Hay que remontarse a 1996 para situarnos en el momento en el que Sarah Ferguson (64) dejó de formar parte oficialmente de la Familia Real británica al separarse del príncipe Andrés. Sin embargo, en estas casi tres décadas ha seguido siendo muy cercana a los Windsor, con los que sigue teniendo una excelente relación. Así ha quedado reflejado una vez más a través del último gesto que ha tenido con Kate Middleton, quien anunciaba hace tres días que ha sido diagnosticada de cáncer tras someterse a una operación abdominal en enero y ha comenzado un tratamiento de quimioterapia preventiva.
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"Todos mis pensamientos y oraciones están con la Princesa de Gales mientras comienza su tratamiento. Sé que estará rodeada del amor de su familia y que todos rezan por el mejor resultado. Como alguien que se ha enfrentado a sus propias batallas contra el cáncer en los últimos meses, admiro la forma en que ha hablado públicamente sobre su diagnóstico y sé que será de gran ayuda para aumentar la concienciación. Espero que ahora tenga tiempo, espacio y privacidad para curarse", ha escrito la madre de Eugenia y Beatriz de York.
Sarah Ferguson, quien estuvo por última vez con Kate Middleton en público en la misa de Navidad de Sandringham y acudió en febrero al funeral por Constantino de Grecia, también atraviesa una etapa marcada por los problemas de salud. En enero, coincidiendo con el ingreso de Carlos III y la princesa de Gales, se conoció que a la ex del príncipe Andrés le habían diagnosticado un melanoma maligno después de que el dermatólogo le quitara varios lunares. Ha sido tratada en el Royal Marsden Hospital de Londres y después se trasladó a la clínica Mayrlife de Austria para recuperarse.
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El verano pasado, Ferguson fue operada de un tumor de mama que le encontraron durante una revisión rutinaria y se sometió a una mastectomía. Desde que el médico le comunicó el diagnóstico se ha mostrado muy optimista y se ha tomado este desafío como una oportunidad para cambiar. “Tomo esto como un regalo para hacer cambios en mí misma y dejar de tratar de arreglar a los demás. Voy a estar super en forma y superfuerte", aseguraba. El apoyo de sus dos hijas y el amor de sus nietos ha sido un factor clave en su recuperación.
Optimismo y apoyo incondicional de la familia
Al igual que la duquesa de York, la princesa de Gales también es optimista y tiene en sus familiares un apoyo incondicional de vital importancia. "Estoy bien y más fuerte cada día centrándome en las cosas que me ayudarán a curarme; en mi mente, mi cuerpo y mi espíritu", señalaba. Además, se ha tomado su tiempo para tranquilizar a sus hijos, los príncipes George (10), Charlotte (8) y Louis (5) y asegurarles "que voy a estar bien". Tener cerca a su marido, el heredero al trono, "es una gran fuente de consuelo y tranquilidad", como también lo es contar con el resto de los Middleton y los Windsor al completo.