Horas después de que Carlos III anunciara el 5 de febrero su diagnóstico de cáncer, el príncipe Harry llegó a Londres para estar a su lado. El hecho de que cogiera un vuelo de urgencia desde California para estar con su padre (pasaron juntos 45 minutos) hizo que sonara con fuerza la posibilidad de que esos viajes comenzaran a ser frecuentes y que Meghan Markle, Archie Harrison y Lilibet Diana podrían sumarse a estas visitas. Se barajó de esta manera un nuevo escenario sin las tensiones que hay con la Familia Real británica desde hace cuatro años. Pero el último movimiento del duque de Sussex desecha esta teoría y deja claro que nada va a cambiar, incluso puede ser interpretado como una herida aún sin cerrar.
Un documento oficial ha despejado todas las dudas y muestra que la presencia del príncipe Harry en su país natal seguirá siendo esporádica y que no tiene intención de dividir su tiempo entre ambos países. En Companies House, que es el registro mercantil del Reino Unido, ha actualizado sus datos para indicar que es residente habitual de los Estados Unidos. En este punto hay un detalle que no ha pasado desapercibido: ha señalado como el día oficial del cambio el 29 de junio de 2023 y no marzo de 2020, que es cuando realmente comenzaron una nueva etapa al otro lado del Atlántico tras renunciar a sus obligaciones reales.
Harry y Meghan consolidan, ahora sí, la vida que siempre habían anhelado en Estados Unidos
El quinto en la línea sucesoria al trono británico fundó en 2019 una empresa de turismos sostenible llamada Travalyst y por eso ha tenido que actualizar sus datos. La fecha que Henry Charles Albert David (ese es su nombre completo) ha indicado en el registro en la citada agencia gubernamental no está elegida al azar: el 29 de junio de 2023 es el día que se rompió el último lazo que ataba a los Sussex al país del que aún son duques porque fue entonces cuando Frogmore Cottage dejó de ser, oficialmente, su casa en Reino Unido.
Un día antes de la fecha límite, que era el 30 de junio, devolvieron las llaves de la residencia a la Corona, que les había avisado medio año antes del desalojo. Los enseres personales que aún conservaban en esta vivienda en los terrenos de Windsor, que fue un regalo de boda de Isabel II fueron enviados entonces a su mansión de Montecito (California). A partir de ese momento dejaron de tener casa en suelo británico y si regresan al país tienen que alojarse en viviendas familiares, casas de amigos u hoteles. El plan inicial de Carlos III era que Frogmore pasara a convertirse en la vivienda del duque de York, pero este cambio no se ha llegado a materializar y su hermano sigue en Royal Lodge con Sarah Ferguson.
Según ha contado a Daily Mail el biógrafo real Tom Bower, el hecho de que Harry de Inglaterra haya elegido esta fecha para los documentos oficiales refleja dos situaciones: por un lado, el enfado que sigue manteniendo con Carlos III a pesar del acercamiento tras la enfermedad del monarca; por otro, que el Príncipe no tiene intención de volver a vivir en Reino Unido, al menos en un periodo de tiempo.
La actualización que ha hecho el duque de Sussex llega meses después de considerar convertirse en ciudadano estadounidense. "Se me ha pasado por la cabeza la idea, pero no es una alta prioridad en este momento", dijo en febrero durante una intervención que hizo en Good Morning America que se grabó durante la celebración de los Juegos Invictus en Canadá. Este cambio implicaría la pérdida de sus títulos británicos en virtud a la política de inmigración de los Estados Unidos.
También se produce el cambio en el registro tras perder en primera instancia el litigio contra el Ministerio del Interior británico al que había demandado en el Tribunal Superior. ¿El motivo? A raíz de su salida de la Familia Real dejó de recibir automáticamente seguridad policial estando en suelo británico. El duque de Sussex, no conforme con la decisión, sostiene que quitarle esta protección le somete a un trato ilegal, injusto e injustificable. Además, planteó la posibilidad de pagar personalmente estos servicios de escolta.
Con este nuevo telón de fondo se reabre el debate de si Carlos III debería hacer que su hijo menor dejara de ser uno de sus consejeros de Estado. Es decir, una de las personas que pueden sustituirlo en sus deberes oficiales y constitucionales en caso de que se encuentre en el extranjero o padezca una enfermedad, como está sucediendo actualmente. La Ley de Regencia de 1937 es clara y exige a los consejeros de Estado tener un domicilio en Reino Unido Por eso el Rey ha incorporado nuevos miembros a este selecto grupo, porque en la práctica ni su hijo menor ni el príncipe Andrés, retirado de sus funciones oficiales podrían representarle. Actualmente, son también consejeros de Estado la reina Camilla; el príncipe Guillermo; los tres hermanos del Rey, la princesa Ana y el príncipe Edaurdo; y la princesa Beatriz.