Antes de su marcha de Reino Unido y de la Familia Real británica hubo una serie de movimientos que indicaban que algo no iba del todo bien entre los duques de Sussex y Palacio. Su equipo de confianza en suelo británico fue poco a poco abandonado sus puestos a la vez que saltaban unas acusaciones de supuesto comportamiento inaceptable y acoso por parte de Meghan Markle a su personal. Un asunto que provocó que el Palacio de Buckingham abriera una investigación interna que se mantuvo en secreto para preservar la confidencialidad de quiénes participaron en ella, trabajadores en activo en aquel momento y antiguo personal de los Sussex, y que acabó archivada. Ahora, una de las personas más cercanas a Meghan en aquella época ha hablado sobre qué dijo cuando fue interrogada para esclarecer lo que había pasado.
Samantha Cohen (54), quien trabajó durante casi dos décadas en Palacio y estuvo tan solo un año y medio como secretaria personal de Meghan Markle y Harry, ha contado al periódico australiano Herald Sun que ella fue uno de los diez trabajadores que fueron interrogados sobre el supuesto caso de bullying por parte de la Duquesa. Aunque se negó a dar más detalles, Cohen ha asegurado que en la oficina de los duques de Sussex había mucha rotación de personal. “Se suponía que solo iba a quedarme seis meses, pero me quedé 18; no pudimos encontrar un reemplazo para mí y cuando lo hicimos, llevamos a esa persona de gira a África con Harry y Meghan para mostrarles cómo funcionaba todo, pero no aceptó el puesto”, ha manifestado.
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La noticia del presunto acoso de Meghan a su equipo se hizo pública por primera vez días antes de la explosiva entrevista por televisión que en compañía de su marido concedió a Oprah Winfrey en 2021. The Times publicó que en algunas ocasiones, la Duquesa hacía llorar a miembros del personal durante su etapa viviendo en el Palacio de Kensington. Lo cierto es que la partida de Cohen, conocida como La Pantera por su actitud luchadora, no hizo sino más que alimentar los rumores de que era complicado trabajar con Meghan. The Telegraph aseguró que habían sido al menos catorce las personas que habían dejado sus puestos desde que la pareja se casó (2018). Varios medios británicos aseguraban que la duquesa de Sussex se levantaba a las 04.30 horas para hacer yoga y a partir de las cinco de la mañana era habitual que empezara a mandar correos electrónicos a su staff con peticiones muy concretas, que solían repetirse cinco o seis veces al día y los tenía aterrorizados.
Al hacerse públicas estas denuncias, Meghan negó las denuncias y un representante dijo a HELLO! que “la Duquesa está entristecida por este último ataque a su persona, sobre todo como alguien que ha sido objeto de acoso y que está profundamente comprometida con apoyar a aquellos que han vivido dolor y trauma”.
El príncipe Harry en su libro En la sombra también habló de este episodio. “Las historias empezaron a llegar como olas a la orilla. Primero un artículo difamatorio y disparatado escrito por un biografillo de mi padre que aseguraba que yo había tenido una rabieta antes de la boda. Luego otro que era pura ficción y según el cual Meg (Meghan) trataba mal al personal, empleaba mano dura y cometía el pecado imperdonable de enviar correos electrónicos a la gente a horas intempestivas. (Lo que ocurría era que solía estar despierta a esas horas, tratando de mantener contacto con sus trasnochadoras amistades de Estados Unidos, pero no esperaba una respuesta inmediata”. De hecho, Harry en su relato dice que su mujer "enviaba notas de agradecimiento de su puño y letra, se preocupaba por los empleados que estaban enfermos, enviaba cestas de comida, flores o detallitos a quien estuviera pasando por un mal momento, deprimido o enfermo y no fuera a trabajar".
Sobre la dimisión de su persona de confianza, el Príncipe en su biografía dijo al respecto: “También se dijo que había hecho (Meghan) que nuestra asistente se fuera cuando en realidad había sido el departamento de Recursos Humanos de la Casa Real quien le había solicitado la dimisión después de que aportáramos pruebas de que la asistente en cuestión había utilizado su posición con Meg para obtener regalos. Sin embargo, como no podíamos hablar acerca de los motivos de su marcha, los rumores llenaron los vacíos y, en muchos sentidos, aquel fue el verdadero inicio de todos los problemas. Poco después, el relato de la ‘duquesa difícil’ empezó a calar en la prensa”.