El príncipe George, el hijo mayor del príncipe Guillermo y de Kate Middleton y segundo en la línea de sucesión al trono británico, cumple este lunes once años. Una celebración que llega después de unos meses durísimos marcados por el diagnóstico de cáncer de su madre que le ha hecho madurar a la fuerza, abandonar la niñez casi de golpe, adentrarse en la preadolescencia y, en definitiva, hacerse muy mayor demasiado pronto. Además del extraordinario destino que le espera como futuro Rey y de las obligaciones institucionales que poco a poco va adquiriendo, en casa, se ha visto obligado a ejercer de hermano mayor más que nunca, mientras él mismo ha tenido que lidiar con el shock que ha supuesto la enfermedad de Kate. El hecho que la princesa de Gales haya aparcado su agenda para centrarse en su salud, también ha obligado que en el ámbito oficial se haya convertido en un gran apoyo para su padre, al que ha acompañado, superando con nota, varios compromisos. Muchos cambios, retos, desafíos y emociones que gestionar para un Príncipe que está llamado a pasar a la Historia.
© Getty ImagesPoco queda de ese adorable bebé de regordetes mofletes sonrosados y pelo rubio que conquistaba a todos con sus gestos y sus muecas en el bautizo de su hermana Charlotte, en su primer día de colegio o regalando la imagen más tierna de Isabel II ejerciendo de bisabuela. George ha crecido muchísimo, va camino de ser tan alto como su padre (pasa de los 1,90 metros) y está hecho todo un hombrecito, una imagen que se ve potenciada por sus impecables trajes oscuros de corte inglés y corbatas. Desde hace un par de años se le nota que es conocedor del papel que le corresponde, de lo que se espera de él y su formalidad y profesionalidad así lo atestiguan. Ha tenido a la mejor maestra, conocer a la reina Isabell, le habrá supuesto todo un máster y ya parece que sabe que la Corona está por encima de todo.
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© GTREsLa preocupación de sus padres
Sin embargo, este año, al príncipe George ha sido menos niño que nunca. Nadie suele estar preparado para afrontar una enfermedad seria de un ser querido, pero es especialmente cruel cuando hay niños de por medio. Ya lo dijo Kate Middleton, cuando el pasado marzo anunció en un valiente vídeo que tenía cáncer y que estaba en un tratamiento de quimioterapia preventiva, que una de las partes más difíciles y que más le preocupaba como madre, era la repercusión que iba a causar en sus hijos y cómo contárselo. “Fue un gran shock y Guillermo y yo estamos haciendo todo lo posible para procesar y manejar esto en privado por el bien de nuestra familia. Como pueden imaginar, esto ha llevado tiempo. Me ha llevado tiempo recuperarme de una cirugía importante para comenzar mi tratamiento. Pero, lo más importante, nos ha llevado tiempo explicar todo a George, Charlotte y Louis de una manera que sea apropiada para ellos, y asegurarles que voy a estar bien”.
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© Getty ImagesDe los tres hijos de Guillermo de Inglaterra, George es el mayor, el que es capaz de entender mejor por lo que ha pasado su madre y quizá por eso, también es el que más ha sufrido
Los príncipes de Gales estaban tan preocupados por sus hijos que no se informó de la enfermedad de Kate hasta que los niños estuvieron de vacaciones de Semana Santa. Querían protegerlos de cualquier comentario, pasar tiempo con ellos los cinco solos y evitarles el trance de ir al colegio y enfrentarse al revuelo ocasionado después de que la Princesa, una de las mujeres más conocidas del mundo, contara, al fin, sus problemas de salud.
© Getty ImagesDe los tres hijos de Guillermo de Inglaterra, George es el mayor, el que es capaz de entender mejor por lo que ha pasado su madre y quizá por eso, también es el que más ha sufrido por ser más consciente y darse más cuenta de todo. Habrá tenido que enfrentarse a preguntas de Charlotte y Louis para las que seguramente no tenía respuesta y protegerlos como primogénito que es. Además, el nieto mayor de Carlos III ha visto cómo su abuelo enfermaba, también de cáncer, y en dos años ha vivido la muerte de sus bisabuelos, la reina Isabel y Felipe de Edimburgo, en unos años cruciales cuando se estaba forjando su personalidad.
Antes de conocerse la verdad sobre qué le ocurría a Kate Middleton, George y sus hermanos Charlotte y Louis se vieron envueltos en la polémica foto que se distribuyó por el Día de la Madre que provocó un aluvión de críticas después de que se comprobara que había sido manipulada, algo por lo que la Princesa de Gales tuvo que pedir perdón.
George habrá tenido que enfrentarse a preguntas de Charlotte y Louis para las que seguramente no tenía respuesta
© princeandprincessofwalesLa nueva normalidad
A la conmoción inicial que supuso el vídeo de Kate, le siguieron unas semanas en las que los Gales se protegieron de todo y todos. Después, a medida que el tratamiento y que la Princesa ha ido mejorando, se ha visto a George en algunos actos, casi todos deportivos junto a su padre, demostrando que cada vez se parecen más, sobre todo en los gestos. Ese fue el mejor indicativo de que el tratamiento avanzaba por buen camino y de que la familia Gales se adaptaba a una nueva realidad.
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© Getty ImagesLa mejor de las noticias llegó el pasado junio cuando Kate Middleton reapareció por primera vez en público tras conocerse que tenía cáncer. Lo hizo en el desfile de Trooping the Colour, junto a toda la Familia Real y con sus tres hijos. La expectación era máxima y la Princesa compartió carruaje con sus niños en un momento en el que ella, de alguna manera, volvía a debutar como royal. También ha habido lugar para la diversión como el concierto de Taylor Swift en Londres, al que George fue con su padre y su hermana, y a la reciente final de la Eurocopa que dio la victoria a la selección española sobre la inglesa. A pesar de la emoción del encuentro, de la tensión del partido y de los nervios de su padre, el nieto del Rey británico dio muestras de una compostura asombrosa.
