Kate Middleton ha tenido que procesar la noticia que nadie está preparado para escuchar: padece cáncer. Lo ha hecho, además, consciente de que su salud, como mujer del próximo rey británico, es también un asunto público, pero el centro de gravedad de sus preocupaciones se encontraba en sus hijos. Los príncipes de Gales han orbitado alrededor de George, Charlotte y Louis estos dos últimos meses intentando que el shock que ellos gestionaban fuese lo menos doloroso posible para los niños, a costa incluso, de una cuestionada polítíca de comunicación de Kensington que priorizó la privacidad de la Princesa frente a la comprensible demanda de información.
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"Nos ha llevado tiempo explicárselo a George, Charlotte y Louis de una manera adecuada para ellos", ha explicado Kate en el vídeo con el que ha comunicado la noticia en primera persona. A pesar de la dimensión pública de su diagnóstico, ha sido primordial tanto para ella como para el príncipe Guillermo gestionarlo en el ámbito familiar de la mejor manera: "Esto, por supuesto, fue un gran shock, y William y yo hemos estado haciendo todo lo posible para procesar y manejar esto en privado por el bien de nuestra familia. Como pueden imaginar, esto ha llevado tiempo".
Para ello los tiempos -eso que tanto apremiaba a una ciudadanía ávida de información- han sido fundamentales. No solamente tenían que comunicárselo de manera adecuada, también asegurarse de que ella iba a estar bien. Hay que tener en cuenta que George tiene diez años, Charlote, ocho, y Louis tan solo cinco. "Como les he dicho a ellos; estoy bien y me estoy fortaleciendo cada día al enfocarme en las cosas que me ayudarán a sanar; en mi mente, cuerpo y espíritu", ha explicado la princesa de Gales visiblemente conmovida. Kate quería compartir este complicado anuncio cuando sientiese que era el momento adecuado para ellos y para los niños. Por eso, después de explicarles la situación por la que atraviesa su madre de forma que pudieran entenderlo y procesarlo cada uno de acuerdo con su edad, han esperado a las vacaciones escolares de Semana Santa para hacer pública la noticia.
Este mismo viernes han terminado las clases en Lambrook School, el centro donde estudian los tres niños, y no las retomarán hasta el próximo 17 de abril. El colegio se encuentra en Berkshire, a pocos kilómetros de Adelaide Cottage, su residencia de Windsor. En esta casa, propiedad de la familia real desde el siglo XIX y a la que se mudaron en 2022, es donde Kate Middleton ha pasado su convalecencia desde que fue operada el pasado 16 de enero. Desde el exterior de esta vivienda también ha grabado el mensaje con el que ha comunicado su diagnóstico este viernes. Es posible que permanezcan en su domicilio de Windsor durante estas vacaciones que comienzan para sus hijos, aunque no es descartable que se trasladen temporalmente a su casa de campo en Anmer Hall, su refugio de Sandringham, en caso de que lo permitan las recomendaciones médicas ya que ella misma ha explicado que desde finales de febrero se encuentra en pleno tratamiento de una quimioterapia preventiva.
Las incógnitas que quedan resueltas tras el comunicado sobre el cáncer que padece Kate Middleton
El príncipe de Gales, para el que también ha tenido unas palabras, está siendo su aliado en este duro momento. "Tener a Guillermo a mi lado es una gran fuente de consuelo y tranquilidad también", ha asegurado en su mensaje. Guillermo trata de equilibrar desde hace meses su papel de heredero, fundamental ahora que Carlos III también tiene cáncer, y el de marido de una mujer con la misma enfermedad y padre de tres hijos. Aunque desde el diagnóstico del Monarca había intensificado su agenda, no ha llegado a estar a pleno rendimiento y ahora no se espera que vuelva a la vida pública hasta el fin de las vacaciones de los niños. La familia no estará, por tanto, en la tradicional misa de Pascua en Windsor. Después, se espera que retome su agenda, pero teniendo igualmente como eje central la atención a Kate y el cuidado de su tres hijos.