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Kate Middleton ha vuelto. Después de más de 170 días apartada de la vida oficial por un cáncer, la Princesa de Gales ha aparecido en el desfile Trooping the Colour, un desfile militar que sirve para conmemorar el cumpleaños oficial del monarca y que tiene la máxima relevancia institucional. Junto a ella, arropándola como ha hecho durante su convalecencia el príncipe Guillermo, sus hijos los príncipes George (10), Charlotte(9) y Louis (6) y, por supuesto, los reyes Carlos y Camilla, los anfitriones del acto, así como otros miembros de primer nivel de la Familia Real británica como la princesa Ana o el príncipe Eduardo.
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Desde las 10:00 horas de la mañana, las banderas británicas ya ondeaban en las calles principales de Londres. Decenas de personas, a pesar de la lluvia que según pasaban las horas se ha convertido en un auténtico aguacero, se han echado a la calle para acoger de nuevo a su Princesa, la joya de la Corona británica y uno de los miembros más queridos y populares de la Familia Real. La expectación por el Trooping the Colour de este año ha sido máxima en Reino Unido. Un gran acontecimiento que se remonta al reinado de Jorge II en el siglo XVIII y en el que participan 1.400 soldados, 200 caballos y 400 músicos.
El príncipe Guillermo, la princesa Kate y sus tres hijos han viajado hasta el centro de Londres en el mismo vehículo oficial de color burdeos. El príncipe George se ha sentado flanqueado por sus padres Casi a la vez que ellos hacían acto de presencia el vehículo en el que viajaban los duques de Edimburgo con su hija Lady Louise Windsor. No hay que olvidar que la princesa de Gales es coronel de la Guardia Irlandesa y que este año, en lugar de vestir de verde como hizo en 2023 y hacer un guiño a su regimiento, ha preferido cambiar de tono.
En esta esperadísima aparición, Kate ha lucido un impecable look bicolor. Un vestido de Jenny Packham en blanco de cuello a la caja con ribetes y contraste en negro, donde destacaba una lazada en la zona del cuello. Un color, el blanco, que representa la esperanza y el optimismo, vitales para el proceso de recuperación en el que se encuentra inmersa. Ha completado su estilismo con una pamela en las mismas gamas cromáticas. Como joyas, unos de sus pendientes favoritos, los perlados engastados con diamantes de la casa inglesa Cassandra Goad, que ya se han convertido en todo un emblema de su armario.
La princesa Charlotte, con un vestido de aires marineros, también se ha decantado por el oscuro y blanco, como su madre y un gran lazo en su medio recogido. Las dos han llevado zapatos blancos. Tras ellos, los reyes Carlos y Camilla llegan en coche al Palacio de Buckingham para comenzar un desfile que debido a la lluvia se ha hecho en carruaje con capota.
La seriedad de Kate que se transformó en una sonrisa
A medida que se han ido viendo más imágenes de Kate Middleton, el gesto de su rostro ha ido cambiando. Al principio, cuando estaba en el coche rumbo a Buckingham, estaba muy seria, quizá fruto de los lógicos nervios que habrá sentido en el que es, en cierta manera, su debut tras medio año totalmente retirada. A medida que el acto ha ido avanzado, y según la aplaudía el público, se la ha visto más relajada, contenta y mostrando la sonrisa con la que sigue conquistando al mundo.
Todas las incertidumbres quedaron resueltas este viernes. En los últimos días, las especulaciones sobre una posible reaparición de Kate Middleton en este importante acto iban en aumento y este viernes ella mismo quiso mandar un mensaje personal acompañado de una fotografía en la que dio la última actualización sobre su estado de salud, "Estoy progresando bien, pero como cualquiera que esté pasando por quimioterapia sabe, hay días buenos y días malos. En esos días malos te sientes débil, cansado y tienes que ceder a la necesidad de descanasar. Pero en los días buenos, cuanto te sientes más fuerte, quieres aprovechar al máximo el sentirte bien", expresó. En ese mismo comunicado, Kate confirmó la noticia más esperada: "Estoy deseando asistir al Desfile del Cumpleaños del Rey este fin de semana con mi familia". Un Trooping que ha pasado de ser el más difícil del Rey debido al diagnóstico de cáncer de la Princesa y al suyo propio a ser el más esperado.
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La lluvia, la otra protagonista
Una vez, con todos los miembros de la Familia Real en el Palacio de Buckingham, ha comenzado el desfile que, debido al mal tiempo, no se ha hecho en los tradicionales landós descubiertos. La Princesa de Gales se ha subido a un coche de caballos cubierto con sus tres hijos, un momento que ha sido vitoreado por la multitud que se agolpaba en los aledaños del Palacio, mientras que el príncipe Guillermo ha participado en la marcha castrense a lomos de su caballo con el resto de las tropas, al igual que sus tíos, la princesa Ana y el príncipe Eduardo.
Como curiosidad, la Princesa Real ha montado a Noble, una yegua que la Real Policía Montada de Canadá regaló a Carlos III el año pasado. En otro carruaje viajaba la duquesa Sophie de Edimburgo junto al duque de Kent y su hija Lady Louise, quien regresa a este acto tras estar ausente en el del año pasado. Lo duques de Gloucester y Sir Timothy Laurence también han usado otro transporte de este tipo. Carlos III y la reina Camilla han viajado en la diligencia estatal escocesa totalmente acristalada para que el público pudiera verlos. Con esta novedad se ha querido evitar cualquier riesgo y dotarle de la mayor seguridad debido a sus recientes problemas de salud. Su madre, Isabel II, cabalgó por última vez en este acto en 1986 y desde entonces participaba en el desfile desde un coche de caballos. Este es el segundo Trooping the Colour que Carlos III preside como Rey, quien además es coronel en jefe de los siete regimientos de la Household y los acompaña regularmente durante su función ceremonial de custodia de los Palacios Reales. La reina Camilla, quien es coronel de la Guardia de Granaderos, no ha querido perderse uno de los actos más importantes del calendario de los Windsor. En este día, ha elegido un vestido y un abrigo de crepé de seda verde pálido de Anna Valentine y un sombrero de Philip Treacy, junto con su broche militar.
Desde comienzos de año, cuando los miembros principales de la Familia Real tuvieron que alejarse de sus funciones por el cáncer, buena parte del nstitucional ha recaído en Camilla, quien ha tenido una agenda frenética y extenuante, ha presidido multitud de actos y ha representado a su marido en algunas ocasiones.
Ha sido en ese momento cuando la comitiva ha discurrido por la avenida The Mall. El príncipe de Gales, coronel de la Guardia Galesa ha vestido el traje ceremonial completo de este Cuerpo junto con las medallas del Jubileo de Oro, Diamante y Platino de Isabel II más la Medalla de la Coronación. A continuación, los reyes Carlos y Camilla han llegado a Horse Guards Parade en Whitehall donde desde una tribuna el monarca ha pasado revista. Mientras, la Princesa de Gales y sus tres hijos veían el acto desde uno de los balcones de la antigua oficina del duque de Wellington. El príncipe Louis, sin duda el más espontáneo y movido de la familia Gales, ha estado bailando al son de los acordes militares. Después, todos los miembros de la Familia Real han regresado al Palacio de Buckingham para proceder a ver la exhibición de aviones de la Real Fuerza Aérea.
Una de las imágenes más icónicas se ha producido cuando los miembros de la Familia Real británica han salido al balcón de Buckingham para presenciar las acrobacias de los aviones. Antes, la Tropa Real de Artillería a Caballo del Rey ha disparado 41 cañonazos desde Green Park. Aunque las salvas suelen constar de 21 disparos con intervalos de diez segundos, en Hyde Park y Green Park se disparan 20 más porque se tratan de parques reales, tal y como estableció la Junta de Artillería en 1827. La última vez que se escucharon salvas fue hace un año y medio al cumplirse el primer aniversario de la coronación de Carlos y Camilla.
Las ausencias
Con puntualidad británica, a las 14: 00 horas en España, y tras la lluvia torrencial, los ventanales de Palacio se han abierto con un sol radiante para que la Familia Real viera el desfile aéreo. Una foto que muestra quiénes son las personas de su familia con las que cuenta el rey Carlos en el ámbito institucional. Además de la reina Camilla, los príncipes de Gales y sus tres hijos, han estado los duques de Edimburgo con Lady Louise, la princesa Ana, con su marido, Timothy Laurence, y los duques de Gloucester. Aunque este año, el monarca había hecho una invitación especial para Lady Gabriella Windsor, hija de los príncipes Michael de Kent, finalmente no ha aparecido. Los reyes Carlos y Camilla quisieron tener la deferencia de invitarla al Trooping después de que su marido, Thomas Kingston, fuera hallado muerto en la casa de sus padres. Tampoco se ha visto a los sobrinos del monarca, quienes son miembros de segundo nivel de la Casa Real, no han hecho acto de presencia.
Los sobrinos del monarca, quienes son miembros de segundo nivel de la Casa Real, no han hecho acto de presencia. Se había barajado con la posibilidad de que las princesas Beatriz y Eugenia de York, hijas del príncipe Andrés; Peter Phillips y Zara Tindall, hijos de la princesa Ana pudieran aparecer en el balcón en lo que podría ser una vuelta a una Familia Real extendida que tanto recuerda a la época de Isabel II. Aunque Carlos III siempre ha abogado por una monarquía reducida, lo cierto es que las excepcionales circunstancias de este 2024 han hecho que tanto el Rey como el príncipe Guillermo hayan recurrido a ellos para algunas actividades, algo que no significa que vayan a cambiar de estatus o a tener un rol más activo, sino que si el Rey les necesita estarán disponibles de forma puntual.
El último acto de la vida pública de Kate Middleton fue el 25 de diciembre de 2023. Ese día, todos los Windsor acudieron al servicio religioso de Navidad en Sandringham. También ese día fue la última vez hasta hoy que se vio a los dos hijos pequeños de los príncipes de Gales. Al príncipe George sí que se le ha visto en encuentros deportivos como espectador en compañía de su padre en sendos partidos de fútbol durante la convalecencia de su madre. Sin embargo, durante el invierno y la primavera, solo se han visto imágenes oficiales de los pequeños con motivo del Día de la Madre -una instantánea rodeada de polémica, que retocó la princesa Kate y por lo que se vio obligada a pedir disculpas- y las fotos que su madre hizo para conmemorar sus cumpleaños.
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Un regreso, pero no total
Este Trooping the Colour quedará marcado para siempre como el del regreso de Kate, que es el mejor indicador de que su tratamiento de qumioterapia preventiva va por buen camino. Sin embargo, otros miembros de los Windsor, como el príncipe Andrés, apartado de sus deberes oficiales tras verse salpicado por el Caso Epstein, o los duques de Sussex no han participado en este desfile.
Aunque la esperada aparición de Kate Middleton en público es la mejor de las noticias, desde el Palacio de Kensington, donde se encuentra la oficina del heredero al trono, han manifestadoque su participación este sábado no significa que vaya a regresar completamente a su agenda oficial, aunque sí se espera que pueda acudir a algunos eventos este verano siempre que se sienta capaz de hacerlo y lo autorice su equipo médico. La Princesa está bien y sigue con su tratamiento de quimioterapia preventiva que empieza a compatibilizar con algo de trabajo desde casa, así como reuniones con su equipo y con las organizaciones en las que está más volcada.