, Diana de Gales, que según explicó el príncipe en sus memorias se hizo efectivo al cumplir los 30 años, fue crucial para emprender una nueva vida en los Estados Unidos. Por otro lado, gracias a las cuentas que presentó Carlos III cuando estaba al frente del ducado de Cornualles, más detalladas que las que acaba de presentar el príncipe Guillermo, se sabe que Carlos ayudó a los duques de Sussex durante los primeros meses de su vida fuera en Norteamérica, después, según Harry y esas cuentas, les “cerró el grifo”.
Lo que no se sabe, y puede tardar mucho en darse a conocer debido a que el testamento está sellado durante un mínimo de noventa años, es si la reina Isabel II, que vivió y negoció la salida de su nieto de la Casa Real británica, ha dejado alguna suma de dinero reservada para el que fuera su nieto favorito. Eso sin olvidar que, volviendo al testamento de la Reina Madre, entre otras cosas, contenía huevos de Fabergé, cuadros de Monet, casas, porcelana, joyas y caballos. Un legado que pasó a manos de Isabel II, ya que la herencia de “soberano a soberano” o de “consorte del soberano a monarca reinante” está exenta del impuesto del 40% desde que así lo acordó la institución con el primer ministro conservador John Major en 1993. Una medida que se justificó con el fin de evitar la erosión de la riqueza de la Familia Real para que garantizar su sostenimiento en el futuro sin necesidad de partidas públicas.