La Casa Real británica ha publicado el último informe sobre sus finanzas y al rey Carlos III le están yendo muy bien las cosas. Las cuentas reales muestran que su patrimonio obtuvo en el ejercicio 2023-2024 notables beneficios y eso se traducirá en un sustancioso aumento de la cantidad de dinero público (lo que se conoce como Subvención Soberana) que él mismo recibirá de cara al próximo año. Sin embargo, está no es la única lectura que han dejado los últimos informes emitidos por la monarquía británica, ya que, el príncipe de Gales no parece dispuesto a seguir los pasos de su padre en cuanto a transparencia financiera y se niega a revelar cuántos impuestos paga.
Hay que recordar que la monarquía británica se financia por varias vías. Por un lado, está la Subvención Soberana que incluye fondos para mantener las residencias reales que se utilizan para eventos ceremoniales, los viajes reales para compromisos oficiales del Reino Unido y los costes del personal de la Casa Real, es decir, los empleados que apoyan la labor del Rey como jefe de Estado. Esa subvención está vinculada a las ganancias del propio patrimonio de la Corona, por eso, los más de 1,100 millones de libras (1,300 millones de euros) que han generado en el último ejercicio harán que los ingresos de Carlos III aumenten en 53 millones de euros que se sumarán a los 100,2 millones que ya recibía. Un aumento que, según recoge The Guardian de boca de Michael Stevens, Guardián del Tesoro Privado del rey, se utilizarán para financiar las etapas finales de programa de renovación del Palacio de Buckingham en cuya renovación se estará trabajando hasta el 2027.
Además de la Subvención Soberana, el Rey recibe ingresos (a través del Tesoro Privado) del Ducado de Lancaster (una finca de tierras), mientras que el Príncipe de Gales recibe ganancias netas del Ducado de Cornualles, el imperio empresarial que el príncipe Guillermo heredó de su padre y que en este ejercicio financiero cierra con unas ganancias de 23,6 millones de libras (más de 28 millones de euros). Unas cuentas de las que el príncipe de Gales ha optado por no revelar cuántos impuestos paga por esos ingresos privados, lo que marca un cambio notable de enfoque respecto a cuando su padre era el heredero al trono.
“Se supone que pagará el impuesto sobre la renta por el importe total, menos los gastos del hogar, que tampoco han sido revelados”, publica este miércoles The Telegraph, que señala que la revisión anual en tiempos del anterior príncipe de Gales sí detallaba gastos generales como vestuario, ama de llaves, chefs, mayordomos o jardineros, entre otros, así como su factura de impuestos. El Palacio de Kensington ante las preguntas al respecto por parte del citado medio británico ha aclarado que el príncipe de Gales paga el nivel “apropiado” de impuestos sobre la renta, lo que podría interpretarse como que está pagando más de lo que se pagaba su padre debido a que sus ingresos son mayores.
Lo que es evidente es que, de momento, el príncipe de Gales ha optado por ser menos transparente con respecto a sus finanzas a lo que fue su padre cuando estaba al frente del ducado de Cornualles. Aunque, otra forma de verlo, es que esas cuentas no solo muestran los gastos de su labor oficial y caritativa, también se usan para financiar la vida privada de los príncipes de Gales y si algo han dejado claro Guillermo y Kate es que son muy celosos son todo lo que respecta a la intimidad de su hogar. Eso sin olvidar que este solo es un cambio de enfoque más de los muchos que está haciendo el príncipe Guillermo de forma gradual desde que tomó las riendas del ducado de Cornualles.
También hay que recordar que el Rey y el Príncipe de Gales no tienen obligación legal de pagar impuestos. Sin embargo, desde 1993, tras un acuerdo con Hacienda para remontar la enorme caída de popularidad de 1992, el Monarca y su heredero pagan voluntariamente el impuesto sobre la renta por los ingresos de los Ducados y las ganancias de las inversiones personales, pero no por la Subvención Soberana. También se pagan los impuestos sobre las ganancias de capital y las sucesiones en determinadas circunstancias. De manera similar, los impuestos locales se pagan de manera voluntaria. Es por esta exención fiscal que el grueso del patrimonio pasa siempre de manos del rey a manos del príncipe de Gales, ya que si recayera en otro de los hermanos sí tendría que pagar impuestos en caso de herencia.
El concepto de las herencias en la monarquía británica,es todavía más desconocido porque no se hacen públicas. En este sentido, a la Subvención Soberana y los ingresos privados que generan los dos ducados, hay que sumar una tercera vía de financiación que viene de los ingresos privados de inversiones y riqueza heredada, es este último concepto el que hace que los críticos sostengan que esos ejercicios de transparencia financiera estén envueltos en niebla, ya que se sabe que determinados Windsor, entre ellos la reina Madre o la propia Diana de Gales, dejaron herencias muy sustanciosas a repartir a lo largo de los años. Eso sin olvidar que tanto Isabel II como el duque de Edimburgo dejaron sus testamentos blindados.